Gabriel García Márquez, cuentista. Juan Moreno Blanco

Gabriel García Márquez, cuentista - Juan Moreno Blanco


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      Universidad del Valle, Programa Editorial

      Universidad de la Salle, Ediciones Unisalle

      Título: El ejercicio del más alto talento, Gabriel García Márquez Cuentista

      Editor: Juan Moreno Blanco

      ISBN: 978-958-5486-62-1

      e-ISBN: 978-958-5486-63-8

      Primera edición

      © Universidad del Valle

      Rector de la Universidad del Valle: Édgar Varela Barrios

      Vicerrector de Investigaciones: Jaime R. Cantera Kintz

      Director del Programa Editorial: Omar J. Díaz Saldaña

      © Universidad de la Salle

      Rector de la Universidad de la Salle: Alberto Prada Sanmiguel

      Vicerrector de Investigaciones: Ariosto Ardila Silva

      Director del Programa Editorial: ------

      Diseño de carátula y diagramación: Isabella Manjarrés M.

      Fotografía de carátula: Hernando Guerrero Quintero

      Desarrollo ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

      Este libro, o parte de él, no puede ser reproducido por ningún medio sin autorización escrita de la Universidad del Valle y la Universidad de la Salle

      El contenido de esta obra corresponde al derecho de expresión del autor y no compromete el pensamiento institucional de la Universidad del Valle y la Universidad de la Salle, ni genera responsabilidad frente a terceros. El autor es el responsable del respeto a los derechos de autor y del material contenido en la publicación, razón por la cual la Universidad no puede asumir ninguna responsabilidad en caso de omisiones o errores.

      Cali, Colombia, Junio de 2019.

      … mi vocación no es la de escritor sino la de contador de cuentos […] Tratar de que me quieran por un buen cuento que conté, esa es mi vocación […] Me encantaría tener éxito en los salones contando cuentos, como el prestidigitador lo tiene sacando conejos de un sombrero […] Cuando digo que soy escritor por timidez es porque lo que debería hacer es llenar esta sala, salir y contar el cuento, pero mi timidez no me permite hacerlo […] Entonces, lo que quiero contar, lo hago escrito, solito en mi cuarto, y con mucho trabajo. Es un trabajo angustioso pero sensacional. Vencer el problema de la escritura es tan emocionante y alegra tanto que valía la pena todo el trabajo. Es como un parto.

      GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

      Entrevista con RITA GUIBERT

      —¿No iba usted a un cursillo sobre cuento que yo daba en la Universidad de Caracas?

      —Sí, y todavía conservo las notas y las releo cada vez que escribo un cuento, porque antes de escribir una novela ma hago la mano escribiendo cuentos.

      GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

      Diálogo con JUAN BOSCH

      … los cuentos de García Márquez habrán de parecer extrañamente fragmentarios y dejarán perplejos a muchos lectores que, confiando en pisar tierra firme por dondequiera que vayan, dan un paso tras otro hasta quedar, de repente, con un pie en el aire. Allende la zona habitada de Macondo bosteza el vacío. La honradez del autor no le permite disimular su metafísica incertidumbre, recurriendo a fáciles consuelos, ni llenar la laguna con los habituales sucedáneos de la perdida integridad del ser. Lo “fragmentario”, lejos de ser imputable […] a la trágica discrepancia entre la magnitud del proyecto y las posibilidades de llevarlo a cabo, en Gabriel García Márquez forma parte de su visión de un mundo inconcluso.

      ERNESTO VOLKENING

      “Gabriel García Márquez o el trópico desembrujado”

      PRÓLOGO

      Se dice que los cuentos de Gabriel García Márquez son maquetas con las que el escritor modeló los motivos y técnicas de sus novelas o que los personajes de sus cuentos son satélites que antecedieron a los personajes de las novelas y orbitan alrededor de ellas. En estos decires metafóricos hay los implícitos de que la escritura del cuento en la obra del colombiano es fundacional y se ancla en su juventud.

      La génesis de esta escritura es anterior a “La tercera resignación”, su primer cuento publicado en 1947, y las declaraciones del escritor a Yves Billon y Mauricio Martinez-Cavard dan indicios de ello: “… y vino el 9 de abril [de 1948]. Yo salía a la calle, como todos los estudiantes a incendiar donde se estaba incendiando, a saquear donde había que saquear y cuando regresé a la casa, ya tarde —era una pensión que estaba detrás de la gobernación, detrás de la Jiménez, al lado de la iglesia… de San Francisco, ¿no?— el fuego había pasado a la pensión nuestra y ya no pudimos entrar. Yo quedé sin nada, mi primera máquina de escribir que me la había regalado mi papá y algunos originales que ahora me alegro que se hubieran quemado”. Esto coincide con la información aproximada que da el biógrafo del escritor sobre sus primeros cuentos que no conocemos: “Sicosis obsesiva”, escrito en Zipaquirá en el periodo del bachillerato, y “El cuento del fauno en el tranvía”, escrito en su primera época de estudiante de la Universidad Nacional, en Bogotá. Nunca sabremos con certeza cuáles eran esos originales que se llevó el fuego de El Bogotazo y cuya pérdida no nos alegra; lo que sí podemos conjeturar es que en estos cuentos perdidos se tejió la íntima lucha del escritor consigo mismo que lo llevaba —noche tras noche, corrección tras corrección— a descubrir quién era.

      Más conocida, la escritura del cuento como fábrica de rigor, maduración y autoeducación en el joven García Márquez al lado de Ramón Vinyes y José Félix Fuenmayor es el tema de los imprescindibles trabajos de Jacques Gilard sobre la renovación del cuento hispanoamericano en los miembros del Grupo de Barranquilla. (Dicho de paso, es sorprendente que quienes hablan del cuento en Hispanoamérica hagan abstracción de estos maestros colombianos del cuento, y de otros más al norte del continente, y se focalicen en dos o tres nombres del cono sur —siempre los mismos—). Sin embargo, ¿hasta qué momento podemos vincular la escritura garciamarquiana del cuento con su juventud? Como algunos trabajos de este libro lo demuestran —contradiciendo una tendencia crítica anterior— su primer cuento publicado a los 20 años ya es, como llamó al cuento su maestro Edgar Allan Poe, El ejercicio del más alto talento. Las palabras del lúcido Eduardo Zalamea Borda, descubridor y primer crítico del cataquero, lo dicen elocuentemente en el mismo 1947: “… aparición de un ingenio nuevo, original, de vigorosa personalidad […] se advierte en los escritos de García Márquez una madurez desconcertante, acaso prematura. Su discurso es nuevo y nos lleva a regiones inexploradas de la subconsciencia pero sin necesidad de recurrir a lo arbitrario […] Con Gabriel García Márquez nace un nuevo y notable escritor”.

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      En un libro venezolano sobre la teoría del cuento el título de tres trabajos referidos a sendos cuentistas de ese país comienza con las mismas palabras: “Teoría y práctica del cuento en…”. Puede ser que la práctica de cada cuentista encarne una teoría propia y particular del cuento y quizás algún día alguien escribirá en ese tenor “Teoría y práctica del cuento en Gabriel García Márquez”. Mientras tanto, los 16 ensayos sobre el cuento en el escritor colombiano aquí reunidos caminan la senda que nos puede conducir a ese futuro. Quien escriba ese hipotético trabajo constatará la presencia en este libro de la tutelar teoría del iceberg de Hemingway, a la vez que se sorprenderá de la casi total ausencia de reflexiones sobre la relación del cuento garciamarquiano con las culturas vernáculas. Esperemos que de aquí a ese momento otro libro haya llenado este vacío.

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      Van nuestros agradecimientos a quienes creyeron en este proyecto que hoy se materializa y sobre todo a quienes aceptaron la invitación a participar en él. A Roberto Jiménez,


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