El sueño de las palabras. Reflexión y práctica pedagógica de la literatura infantil. Denice Barrionuevo Balseca

El sueño de las palabras. Reflexión y práctica pedagógica de la literatura infantil - Denice Barrionuevo Balseca


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en esa hora difícil en que el sueño no llega, para calmar su hambre o exorcizar el miedo a que mueran demasiado pronto como ocurría con demasiada frecuencia en esos lejanos tiempos. Seguramente la primera nana, que se pierde en el oscuro pasado del ser humano, se cantó antes que las loas a los dioses, antes que los poemas de amor; se cantó la primera noche que una hembra, con capacidad de articular palabras, sintió la necesidad de arrullar a su hijo. Estas creaciones fueron tal vez los primeros intentos literarios del ser humano que, al ser orales y producidas en el círculo más íntimo de la sociedad, no se difundieron ni sobrevivieron en el tiempo.

      La relación de los niños con el lenguaje inicia antes de su nacimiento porque sus padres, muy tempranamente, toman contacto con ellos a través de palabras al escoger su nombre, al imaginarse cómo es ese ser que se mueve y da pataditas, al expresar en palabras con significado sus expectativas, sueños y temores respecto a su nacimiento, a su futura vida, a cómo transformará su existencia. Por su parte el niño, dentro del vientre escucha ya la voz de su madre, la de su padre, y empieza a descifrar los sentimientos que ponen en sus palabras.

      Al nacer los llamarán por su nombre y muchas madres, con mayor conciencia que sus antecesoras de lo que significa hablar, susurrar y cantar a los niños, siguen cantando a sus hijos para que se duerman.

      Señora Santa Ana

      Por qué llora el niño

      Por una manzana

      Que se le ha perdido

      Si llora por una

      Yo le daré dos

      Una para el niño

      Y otra para vos.

      La vieja señora Santa Ana se pasea por la habitación que huele a leche materna y a cariño. El cuco ha sido desterrado de esa casa y ya no habrá amenazas de ser comido por él, como les pasó antes a muchos otros y en su lugar habrá estrellas, conejos o mariposas.

      El niño escucha las palabras y aunque no sabe lo que es una manzana, mucho menos una manzana perdida, siente el amor que tiene esa voz que, durante nueve meses, le ayudó a construir con sonidos una parte importante de su idea de lo que es la vida y el mundo.

      Fruto de la experiencia de los talleres impartidos en los que se realizaron actividades de mediación lectora, los resultados observados en los niños participantes fueron los siguientes:

      El niño se siente querido y poco a poco va comprendiendo lo que cada palabra quiere decir, y entre más palabras escuche más grande será su universo, la conciencia de sí mismo y su relación con ese todo que crece con cada experiencia diferente que vive. Y al oír su nombre empezará a forjar su identidad. Su nombre dicho con amor, con alegría, con cansancio o con tristeza será uno de los primeros referentes que tendrá para saber quién es él y cuál es su lugar en el universo. El niño aprenderá entonces a leer los sonidos y los gestos de su madre, de su padre, del resto de la familia y del mundo que le rodea. La primera lectura que el niño realiza es del rostro de quien le cuida, de quien conversa con él, de quienes son su universo cercano. Un rostro afectuoso, receptivo, atento y cariñoso le hará sentirse querido y aceptado, por el contrario un rostro apático, indiferente o peor aún, disgustado, le trasmitirá la sensación de ser poco aceptado en su medio. Y aprenderá también a comunicarse, primero con gestos y sonidos hasta cuando brote la primera palabra como una flor que quiere regalar a todos. Palabra repetida muchas veces hasta que tenga sentido para él y se convierta en muchas otras palabras que le entreguen el mundo.

      Las palabras irán acompañadas de juegos, y la risa del niño pintará de colores el aire de la casa con el tope, tope, tun, inflar las mejillas, cerrar los ojitos, dar besos de esquimales, contar pequeñas historias con los dedos y las muchas formas de provocar cosquillas. Y también esos antiguos juegos que pueden decir cosas crueles como el aserrín, aserrán donde les dan palo a los que piden pan, sin embargo, ni la madre ni el niño se fijarán en eso sino en el sonido que rima y que invita al movimiento, al juego y luego al abrazo.

      Pero no en todas las casas es así, pues en otras hay niños que crecen sin cosquillas, sin que nadie les sople la carita para que cierren los ojos, sin deditos que compran huevos, sin arañitas que recorren todo su cuerpo, porque las madres jóvenes con múltiples preocupaciones y distractores o cansadas de trabajar con doble jornada se olvidan de jugar y, si bien abrazan también a sus hijos y les dicen cosas bonitas, la mayor diversión de los dos será mirar la televisión. Los niños se entretendrán con mensajes prefabricados que empezarán a uniformizar su pensamiento y con propagandas que los adiestrarán para el futuro consumo.

      Son muchos los juegos que se pueden hacer con los niños en estas edades. Algunos de ellos son:

      “La arañita” en el que se imita con los dedos de una mano el caminar de una araña sobre diferentes partes del cuerpo. Se avanza lentamente diciendo con voz dramática: “Llega la arañita, llega la arañita” hasta una parte del cuerpo en la que se le hace cosquillas. El mismo juego se puede hacer con una abejita o un abejorro y en ese caso el que hace las cosquillas es un solo dedo.

      “Concurso de muecas”: papá, mamá, abuelos, tíos se colocan frente al niño y cada cual a su turno hace la mueca más chistosa que se le ocurra. El ganador es el que consigue que el niño se ría más.

      “Tortillitas”: se motiva al niño a que aplauda mientras se dice el texto del juego, que puede tener muchas variaciones: “Tortillitas de manteca para la mamá que da la teta. Tortillitas de cebada para el papá que da la colada. Tortillitas y tortones para la abuelita que da los calzones”. Si el niño aún no puede aplaudir por su cuenta se le puede enseñar tomándole de las manitos.

      “El avión”: de preferencia el papá o el abuelo sostienen al niño por debajo de los brazos, apoyando las manos en su barriguita, imitan el ruido de una hélice y le hacen dar vuelos por el lugar.

      “Burbujas”: mientras se lo baña se le hacen masajes por todo el cuerpo con las manos y el jabón, y luego con un sorbete se sopla dentro del agua para provocar las burbujas.

      “Escondidas”: la mamá o cualquier otra persona se esconde detrás de una tela mientras el niño la ve y pregunta ¿Dónde estoy?, luego se destapa y dice “Aquí estoy”. Con el tiempo se motiva a los niños a que imiten el juego.

      “El caballito”: se coloca al niño en las rodillas y se las mueve imitando el paso del caballo con diferentes ritmos: Se inicia lentamente con “Al paso, al paso, al paso”. Se acelera un poco con “Al trote, al trote, al trote”. Se aumenta la velocidad con “Al galope, al galope, al galope”.

      “Títeres”: con unas medias viejas o pintando caras sobre nuestros dedos se saluda al niño, se le dicen cosas divertidas y poco a poco se incorporan historias pequeñas que él pueda comprender.

      Quiero compartir una pequeña canción, “en ritmo de rap”, que escribí para enseñarle a mi nieta a besar como los esquimales, la cual se debe cantar imitando los movimientos que sugiere el texto:

      Los esquimalitos se mueren de frío

      Por eso tapan todo menos su nariz

      Si quieres dar un beso de esquimal

      Las dos naricitas debes acercar

      Mueves para un lado, mueves para el otro

      Y ya sabes besar como todo un esquimal.

      Los seres humanos somos hijos de las palabras, y la evolución social de la especie es producto de su enorme capacidad de fantasía e imaginación expresada en palabras. En múltiples fuentes podemos encontrar que una de las imágenes más antiguas que tenemos de los seres humanos es un o una anciana contando algo a un grupo sentado alrededor de una fogata: sus reflexiones personales y las de otros. En esas reuniones nacieron la literatura, la religión, la filosofía y aún las primeras tentativas de la tecnología y la ciencia porque allí, con seguridad, se compartían los primeros descubrimientos y hallazgos del cómo mejorar la vida y cómo enfrentar ese mundo desconocido.

      Por


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