Historia del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley. Jaroslav Hašek
Contenido
Historia del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley
Primera parte. Historia del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley
Segunda parte. Comandante de la ciudad de Bugulmá
En Serio,
2.
Título original:
Dějiny strany mírného pokroku v mezích zákona
Velitelem města Bugulmy
Edición en formato digital: diciembre 2020
© de la traducción: Montse Tutusaus, 2015
© de la introducción: Monika Zgustova, 2015
© de la imagen de cubierta: Ana Rey, 2015
© de la presente edición: La Fuga Ediciones, 2020
La traducción de esta obra ha recibido una ayuda financiada por el Ministerio de Cultura de la República Checa.
Diseño gráfico: Tactilestudio Comunicación Creativa
ISBN: 978-84-123107-9-5
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Jaroslav Hašek
Historia del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley
traducción de Montse Tutusaus
prólogo de Monika Zgustova
Jaroslav Hašek
(Praga 1883 - Lipnice nad Sázavou 1923)
Nacido en Praga en una familia arruinada a causa de los problemas de alcoholismo del padre, Jaroslav Hašek tuvo siempre una vida al límite. Despedido de varios trabajos por su afición a la bebida, se dedicó al periodismo acercándose a los ambientes anarquistas. En 1911 fundó el Partido del Progreso moderado dentro de los Límites de la Ley y se presentó como candidato a las elecciones generales. Durante la I Guerra mundial combatió en las filas del ejército austrohúngaro (experiencia que narra en su única novela Las aventuras del buen soldado Švejk), desertó y se incorporó al ejército revolucionario ruso, donde llegó a ser comandante de todas las operaciones en Siberia. De vuelta en Praga, murió de alcoholismo a los cuarenta años.
Títulos:
- Cómo encontré al autor de mi necrológica
- Historia del Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley
- El buen soldado Švejk antes de la guerra
el rebelde con un libro en el bolsillo y una jarra de cerveza en la mano
de Monika Zgustova
Alemanes, checos, judíos, católicos, protestantes, anarquistas y republicanos, todos convivían entre los muros ennegrecidos de las callejuelas de la Praga gótica, dominada por las fantasmagóricas estatuas barrocas de los santos que se retuercen como un ejército de fanáticos de Savonarola. La convivencia de más de una cultura es siempre enriquecedora aunque nunca resulta fácil. ¿Cómo convivían los checos y los germanohablantes a nivel cultural?
Según el escritor y periodista pragués de expresión alemana Egon Erwin Kisch, amigo de Hašek, del mismo modo que a un checo nunca se le ocurriría entrar en un café alemán, un alemán jamás en la vida se tomaría una copa de coñac en un café checo. Cada cual tenía sus restaurantes, sus casinos, jardines públicos, hospitales y hasta depósitos de muertos. La Praga de la preguerra contaba con medio millón de habitantes de los que unos 415.000 eran checos (que representaban un 92% de la población total) y 34.000 germanohablantes (un 8%), de los cuales 25.000 eran judíos. Si bien poco numerosa, la minoría de habla alemana era cultural y económicamente muy poderosa.
Sin embargo el escritor Max Brod, amigo y biógrafo de Kafka, que también escribía en el alemán de Praga, matiza esta situación: «Los escritores en alemán manteníamos con los checos muy buenas relaciones de vecinos y adorábamos a los poetas checos; no hubo nada que nos separara de ellos, no se producía aislamiento alguno. Todos dominábamos perfectamente el checo que para nosotros era tan importante como el alemán.»
Brod llama a Praga «ciudad polémica». Con ese término se refiere a su unicidad de capital formada entre la convivencia y las desavenencias de distintos grupos étnicos, lingüísticos, religiosos y políticos. Mientras que muchos escritores anteriores a Brod y Kafka, tanto checos como alemanes, tomaban la posición de un nacionalismo exclusivo, la generación de Kafka y Hašek alcanzó una postura tolerante y de comprensión mutua entre los distintos grupos.
Franz Kafka y Jaroslav Hašek nacieron en el mismo año, 1883, en la misma ciudad, Praga, en la que pasaron la mayor parte de su vida; ambos murieron a los cuarenta años de edad. Para ambos, Praga no fue solo una gran fuente de inspiración sino el punto de referencia esencial de su obra.
Jaroslav Hašek nació en una familia de clase media, empobrecida tras la muerte a causa de una cirrosis hepática del padre, un alcohólico; la procedencia de Hašek alumbra muchas actitudes en la vida y la obra del autor de Las aventuras del buen soldado Švejk. A lo largo de la vida del escritor y sobre todo tras su muerte prematura, sus amigos contaron tantas anécdotas sobre sus aventuras, y el mismo Hašek dejó circular tantas mistificaciones sobre su vida que nunca ha resultado fácil distinguir la realidad de la ficción.
Tras varios empleos —ayudante en una droguería, empleado de una oficina de seguros— el jovencísimo Hašek decidió que quería ser escritor y empezó a publicar sus cuentos en las revistas más diversas. En esa época —nos referimos a los años entre 1906 y 1907—, frecuentó ambientes anarquistas, formó parte de la plantilla de la revista Mundo Animal —donde se inventaba animales inexistentes— y se casó con Jarmila Mayerová contra la voluntad de los padres de la novia. Más tarde, al comprobar que el esposo de su hija no era capaz de ganarse el pan, el suegro acabó trasladando a Jarmila, a su nieto Richard y los muebles a otro piso.
Tras la separación de Jarmila, en 1911, Hašek y algunos de sus compañeros fundaron el Partido del Progreso Moderado Dentro de los Límites de la Ley, una invención política, una caricatura que se burlaba de las absurdidades de la política y de las autoridades de aquel entonces. Hašek, el gran mistificador, se presentó como su candidato. (Los discursos reales del candidato-mistificador