Una aristócrata en el desierto - Matrimonio en juego. Maisey Yates
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Diríjase a CEDRO si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.
www.conlicencia.com - Tels.: 91 702 19 70 / 93 272 04 47
Editado por Harlequin Ibérica.
Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
Núñez de Balboa, 56
28001 Madrid
© 2021 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.
N.º 232 - marzo 2021
© 2015 Maisey Yates
Una aristócrata en el desierto
Título original: Bound to the Warrior King
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
© 2015 Maisey Yates
Matrimonio en juego
Título original: A Game of Vows
Publicada originalmente por Harlequin Enterprises, Ltd.
Estos títulos fueron publicados originalmente en español en 2015 y 2016
Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.
Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.
Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.
® Harlequin y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.
® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia. Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.
Imagen de cubierta utilizada con permiso de Dreamstime.com.
I.S.B.N.: 978-84-1375-155-9
Índice
Créditos
Una aristócrata en el desierto
Matrimonio en juego
Si te ha gustado este libro…
Capítulo 1
Era frágil. Y pálida. Llevaba el pelo rubio recogido en un elegante moño. Las mangas largas de su vestido, largo hasta el suelo, debían de estar destinadas a protegerla del sol de Tahar. Pero no servirían de nada.
Unos minutos en aquel entorno donde él había pasado los últimos quince años bastarían para matarla.
No sería más que un lirio blanco secándose en la arena hasta convertirse en polvo y desaparecer con un soplo de aire.
Quien hubiera imaginado que esa mujer podía servirle de esposa al sultán de Tahar debía ser relevado de su cargo.
A Tarek cada vez le gustaban menos los consejeros que había utilizado Malik.
Le habían dicho que podía ser una alianza política beneficiosa para su país. Tarek no sabía nada de política, pero había aceptado pensarlo.
Sin embargo, al verla… No funcionaría, se dijo.
–Lleváosla de mi vista –