El estallido del tiempo. Marta Panaia
tecnológico, de aceleración de los procesos económicos de crecimiento o de fuerte recesión económica de los países. A nivel personal, períodos de urgencia y períodos de institucionalización pueden condicionar distintas distribuciones del uso del tiempo.
Por otra parte, está la situación real de trabajo que se puede analizar a partir de la semana de trabajo y de la jornada de trabajo, separando los trabajos habituales o estables y los trabajos temporales o informales.
Allí es importante establecer la cantidad de horas trabajadas por semana y cuantas semanas al mes son trabajadas habitualmente. La diversificación de los tiempos de trabajo con la flexibilización hace más difícil su medición y también más borrosas las fronteras entre el tiempo de trabajo efectivo y el tiempo del ocio o tiempo libre.
El analizador de estudio allí es la estructura de la jornada de trabajo, la distribución durante el día en horarios cortos y largos: la fragmentación de la jornada y su repercusión en los ingresos en ciertos trabajos y el alargamiento de la jornada de trabajo recurrente en otras.
Entonces los indicadores a analizar son la densidad del tiempo de trabajo cotidiano, en relación a la duración de la jornada, a la amplitud de la jornada de trabajo. La densidad de la jornada de trabajo permite analizar los horarios fuertemente fragmentados de algunas profesiones poco calificadas como: limpieza, la reparación, el comercio minorista, el transporte, el turismo, etc. Jacquot, L. Melchior, J.Ph y Paye, S. (2017).
En estos casos los niveles salariales son bajos y cercanos a la supervivencia y la fragmentación del tiempo de trabajo es el que explica el mecanismo de reducción del costo del trabajo (monotributistas, trabajadores a tiempo parcial, temporarios, de plataforma y uber).
Otra mirada posible se declina de los diferentes dispositivos de gestión que diseñan las empresas para organizar la producción y la secuencia temporal de utilización de la mano de obra, tarea que merece un volumen aparte para desplegar su riqueza. El aumento de regulaciones de las empresas en detrimento de reglas homogéneas de empleo se traduce en múltiples horarios atípicos o la obligación de mantenerse conectados digitalmente aún en tiempos de descanso, que ponen en tensión la noción de duración colectiva del trabajo. Esto no queda encerrado solamente en el ámbito de la empresa sino que tiene una fuerte resonancia en la salud y en la vida familiar y social de los trabajadores.
También la relación entre pares donde el nivel de compromiso con el trabajo exige la entrega de tiempo adicional para lograr los objetivos como ocurre en el trabajo de un espectáculo, el trabajo en un gabinete médico o de abogados, ingenieros consultores, docentes, etc.
Es menor el interés del dinero que el compromiso profesional que significa participar de esa elite de trabajo. En estos casos es fundamental la distribución sexual del trabajo, cuando participan mujeres o cuando en el seno de la familia, uno de los miembros de la pareja participa en actividades de este tipo.
Analizar qué modelos familiares permiten cumplir con tiempos prolongados de trabajo y con la guarda y funciones familiares, como ocurre frecuentemente con las mujeres.
Cómo afectan estos cambios en la ampliación del tiempo de trabajo en la calidad de vida y en la articulación con los tiempos personales y sociales en un marco de creciente flexibilización de tiempos de trabajo y de retraso de una cierta concordancia entre los tiempos de trabajo y los tiempos sociales.
Las normas sobre el derecho del trabajo pueden elaborarse para la emancipación del trabajador o para la gestión de la empresa. Si están elaboradas para mejorar las condiciones de trabajo van a tender a reducir el horario de trabajo y salvaguardar la salud del trabajador. En cambio, si están pensadas para la gestión de la empresa y la mejora de la competitividad, van a tender a aumentar el tiempo de trabajo y transferir algunos riesgos de la empresa al trabajador (Miné, 2017).
Lallement, plantea dos dimensiones del tiempo de trabajo la dimensión cuantitativa y la dimensión cualitativa de la distribución de esa duración de trabajo.
La densidad del tiempo de trabajo cotidiano contiene dos dimensiones la amplitud de la jornada de trabajo y el período diario promedio calculado a partir del período semanal y el número de días trabajados. Este valor muestra qué profesiones están más perjudicadas por el recurso de tiempos de trabajo fragmentadas, que repercute en las remuneraciones mensuales y puede emparentarse con los salarios de subsistencia (trabajo nocturno y trabajo por turnos).
Según Lallement (2010) desde la aparición de los primeros signos de debilidad estructural del taylorismo y el fordismo, las transformaciones del trabajo han provisto de temas a numerosas investigaciones. Nuestro país carece de estudios sistemáticos tanto de la introducción, como de la permanencia y el debilitamiento de la organización taylorista del trabajo y menos aún de los impactos del uso de tiempo en la jornada de trabajo.
Los cambios provienen de la relación de servicios, de la visión que tienen los jóvenes del trabajo y también de los estudios de género que incorporan nuevas problemáticas a los estudios del tiempo de trabajo, de manera que habría que revisar sistemáticamente los procesos de institucionalización del proceso de trabajo en distintas ramas y sus consecuencias en la distribución del tiempo en la jornada de trabajo y en los tiempos de producción.
Lallement define cuatro componentes de ese proceso institucional: la integración, la regulación, la individuación y la división y hace intervenir la temporalidad como la dimensión cuantitativa de los procesos de socialización y de organización y como elemento de estabilidad relativa y de identidad de los actores y de la naturaleza de los espacios de acción.
La relación entre pares puede generar “normas temporales de hecho” por ejemplo en finanzas, consultoría, etc. Estudiar la duración elevada de trabajo significa también conocer las formas de socialización previas. En ese sentido el método de estudiar las biografías de los individuos permite comprender cómo se construye una “carrera de tiempos de trabajo”, desde la primera socialización familiar, la influencia de las instituciones educativas y universitarias y el curso de la inserción profesional (Hubault, 1998).
No hay estudios sobre las nuevas regulaciones del tiempo de trabajo y las formas de acompañamiento de la descentralización de la negociación colectiva, ellas han acelerado sobre todo la repartición de nuevos roles en la producción de diferentes tipos de reglas, para las ramas, las regiones, las empresas y los establecimientos.
Las negociaciones tienden a centrarse en las ventajas para las empresas de lograr los acuerdos que corresponden lo más exactamente posible a sus necesidades de flexibilidad, dejando de respetar las reglas establecidas por los Convenios de Trabajo por rama. El paradigma taylorista deja lugar al paradigma toyotista que plantea nuevas referencias y nuevas prácticas de organización del trabajo que hacen recaer la autonomía y la responsabilidad en el trabajador y que plantea lograr un objetivo sin mirar la cantidad de horas que ello implique. Ahora, la economía digital la producción 4.0 y el trabajo en plataformas incorporan una nueva dinámica, cuyas consecuencias es todavía prematuro predecir.
Con esta organización, el control no desaparece sino que toma otras formas que privilegian el conocimiento, el contenido simbólico y el control a distancia. Esta forma de control es totalmente opuesta a las instrucciones y reglamentos que caracterizan la autoridad taylorista-fordista y aún la toyotista, por eso aparecen las nuevas formas de control social.
El planteo de este proceso tiene cuatro líneas de demarcación que tienden a ser más permeables: trabajo independiente/dependiente; trabajo remunerado/trabajo voluntario; trabajo asalariado privado/trabajo asalariado del sector público y formación/empleo.
El tiempo de trabajo está en plena transformación tanto en el sector industrial como en los servicios. El modelo taylorista-fordista con un horario regular por semana con tiempo pleno, que cada vez más es flexible y fragmentada. El tiempo toyotista controlado, informatizado y maximizado en su eficiencia y el tiempo de la producción 4.0; de la economía digital y la economía compartida coexisten y están en plena eclosión.
Los tiempos impuestos por la globalización de los cambios económicos, por el desarrollo de relaciones de servicios que obligan a inventar formas inéditas de deslocalización espacio-temporal