Un jerónimo de duda. Kato Molinari

Un jerónimo de duda - Kato Molinari


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      Un jerónimo de duda fue publicado por primera vez en 1996. Los poemas que lo componen muestran los rasgos que atraviesan toda la obra de Kato Molinari. Una extraña originalidad tal vez centrada en las variaciones, los giros sorpresivos, la ironía y el humor allí donde menos se lo piensa. El lector de Molinari debe estar preparado para encontrar en sus versos algo que no pudo prever, algo que parece asociado a un campo de significación o a un registro sonoro de otro orden. En ese particular contraste, el dolor o la angustia pueden ser leídos con una ligera sonrisa.

      Kato Molinari

      Un jerónimo de duda

      Un jerónimo de duda

      Kato Molinari

      1a edición, 2019

      Diseño de cubierta: Mailén Tamargo Gandía

      ISBN: 978-987-86-1055-9

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      para Silvina Ocampo, in memoriam

      What you need for painting

      (from a letter by Renoir)

      …………………………………….

      …………………………………….

      indiference to everything except your canvas.

      The ability to work like a locomotive.

      An iron will.

      RAYMOND CARVER

      Ultramarine

      Infancia

      Mi padre me sentaba en uno de los sillones

      de la galería y decía que le gustaba la tormenta.

      Yo no decía nada pero también disfrutaba de

      la caída furiosa de las piedras.

      Después hacía barquitos que navegaban

      sobre un fondo de mosaicos ingleses.

      Tribunal

      Yo hablaba de lo que no sabía

      (el contagio, qué va).

      Es decir que por fin había encontrado mi nivel.

      Todo esto nada tenía que ver con

      el ventrudo señor que pretendía pretenderme ni

      con la mujer policía que, de tan envidiosa, se

      había vuelto adicta al afecto.

      Pero yo hablaba, hablaba,

      levantaba la voz, me reía,

      me burlaba, sobre todo me burlaba.

      Desde su portarretratos Bergson me observaba y

      movía la cabeza.

      Simon de Beauvoir no tuvo empacho en

      amonestarme:

      -Vous êtes imprudente et avec cette conduite

      ne faites que mettre en question votre

      condition de femme face à la réalité! C’est

      sotte, entièremente sotte!

      -El mal corre- acotó suavecito Audiberti para

      consolarme.

      Árboles de Thoreau

      Exhala. Vuelve a inspirar.

      Pecho acompasado pulóver italiano

      con diseño de flores.

      El ritmo decae con el paso de algún avión o

      con el sonido insidioso de la lluvia.

      El salón es inmenso y no por fuerza hostil.

      Se conocen soledades mayores, las de los

      árboles de Thoreau y de Thoreau mismo, por

      ejemplo. La soledad animal que queda encerrada

      durante horas y horas a la espera de su ama,

      de su amo, de su amor.

      A propósito, estoy enamorada de un perro que

      pronto cumplirá tres años y que vive en una

      casilla de vigilancia. Mimado, con mucho

      alimento, se comporta como perro de mansión.

      Es amarillo y tiene ojos negrísimos y orejísimas.

      Suele sonreír pero por lo general

      se muestra indiferente.

      No se entrega a los extraños. Parece que es

      feliz solo, perdido en sus proyectos lúdicros

      o cuando se tiende sobre los serviciales e

      instantáneos tapices del sueño.

      Es caminador y excursionista. Algunas perras

      lo evalúan cuando pasa. Pero esto ya es prosa,

      Molière.

      Menos solo, el salón, menos grande a medida

      que escribo.

      La muerte. No pienso en ella. No entra en

      mi vida, está afuera. Un día mi vida cesará

      pero no quiero que en ningún caso esté

      abrumada por la muerte. Quiero que mi

      muerte no entre en mi vida, que no la defina.

      Quiero ser siempre una llamada a la vida.

      Jean-Paul Sartre

      A la señora de Mallarmé

      Mujer que encuentra su ala en el menos pensado

      lugar del albacea pero después de la discordia.

      Mujer que encuentra su ala perdida en medio

      del millón pajar duodécima ocurrencia ala ala

      ala.

      Doceavo completo

      Doceavo completo hay quebrados trigonometría y

      raíces. Historia antigua, moderna, argentina,

      de América, geografía ídem. En literatura

      Calderón de la Barca y algún desalentado

      español.

      Eso era el Colegio Nacional y nuestro

      desamparo.

      Había en el patio una insólita planta de lima

      que daba sus preciadas frutas. Alguna vez comí

      unos gajos y sentí algo parecido al éxtasis.

      Lo demás: «Buenos días, alumnos». “¡Buenos días,

      señor rector!”. Cuando ese rector murió

      yo también me morí un poquito; durante días y días y

      días lo vi en la galería del colegio y no era cierto.


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