Después del 31 de mayo. Ignacio Serrano del Pozo

Después del 31 de mayo - Ignacio Serrano del Pozo


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de mayo no se trata de un tema dogmático (introducción de la Epistola perlonga). Dentro de lo mariano, Kentenich deja también libertad dentro de lo que expresamente está definido.

      3. Schönstatt como organismo.

      Lo que vale para las leyes de vida, amor y pensamiento reconocidas en lo mariano, vale para Schönstatt como todo y para todas sus manifestaciones.

      No solo lo mariano es tema (en la carta María es apenas mencionada. Por otra parte, el obispo tampoco critica nada al respecto). Ante todo, es un segundo tema, la imagen de padre orgánicamente entendida; de hecho, “por razones históricas” se coloca en primer plano. Después de lo dicho anteriormente, no es accidental lo que ante todo sugiere la expresión “histórico”. Visto desde el punto de vista de lo que estamos tratando, es además un (importante) ejemplo entre muchos.

      Las imágenes de padre y de María orgánicamente entendidas son dos importantes casos simbólicos, radicales, puntos neurálgicos del todo. El asunto del que se trata se toca aquí perfilado respecto a eso.

      Pero en conjunto Schönstatt, como todo en todas sus expresiones, es un caso radical de lo orgánico. Análogamente a como Francisco vive y representa la pobreza radical, así Schönstatt, en todo su ser y comportamiento, representa la organicidad radical. La fórmula abstracta a la que Schönstatt puede reducirse, el resumen conceptual reflexivo de toda la configuración vital Schönstatt, es “Vivir, amar y pensar orgánicos” (Organisches Leben, Lieben, und Denken). En esta fórmula, Kentenich ofrece todo Schönstatt a la Iglesia.

      Las leyes del pensar, vivir y amar son conscientemente aplicadas en Schönstatt, es decir, descubiertas y deducidas a partir de él. Son resultado de observaciones e investigaciones de toda una vida. Kentenich realizó siempre de nuevo deducciones reflexivas tales, especialmente en el ámbito pedagógico. En último término, todos sus cursos están deducidos del vivir y amar (ante todo de las Hermanas de María). En la Carta del 31 de mayo intenta reducir todo a un denominador ideológico y resumirlo en un alto grado de abstracción formal. Para él era importante que los ejemplos bien concretos permanecieran en su concreción. Eso es lo que hace tan difícil a la Carta del 31 de mayo y simultáneamente reside en eso su riqueza más propia.

      Así está el 31 de mayo al servicio de la clarificación y justificación de Schönstatt. Su organicidad radical irrita al pensar contemporáneo y no se puede entender así simplemente. Y porque el pensamiento obra bloqueando, tampoco se puede asimilar precisamente en su aspecto de vivir y amar. Por su novedad, necesita así de una clarificación de tipo conceptual principista, pero también de la fundamentación de un nuevo pensar, que sane un determinado pensar.

      4. El organismo Occidente.

      Para el Padre Kentenich, la aclaración de sus principios está al servicio de la cultura occidental. Hasta lo pone en primer plano. A la luz de experiencias y conocimientos propios con el organismo Schönstatt, reconoce lo orgánico y sus leyes en la cultura y su tradición (organismo de vinculaciones en gran parte de tipo no verbal).

      Este organismo se disuelve siempre más, en parte por la caída de los muros protectores, pero también por el surgimiento de lo nuevo, que no puede ser asimilado orgánicamente sin más. El antiguo organismo se manifiesta siempre más como vuelto muy pequeño.

      Pero en la disolución trabaja también un respectivo pensar (desde la Reforma y ante todo desde la Ilustración): “La historia del espíritu hizo un trabajo previo”. El resultado es designado por Kentenich de un modo resumido como “colectivismo” o también “bolchevismo”. Con estas expresiones ante todo se alude a Europa. Pero “Europa está hoy en todas partes”9. Por el Occidente se produce una infección. Pero también de por sí surge por todas partes el nuevo espíritu.

      5. “Penetrar en la Iglesia”.

      5.1. La Iglesia es el aspecto formal.

      La Iglesia es el punto de vista formal del 31 de mayo. El paso efectuado está al servicio de la Iglesia, de su mantenimiento y salvación. En la medida en que la Iglesia es el alma de la cultura, naturalmente que está también comprendida.

      El antiguo organismo se había refugiado en la Iglesia y allí ante todo se había salvado, en especial donde la Iglesia “todavía” vivía un tejido territorial de cristianismo y territorio. Se alude a los territorios católicos cerrados, enclaves, naciones o regiones católicas como Polonia, España, Irlanda, Baviera, Renania, Franconia. Lo mismo la piedad popular en general, el ámbito eclesiástico interno en seminarios y noviciados, o la respectiva mentalidad intra-eclesiástica.

      La Iglesia se protege por controles estrictos, ante todo contra las ideas, que podrían y pueden volverse peligrosas como bacilos, porque rápidamente es cuestionada, parcial o totalmente, la evidencia del antiguo organismo, de la antigua “sustancia”.

      En una mirada más próxima, la “devoción mariana históricamente desarrollada” se revela ante todo como un elemento especialmente importante de síntesis de la sustancia vital de la cultura eclesial. Lo mismo con la imagen de padre orgánicamente entendida (Papa, obispo, presbítero, autoridad).

      Justamente por estos sitios penetran también ahora “bacilos” en la Iglesia. El Padre Fundador lo designa como “pensar ideísta (ideenmäßiges Denken), que actúa mecanicistamente” o simplemente “pensar mecanicista” (mechanistisches Denken). A partir del pensamiento se cuestionan configuraciones vitales “históricamente desarrolladas”. Esto sucede en especial y para él de un modo claramente observable en la devoción mariana. En el comportamiento frente a ella, Kentenich descubre el comienzo de la caída de la tradición también en la Iglesia.

      5.2. La Iglesia en Occidente.

      El horizonte de José Kentenich es el ámbito occidental y europeo, y especialmente el alemán, o más genéricamente, el germano; este último es su inmediato campo experimental. En el ámbito germano se hizo siempre más fuerte un cuestionamiento de la vida crecida, especialmente de la devoción mariana, a través del Movimiento Juvenil Católico, de los movimientos litúrgicos, bíblicos, ecuménico, y en general, lo formalmente cristocéntrico, tanto como por las facultades de Teología y el alto grado de prestigio que tiene la Teología.

      De su encuentro con Latinoamérica José Kentenich concluye que allí es distinto. Es cierto que hay que considerar que se refiere al pensar ratione objecti, no al pensar ratione subjecti, tampoco al vivir y amar orgánicos, tampoco a la estabilidad, es decir, a la raíz afectiva (cordialidad) de las relaciones y vinculaciones.

      También hay que ver que en Latinoamérica la Ilustración que cuestiona la tradición eclesiástica se ha producido de la forma más amplia y de esa manera ha separado de la Iglesia a las élites espirituales. Especialmente los varones se apartan de ella, si bien el respectivo pensar penetra menos en la Iglesia misma. Al respecto, Alemania ha permitido entrar en la Iglesia más Ilustración.

      5.3. Ruptura conciliar de los diques.

      Por el Concilio Vaticano II se creó universalmente una nueva situación. Se produce casi una ruptura de diques y tradiciones. El organismo tradicional cae rápidamente. Se desarrolla una revolución religiosa intraeclesial. Especialmente se cuestiona (por un nuevo pensar) el elemento mariano y paternal que sujetaba al antiguo organismo, la antigua “sustancia”. Kentenich hubiera demorado con gusto este proceso. Toda la ideología conciliar vino para él muy temprano. Hubiera deseado tener más tiempo para configurar de manera más orgánica la (también para él) atrasada ampliación del antiguo organismo.

      Especialmente lo mariano habría podido mantener el organismo históricamente crecido todavía un tiempo, para configurar más orgánicamente las necesarias ampliaciones, los procesos de concientización y las nuevas configuraciones, más lentamente y más de acuerdo con las leyes del crecimiento. Junto con el surgimiento de la revolución religiosa vital (y otras), a partir de un respectivo pensar teológico, se desconstruye con rara dedicación también y especialmente lo mariano, en todo caso de un modo especialmente claro en los territorios germánicos, pero también en Francia y en muchos aspectos en España y otros lugares.

      Donde esto no se desconstruye intra-eclesialmente


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