Otro. Ferny Kosiak

Otro - Ferny Kosiak


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       Otro

      Ferny Kosiak

      Índice

        Cubierta

        Portada

        Epígrafe

        Tour de Proménade

        Passé

        Brisé

        Demi-plié

        Assemblé

        Ballonné Pas

        Fouetté en Tournant

        Grand plié

        Fondu

        Relevé

        Pas de Bourrée

        Pas de Chat

        Sissonne Ouverte Grande

        Chassé

        Glissade

        Grand jeté

        Effacée

        Pirouette

        Petite Battement Sur le cou-de Pie

        Jeté

        Battement Frappé

        Échappé

        Battement Fondú

        Balancé

        Grand Battement

        Arabesque

        Tour en l’air

        Sobre el autor

        Créditos

      “If you don’t love yourself, how in the hell you gonna love somebody else?”

      RuPaul Charles

       Tour de Proménade

       Giro lento del cuerpo sobre una pierna, generalmente completo, ejecutado de manera suave, ligada y sosteniendo la pose.

      Miro mi rostro.

      Miro mi rostro con detenimiento porque nadie extiende la longitud de la pausa necesaria para mirar su rostro durante el tiempo que debería.

      Miro mi rostro y encuentro una cara diferente a la que me devuelve, retocada, la selfie del celular, que me ofrece la posibilidad de eliminar las imperfecciones y hasta de adelgazarme los cachetes. Si me sacara los anteojos vería mi cara como las fotografías del teléfono, apenas desdibujada.

      Miro mi rostro y descubro que los días de primavera ya comenzaron a broncearme y que más allá del límite de la remera hay un tono de piel más pálido. Creo que me tengo que dar un tiempo para hacerme una limpieza de cutis profunda para eliminar, de una vez por todas, los puntos negros de la nariz. Alrededor de mis ojos siguen sin aparecer las patas de gallo, las pequeñas arrugas de telaraña. Eso está bien pero se compensa con los surcos que hay a los lados de mi boca y que odio desde lo más profundo de mi alma, aunque hay gente que dice que son las marcas de las sonrisas y las carcajadas que quedaron enganchadas. De ser así, quizás hubiera reído menos.

      Mis ojos son los mismos ojos marrones de siempre, con una miopía que ha detenido su avance en los últimos años. No tengo el color celeste cristalino de mi abuelo o los ojos color miel de mi padre. Simples ojos marrones.

      Me miro y descubro que tengo más canas. Muchas más canas.

      Me miro y estoy afeitado aunque si paso la mano por mis cachetes siento la aridez de la barba. Me miro y en realidad no me estoy mirando a mí mismo en un espejo. No. Estoy observando a alguien, a algo, que es exactamente igual a mí pero que no soy yo, o tal vez sí.

       Passé

       Paso básico en el cual la pierna de apoyo está firme y la otra sube, con la rodilla doblada para que el dedo del pie, puntiagudo, descanse delante, detrás o al lado de la rodilla de apoyo. La subida es acariciando la pierna base, luego baja, de la misma manera, hasta la posición inicial.

      Desde ayer vivo conmigo mismo. Puede sonar poético pero no lo es. Vivo con Otro que es Yo mismo pero tres años atrás, cuando recién me separé. Lo sé porque me veo más gordo y con algunas arrugas menos pero sobre todo porque estoy mal.

      Aparecí de la nada una tarde de primavera. Tranquilo, sentado en el futón del comedor. Venía de la cocina con un vaso gigante cargado de Coca Zero helada que derramé por el suelo. Cagazo. En dos o tres segundos evalué la posibilidad de mis acciones ante un invasor desconocido, dónde había un objeto contundente cercano para defenderme, cómo podía salir corriendo y llegar al ascensor, en qué cuarto podía encerrarme. No grité. Ni siquiera di un respingo. El miedo se mezcló con la supervivencia. ¿Cómo entró? me pregunté en las milésimas de segundo posteriores. Entonces me reconocí, supe que era Yo pero diferente. El Otro volvió su rostro hacia mí y me sonrió.

      —Tranquilo –me dijo, me dije.

      Entonces sí reaccioné. Di dos pasos hacia atrás. Salí del departamento. Cerré la puerta detrás de mí y me apoyé en ella. Segundos después la puerta cedió suavemente. Él la estaba abriendo desde adentro. Me separé de la madera. Di dos pasos más hacia la oscuridad del pasillo.


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