Después del 31 de mayo. Ignacio Serrano del Pozo

Después del 31 de mayo - Ignacio Serrano del Pozo


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organismos de la Santa Sede; por ejemplo, en una diócesis que se queda sin obispo es el administrador apostólico el que asume la responsabilidad por ésta hasta un nuevo nombramiento. En el caso de Schoenstatt, al tratarse de una comunidad de la Iglesia que carecía de una cabeza por el exilio de su Fundador, fue nombrado un Administrador apostólico en 1964.

      Actos filiales/Actos de séquito*

      Mientras el P. Kentenich se encontraba en el campo de concentración de Dachau, surgió al interior de la Familia una potente corriente de filialidad y fraternidad; esta corriente se fue concretando en una serie de actos personales y libres ofrecidos al Fundador como señal de unidad de vida. La inspiración de estos actos se puede encontrar en determinados gestos o ritos penitenciales propios de la tradición eclesial. En Uruguay, donde había surgido el primer santuario filial, las Hermanas de María se refirieron a este gesto como «Acto filial» (Kindesakt). El 20 de enero de 1949, un grupo de sacerdotes palotinos y algunos diocesanos realizaron algo análogo, conocido como «Acto de séquito o seguimiento» (Gefolgschftsakt). En la Visitación estos actos fueron cuestionados por la jerarquía de la Iglesia como símbolo de dependencia infantil.

      Anwandter, Humberto*

      El P. Humberto Anwandter (1931-2018) perteneció a la primera generación de sacerdotes chilenos del Movimiento. Profundo conocedor del carisma del P. Kentenich, le correspondió realizar un gran aporte a la superación de la controversia suscitada en Chile entre el P. Benito Schneider y el P. Ernesto Durán respecto de la interpretación del 31 de mayo como un acontecimiento local o como un verdadero hito semejante al 18 de octubre o el 20 de enero. Mientras estudiaba en Friburgo, Suiza, escribió una famosa carta al Fundador sobre este tema. A él se le atribuye la expresión de la misión del 31 de mayo como una “cruzada por el pensar orgánico”. En la navidad de 1960, el P. Humberto entronizó en el altar del Santuario de Bellavista la «Cruz de la Unidad», símbolo de la necesidad de superar las diferencias entre “benitinos” y “ernestinos”.

      Bea, cardenal*

      Agustín Bea (1881-1968) fue un sacerdote jesuita profesor de Antiguo Testamento. Desde 1930 fue Rector del Pontificio Instituto Bíblico de Roma. Confesor de Pío XII durante mucho tiempo, fue nombrado cardenal en 1959. Desde 1960 ejerció como director del recién fundado Secretariado para la Unidad de los Cristianos. En el Concilio Vaticano II fue una de las figuras más destacadas en enfatizar el acento pastoral y el diálogo ecuménico. El Cardenal Bea estaba abierto al Movimiento de Schoenstatt y a la persona de José Kentenich. De hecho, durante el tiempo de conflicto actuó como un importante interlocutor con las autoridades romanas. Se le atribuye la frase “sin el Concilio, Kentenich nunca hubiera sido comprendido por la Iglesia”.

      Bellavista, santuario

      Primer santuario chileno, santuario nacional, Cenáculo de Bellavista, bendecido por el P. Kentenich el 20 de mayo de 1949. En su altar el Padre Fundador depositó parte de la Epistola perlonga y en su interior pronunció la famosa “Plática del 31 de mayo”, en la que invita a una contracorriente (Gegenstrom) evangelizadora desde los santuarios filiales hacia Europa.

      Bolchevismo*

      Con el término «bolchevismo» (Bolchewismus), lo mismo que con la expresión «colectivismo», Kentenich no se refiere necesariamente a un sistema político concreto, aunque las ideologías comunistas y socialistas proporcionen en los años 30 el contexto inicial. Mediante el vocablo «bolchevismo» Kentenich describe una mentalidad o espíritu de masificación, cosificación y desafección. El “hombre bolchevique” es equivalente al hombre-masa y al hombre-máquina, un individuo disociado de todos los vínculos naturales y sobrenaturales, despersonalizado, desarraigado y descristianizado. En el universo del 31 de mayo el bolchevismo es el modo de caracterizar el efecto del mecanicismo en la cultura.

      Probablemente una de las fuentes para explicar la insistencia en el término sea el trabajo del historiador de la cultura René Fülöp-Miller, Geist und Gesicht des Bolschewismus. Darstellung und Kritik des kulturellen Lebens in Sowjet-Rußland (Espíritu y rostro del bolchevismo. Presentación y crítica de la vida cultural en la Rusia soviética, 1926). En este libro se contrapone precisamente el espíritu bolchevique al espíritu cristiano.

      Bornewasser, arzobispo*

      Franz Rudolf Bornewasser (1866-1951) fue arzobispo de Tréveris, diócesis en la que estaba incardinado Schönstatt durante el periodo del régimen nazi. En 1946 hizo un laudatorio reconocimiento del Movimiento Apostólico de Schoenstatt y de la comunidad de las Hermanas de María. Este informe fue enviado a Roma, a la Sagrada Congregación de Religiosos. Sin embargo, en febrero de 1949, motivado por los juicios adversos de algunos obispos alemanes debido al actuar de los miembros de Schoenstatt al interior de las diócesis, decide enviar a Monseñor Bernhard Stein como delegado para efectuar una visitación canónica. Más adelante, y en atención a los escasos resultados de esta visitación, Bornewasser solicitó la intervención de Roma.

      Carta del 31 de mayo*

      El 31 de mayo el P. Kentenich le escribió una breve carta a su Excelencia el arzobispo Bornewasser. Esta misiva acompañaba la respuesta al informe de Mons. Stein. Su intención era aclarar la naturaleza del debate con el Visitador: una discusión científica, no personal. No se trata de un texto extremadamente relevante, pero importa no confundir esta carta con la Epistola perlonga o la “Plática del 31 de mayo”.

      Carta a José

      En medio de la confrontación de Schoenstatt con la Iglesia, una de las medidas del Visitador Apostólico fue la elaboración de un nuevo Estatuto General para el Movimiento. En la preparación solo participarían los sacerdotes diocesanos schoenstattianos. El P. Kentenich, enterado de la situación, le trasmitió al superior de la Comunidad, P. Joseph Schmitz, su preocupación frente a estas medidas. La trascripción de esta carta de 1952 es constitutiva de este texto, de ahí que se la conozca también como la “Carta a José” (Josef-Brief).

      El interés primero de este trabajo estaba en defender el espíritu de Schoenstatt fuertemente cuestionado, antes incluso que discutir sobre las medidas organizativas. De ahí que la primera parte de esta larga carta se dedique a la ley fundamental y la ley de construcción de Schoenstatt. “Una fuerte limitación o reducción adecuada de poder en lo organizativo-jurídico, unida a una plenitud de poder extraordinariamente rica en lo vital”.

      Más adelante aborda la «Alianza de Amor» como la fuente de vida de Schoenstatt, y contempla bajo esa luz los acontecimientos del 20 de enero de 1942 y del 31 de mayo de 1949. El texto es importante porque aquí tenemos una de las primeras reflexiones de Kentenich sobre lo sucedido en Bellavista.

      Colectivismo*

      Ver Bolchevismo.

      Cruz de la Unidad*

      Se le considera el símbolo plástico de la misión del 31 de mayo. La cruz de la unidad surgió entre los cursos de seminaristas palotinos procedentes de Bellavista que se estaban formando en Brasil y Suiza. En un tiempo marcado por rencillas al interior de la Familia de Schoenstatt en Chile, ella se impuso como la cruz de los vínculos. Es símbolo de la “bi-unidad”, en la que Cristo es inseparable de María, y María es inseparable de Cristo en la obra de la Redención. Fue entronizada en Bellavista en la medianoche de la Navidad de 1960. Este hecho es conocido como el «Milagro de la Unidad».

      Decreto de autonomía

      Ante las crecientes tensiones suscitadas al interior de la Sociedad de Apostolado Católico en relación a la Obra de Schoenstatt, los cardenales Joseph Frings, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Julius Döpfner, Raúl Silva Henríquez y Laurean Rugambwa solicitaron al Santo Padre, Juan XXIII, que el asunto de Schoenstatt pasase del Santo Oficio a la competencia de la Congregación para los Religiosos y que bajo la supervisión de este organismo se elabore un nuevo Estatuto General para la Obra que reglamentase su independencia de la Sociedad de Apostolado Católico. Esta petición fue acogida el 2 de enero de 1963. El 3 de diciembre del mismo año, el obispo de Münster, Joseph Höffner, fue nombrado “Moderator et Custos” de la Obra de Schoenstatt, y como Asistente, Mons. Wissing. Simultáneamente fue designado el P. Hilarius Albers, O.P. delegado para una nueva Visita canónica


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