Cae el telón. Vilma Barerx

Cae el telón - Vilma Barerx


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      VILMA BARERX

      Cae el telón

      Vilma Barerx

      Cae el telón / Vilma Barerx. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

      Libro digital, EPUB

      Archivo Digital: online

      ISBN 978-987-87-1682-4

       1. Poesía Argentina. I. Título.

      CDD A861

      EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

      www.autoresdeargentina.com [email protected]

      Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

      Impreso en Argentina – Printed in ArgentinaImpreso en Argentina –Printed in Argentina

      "Se devela en la mirada una muñeca

      yace en el fondo inmóvil

      incorpórea en sal y arena

      acunada con el oleaje

      anida todas las gotas del mundo..."

      –Vilma Barerx

      Urdir con la sutura

      Urdiendo los días se fragmentan las letras

      al brillo de la guadaña nos amparamos

      entre tanto la podredumbre nos invade

      extirpa los sedimentos

      sombra dentro de la piedra,

      se escabullen los cuerpos aletargando la caída

      como guardianes del claustro,

      que está aquí.

      Sujetándonos como ávida pluma detrás de la ventana,

      una telaraña vacila intacta

      invade el ángulo del ojo

      abriendo los granos entre ardor y dolor

      hambre y vacío.

      El hilado sigue la trama al resguardo de los presentes

      en la piedad de los memoriosos

      al reposo de la oración

      al olvido de los peregrinos,

      una melodía graba la presencia

      demora el descenso de la hoja

      dilatada en el viento

      al índice de la llaga,

      corona los lagrimales

      en el brote incesante del desierto

      abandonando las molduras,

      contempla la pena del segundero

      abre muros,

      desnudándonos a la trazada trampa

      cae un manto a los pies, filtrado en la jarilla

      como soplo de aliento de los ausentes.

      Guardan lamentos suspendidos

      cegadas máscaras,

      opacas inscribimos en la seca tierra

      tierra que nos une y separa.

      El ocaso se pliega en los huesos,

      impasible al oriente

      escondidas en cortinados, un abismo

      seguimos a deshoras

      en sueños, algunos rezos

      desmembrando el reverso de nuestra historia

      oscila en los rincones del jardín

      atravesando puertas, días, en las cenizas y el fuego.

A1

      Cruza el hilado

      Estás,

      en la sombra dilatada

      dentro de la piedra madre mía,

      estás aquí

      en el desprevenido ojo

      en los granos inconclusos

      de esta carne mía

      ya no mía,

      en la piedad

      en la oración inaudible

      demorada en la hoja amarillenta,

      contemplas desde tu refugio

      la oscura pena adormecida,

      en los desolados muros

      un soplo de aliento extraviado,

      se guardan lamentos

      tu mirada opaca

      lágrimas florecidas en seca tierra.

A1

      Cae

      Tiembla tierra

      voltean los dados las horas

      un soplo doliente arroja los muros a la sien,

      coronada en sudor,

      con piedras en el nido a la constante partida del grito,

      exiliada me descubro,

      con ardor en las manos,

      eco sostenido en el aliento

      sepultando las voces que me contienen.

      Desterrada de todo deseo,

      con la ruina cobijada en la piel

      emigro en los renglones de mi letra

      oraciones en susurro penetran paredes.

      Ingrata memoria roe los huesos, sustrae nostalgias

      los abrigos encajonados después de cada tormenta

      guardan imágenes en la almohada.

      Se precipita un velo que a los ojos muda

      los cerrojos custodian el confinamiento

      detrás de cada ofrenda se sucede el tiempo.

      Yace un mundo inerte en la grieta delineada por el segundero

      asedian jaurías hambrientas,

      el desamparo resguarda ávidos testigos

      que miran las huellas de vientos.

      Albergues se liberan a futuros huéspedes,

      habitarán otras tierras,

      con otros nombres, otras miradas.

      Cierran los pasadizos a condenados por desidia,

      escondida en otra vida, sin destino, un paso y el vacío,

      vedada bajo los párpados escondes la crueldad del golpe

      como pintura eternizada en lienzo que abre sombras.

      En las horas caen rosarios huecos al yerto jardín del ocaso

      ruedan llaves en el olvido a la señal del aposento custodiado,

      repitiendo una vez más estos pasos conquistando la sepultura.

      Lavé tus heridas con lágrimas, alcé tu manto, llévame contigo,

       en tu regazo, y cuida de mí en tu resurrección

A1


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