Resistencias noviolentas en América Latina. Esperanza Hernández Delgado

Resistencias noviolentas en América Latina - Esperanza Hernández Delgado


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usuarios y al final han dejado a los yaquis. De hecho, yo creo que no les cumplen el 20 o 30 % de la cantidad de agua (José Moreno, 2016, entrevista).

      Los megaproyectos representan el principal desafío de la resistencia civil de los yaquis. Constituyen nuevas formas de despojo del territorio y del río, que como se ha mencionado hace parte del mismo, colocando en riesgo la cultura y autonomía indígenas. Como destaca una autoridad yaqui de Vícam:

      Actualmente, nos quieren quitar el territorio a base de concesiones y lo que anhelamos nosotros es vivir en paz y que nos respeten como autoridad. Nosotros somos originarios de aquí y estamos resueltos a quedarnos en nuestro territorio, ese es el más grande sueño que nosotros tenemos. Si se llegasen a cumplir esos derechos de la Constitución que por ley hemos ganado, ese sería un sueño anhelado y esperado. En la actualidad tenemos seis años y medio de estar luchando con el gobierno. Nosotros tenemos nuestro río y tenemos tres presas, la primera que se formó en 1940, pero antes nuestros antepasados habían firmado un decreto presidencial en donde el 50 % del agua era para el pueblo yaqui. Ese decreto todavía existe. Ellos pensaron que la presa solo iba a bajar el caudal del río, pero vieron que el río se iba a secar. Pasaron los años y pusieron otra presa, esa presa fue la que remató nuestro río porque ya no hubo corriente y después se formó entre las dos presas otra presa: El Novillo. Ahorita hay dos proyectos muy grandes: el Acueducto Independencia y la presa Los Pilares. Desde ese momento empezó la lucha y hubo demandas. En esos seis años que estuvo el gobernador Padrés, tuvimos amenazas a nuestros voceros y a la autoridad. Ese gobierno no respetó las leyes ni el estado de derecho. Ese es el más grande desafío (autoridad yaqui, 2016, entrevista).

      Académicos e investigadores conocedores del conflicto consideran que esta obra hidráulica representa un nuevo despojo para la tribu yaqui (Moreno 2014). Destacan que, a pesar de los acuerdos con Cárdenas, se ha ido arrebatando el territorio ancestral a los indígenas mediante decretos gubernamentales de posteriores gobiernos. Esta situación se agrava con la falta de acceso a créditos para desarrollar actividades agrícolas en sus territorios, lo que los ha llevado a arrendarlos a los yori, o no indígenas.

      Realmente es el nuevo despojo, porque ha habido otros despojos. Su territorio y parte de sus tierras les han sido quitadas a raíz de varios decretos y ha sido una vida muy difícil para ellos. Ahorita la mayor parte de sus tierras las rentan, porque los yaquis no son sujetos de crédito. En general ellos rentan tierras, rentan a un privado y hay veces que ellos se contratan como mano de obra. Esa es la situación actual. Durante mucho tiempo ellos han pedido que les den más asignación de agua para poder sembrar las tierras, y la institución federal ha dicho que no hay agua, y esa misma institución es la que aprobó el acueducto (José Moreno, 2016, entrevista).

      Este acueducto ha sido promovido por el gobierno de Sonora y por empresarios locales, algunos de ellos muy influyentes y con poder político, como Mario Fabio Beltrones (José Moreno, 2016, entrevista). A su vez, ha contado con el apoyo del Estado federal, el cual argumentó que la obra era necesaria para suplir la insuficiencia de agua en Hermosillo. No obstante, según criterios técnicos, había otras soluciones menos costosas, utilizando agua de cuencas más cercanas o desalinizando agua del mar. Tampoco se debe obviar que detrás de dicha obra hay intereses partidistas (José Moreno, 2016, entrevista).

      Esta es una obra apoyada por un político, Mario Fabio Beltrones, presidente del PRI, él fue promotor de la obra desde el PRI en alianza con el PAN. De hecho, lo dijeron abiertamente: somos aliados en esta obra. Supuestamente esto iba a resolver el problema del agua en Hermosillo, pero esa agua no es para satisfacer a las colonias sino para el crecimiento industrial, comercial e inmobiliario, porque ese volumen de agua solamente se explica para los próximos 15 o 20 años. Detrás del acueducto hay grandes intereses políticos y económicos que están asentados aquí en Hermosillo, esta agua viene a desarrollar inmobiliarios, a la zona industrial y el comercio, estos empresarios lo han manifestado abiertamente (José Moreno, 2016, entrevista).

      Yo creo que la ciudad de Hermosillo y esta cuenca tenían otras opciones, pudieron haber tenido un uso más eficiente del que se está ejecutando, pero optaron por irse a 150 kilómetros, para hacer un proyecto muy costoso y con 75 millones de metros cúbicos de agua al año (José Moreno, 2016, entrevista).

      Antecedentes de movilizaciones en contra de megaproyectos hidráulicos en México

      El Acueducto Independencia, objetivo de la campaña de resistencia no violenta de los yaquis, no representa la primera obra hidráulica de esta naturaleza en México. Tampoco la primera que genera la movilización de las comunidades afectadas por dichas obras (Moreno 2014). A comienzos de la década del 70, se registró una movilización en Toluca por falta de agua en manantiales y pozos, como consecuencia de un acueducto construido para llevar agua a la Ciudad de México (Cirelli 1997). Luego, a mediados de los años 80, agricultores de la cuenca oriental se movilizaron en Puebla y lograron detener el proyecto de perforación de 54 pozos para transportar agua subterránea al Distrito Federal (González 2000). También, a mediados de los 90, agricultores de Tamaulipas se opusieron a la construcción de la represa El Cuchillo y su acueducto, que llevaría agua a Monterrey (Aguilar 1999).

      Estudios recientes destacan el impacto negativo de estas megaobras. Señalan que no significaron un mejor uso del agua en las ciudades receptoras, ni disminuyeron el deterioro ambiental. Por el contrario, incrementaron la demanda urbana de agua, crearon conflictos sociales y afectaron tanto a las cuencas que suministran el agua como a las receptoras. La redistribución del agua en beneficio de las ciudades afecta áreas agrícolas, rurales e indígenas y genera conflictos al priorizar beneficios económicos sobre costos sociales y ambientales (Moreno 2014).

      El Acueducto Independencia fue proyectado a mediados de la década de los 90 en el gobierno de Fabio Beltrones, aunque no logró concretarse por la crisis económica que atravesaba el país. Entre 1997 y 1998 se intentó aprobar esta obra, aunque sin resultado; el proyecto quedó archivado por diez años. No fue hasta el gobierno de Guillermo Padrés en 2009, cuando se inició la construcción, respaldada por los empresarios de Hermosillo. El pueblo yaqui no fue consultado (Moreno 2014, 35, 83).

      Los métodos empleados por la campaña de resistencia civil yaqui

      Los yaquis han empleado diversos métodos de resistencia noviolenta. Muchos de ellos pueden ubicarse dentro de la clasificación ofrecida por Sharp sobre los métodos de resistencia civil. En el siguiente aparte ofrezco una descripción de varios métodos utilizados por los yaquis que se relacionan con el trabajo del autor mencionado.

      Métodos de persuasión y protesta

      Forman parte de esta categoría las declaraciones formales, los discursos públicos, las declaraciones públicas y las peticiones de grupo; las comunicaciones mediante foros, símbolos, medios de comunicación y redes sociales; y las procesiones, marchas y caravanas. Las actividades de incidencia ante autoridades, personalidades u organismos internacionales representan métodos de este tipo. Entre estas prácticas de resistencia noviolenta se destacan:

      La comunicación política. Los yaquis dan significativa importancia a este método. Acuden a los medios de comunicación y trabajan para lograr espacios dentro de los mismos. Sus intervenciones se han maximizado en momentos de represión o persecución del Estado. Por ejemplo, los medios han sido utilizados para anunciar y llamar la atención sobre la “Caravana nacional por la defensa del territorio, el agua, el trabajo y la vida”, realizada en 2015 (Jesús Haro, 2016, entrevista). Las comunicaciones remitidas a autoridades religiosas como el Papa, también destacan este método de lucha (José Moreno, 2016, entrevista).

      Los foros en defensa por el agua. En 2010, los yaquis realizaron el primer foro por la defensa del agua, y lo repitieron en 2012. En estos eventos académicos buscaban visibilizar la problemática asociada a la construcción del Acueducto Independencia. A través de ellos, el pueblo yaqui sentó su postura con respecto al megaproyecto y estableció relaciones con organizaciones, personas de la academia y con líderes sociales (Lerma 2014).

      La incidencia ante autoridades, personalidades y organismos internacionales. Se destaca al respecto una reunión en noviembre de 2017 con la relatora especial para derechos y asuntos indígenas de la ONU y con el relator de asuntos indígenas de la OEA (autoridad


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