Poesía para la humanidad. Crónicas de la vida en confinamiento. Juan Antonio López Fernández
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POESÍA PARA LA HUMANIDAD.
CRÓNICAS DE LA VIDA
EN CONFINAMIENTO
JUAN ANTONIO ALMANADO
POESÍA PARA LA HUMANIDAD.
CRÓNICAS DE LA VIDA
EN CONFINAMIENTO
EXLIBRIC
ANTEQUERA 2021
POESÍA PARA LA HUMANIDAD.
CRÓNICAS DE LA VIDA EN CONFINAMIENTO
© Juan Antonio Almanado
© de la imagen de cubiertas: Noelia Pérez Delgado
Diseño de portada: Dpto. de Diseño Gráfico Exlibric
Iª edición
© ExLibric, 2021.
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ISBN: 978-84-18730-05-4
JUAN ANTONIO ALMANADO
POESÍA PARA LA HUMANIDAD.
CRÓNICAS DE LA VIDA
EN CONFINAMIENTO
A veces, siento el temor
de quedar los versos en el olvido,
guardados entre aquellos libros curtidos
por el tiempo y el editor.
Índice
VII. A LAS MADRES EN CONFINAMIENTO
XXV. A LAS MASCOTAS HUÉRFANAS POR EL VIRUS
Agradecimientos
No puedo ni debo olvidar agradecer a todas las personas que han ayudado con sus consejos y aliento para lograr el final de esta empresa, en una etapa importante de mi vida, por lo que representa mi primera publicación. Agradecimiento en especial a mi cuñada Nazaret y mi amiga Pilar, profesoras de Literatura ambas, por sus sabios consejos; a mi hijo Adrián, que siempre me ha apoyado y leído; a mi nuera Noelia, que ha diseñado la portada y la contraportada; a mi familia y a todos aquellos amigos que con su lectura han ido fomentando llevar hasta buen puerto este poemario. Sin ellos hubiese carecido de los ánimos suficientes para poder completar dicho trabajo.
Y, por último, y no menos importante, agradecer a la mujer más bella por dentro y por fuera, que con su paciencia ha soportado la soledad estoicamente, mientras yo, aislado en mi mundo, escribía estas poesías. Es por ello que mi más sincera dedicatoria va dedicada a ella, a la esposa, a la pareja y mi amiga durante treinta y dos largos años, pero que, a la vez, junto a ella se han convertido en un suspiro.
Prólogo
Un día de buena mañana. Un día de aquellos en que aún podía dibujar la sonrisa en tu preciosa cara sin desperdiciar esa sincera mirada… Pero la mañana de aquel día se torció, después también la tarde y su noche, la noche que yacía cada vez más larga, cada vez más lejana, influyendo en el olvido de nuestras sensaciones de la rutina cotidiana. Las noticias fueron tornándose monótonas y tristes, tan tristes que no parecían de este mundo, aunque… hubiésemos querido despertar de esa pesadilla sin sentido. Y desde aquel oscuro día nos cambió la existencia para mal o, quién sabe, para mejor, si no fuese por todos aquellos vencidos y coartados de esperanza y, peor aún, por los seres queridos que vieron sus vidas segadas.
Más tarde, con las manos vacías y el corazón y la mente llenos