Terapia craneosacra I. John E. Upledger
había hecho así el cráneo, y me explicara la función de la forma de los distintos huesos. Durante los últimos 6 años, Jon y yo hemos trabajado juntos con estos problemas.
A nivel general, este libro es para biólogos y fisiólogos médicos curiosos, o para todo el que tenga interés por la integración de las funciones mecánicas y fisiológicas del cuerpo humano. El concepto craneosacro resuelve muchas paradojas y aporta una explicación a muchos fenómenos fisiológicos y síndromes clínicos observados pero no explicados.
A nivel más práctico, este libro es para todo «trabajador corporal», es decir, toda persona implicada en profesiones sanitarias que emplee las manos como herramientas diagnósticas o terapéuticas. Esto compete a médicos y osteópatas, dentistas, quiroprácticos, fisioterapeutas, terapeutas de polaridad, terapeutas del movimiento, psicoterapeutas, etc. La mayoría de las personas que ejercen estas profesiones cuentan con buenos conocimientos de anatomía. En este libro esperamos basarnos en esas sólidas bases anatómicas y expandir el concepto de la función anatómica y fisiológica dinámica.
Animamos a los lectores a mejorar sus habilidades para la palpación. Yo (Upledger) estoy fascinado por las perspectivas que se me han abierto desde que empecé a desarrollar mis habilidades para la palpación. La fascinación queda reflejada en el comentario de un neurólogo checoslovaco que visitó recientemente nuestra universidad. Había oído hablar del concepto craneosacro y quería que le enseñara a palpar el ritmo. Me tumbé en decúbito supino sobre la mesa de tratamiento, puse sus manos suavemente sobre mi cabeza y le pedí que cerrara los ojos y sintiera. En primera instancia, percibió el ritmo cardiovascular, luego el ritmo respiratorio, y después con mucha claridad el ritmo craneosacro. De modo espontáneo y teatral declaró: «Una vez que lo encuentras, nunca más lo pierdes».
Debo la realización de este libro a todos mis estudiantes que persistieron en preguntarme y animarme a describir verbalmente y explicar las cosas que hago de forma automática. Destaca entre todos una estudiante que integró en un programa de estudios los apuntes de clase y artículos publicados, la hermana Anne Brooks, hoy en día osteópata.
Grande es mi deuda con Stacy F. Howell, Ph. D., bajo cuya tutela completé una beca de 3 años en bioquímica en el Kirksville College of Osteopathic Medicine. La doctora Howell trató continuamente de enseñarme la diferencia entre un tecnólogo y un doctor de filosofía de la ciencia. Su influencia me convirtió en un observador naturalista.
Louis Hasbrouck, D. O., y Anne Wales, D. O., me sirvieron de inspiración durante mi primera experiencia en un seminario de la Cranial Academy. Con posterioridad, Herbert C. Miller, D. O., me ayudó a adquirir confianza en las manos y la intuición. Es mucho lo que debo a todas estas personas.
Ann Eschtruth y Laura Hayes lograron descifrar mi letra y convertir el manuscrito en algo legible. Charles Lincoln, D.O. (Reino Unido), estuvo siempre allí para leer las pruebas y discutir mi exposición de los conceptos y técnicas. Se invirtió una cantidad prodigiosa de tiempo en diseñar, componer, corregir las pruebas de imprenta e introducir los datos en este libro. Por su paciente devoción a estas labores, Jon Vredevoogd y yo deseamos en especial dar las gracias a Patricia O’Connor, Lilian Lai Bensky, Peggy Welter y Catherine Nelson. John O’Connor y Dan Bensky de Eastland Press completaron la edición final por lo que les estamos agradecidos.
Mi esposa Dianne me ofreció su apoyo y ánimo siempre que lo necesité. Sin ella, no se habría escrito este libro.
Capítulo 1
Introducción al concepto craneosacro
El concepto craneosacro es una potente visión terapéutica enraizada en ciertas observaciones anatómicas, fisiológicas y terapéuticas. El empleo de la Terapia craneosacra en el diagnóstico y tratamiento requiere un punto de vista particular: considerar al individuo como una totalidad integrada.
Por desgracia, por razones educativas debemos separar inicialmente anatomía y fisiología del tratamiento, y exponer las distintas partes del cuerpo como apartados diferentes. Este enfoque lineal y artificial de lo que en realidad es un todo integrado necesita cierto grado de repetición. Los conceptos y técnicas aquí expuestos se modifican o se ven desde distintos ángulos en otros puntos del libro.
Como punto de partida, en el capítulo 1 presentaremos el concepto de ritmo craneosacro, también conocido como impulso rítmico craneal. Este capítulo, junto con las definiciones anatómicas y fisiológicas del capítulo 2, fundamentará los cimientos para el resto del libro.
EL SISTEMA CRANEOSACRO Y SU RELACIÓN CON OTROS SISTEMAS CORPORALES
El sistema craneosacro puede definirse como un sistema fisiológico funcional, reconocido recientemente. Las partes anatómicas del sistema craneosacro son:
1.Las meninges.
2.Las estructuras óseas en las que se insertan las meninges.
3.Otras estructuras de tejido conectivo íntimamente relacionadas con las meninges.
4.El líquido cefalorraquídeo.
5.Todas las estructuras relacionadas con la producción, reabsorción y contención del líquido cefalorraquídeo.
El sistema craneosacro está íntimamente relacionado, influye y está influido por:
1.El sistema nervioso.
2.El sistema musculosquelético.
3.El sistema vascular.
4.El sistema linfático.
5.El sistema endocrino.
6.El sistema respiratorio.
Las anomalías en la estructura o función de cualquiera de estos sistemas influyen en el sistema craneosacro. Las anomalías en la estructura o función del sistema craneosacro tendrán necesariamente efectos profundos y con frecuencia perniciosos sobre el desarrollo o función del sistema nervioso, en especial el encéfalo.
El sistema craneosacro aporta el «medio interno» para el desarrollo, crecimiento y eficacia funcional del encéfalo y la médula espinal desde el momento de la formación embrionaria hasta la muerte.
¿QUÉ ES EL RITMO CRANEOSACRO?
El sistema craneosacro se caracteriza por una actividad móvil y rítmica que se mantiene de por vida. Este ritmo craneosacro se manifiesta en el hombre, en otros primates, cánidos, felinos y probablemente todos o casi todos los vertebrados. Se diferencia claramente de los movimientos fisiológicos relacionados con la respiración, y también de la actividad cardiovascular. Tal vez sea el mecanismo fundamental o relacionado con el fenómeno de Traube-Herring, que ha sido observado pero no explicado adecuadamente. El movimiento rítmico craneosacro se palpa directamente en la cabeza. Con práctica y el desarrollo de habilidades para la palpación, también se percibe en cualquier parte del cuerpo.
La frecuencia normal del ritmo craneosacro de los seres humanos es de 6 a 12 ciclos por minuto. (No debe confundirse con el ritmo alfa del encéfalo, que presenta entre 8 y 12 ciclos por segundo). En circunstancias patológicas, hemos observado frecuencias en el ritmo craneosacro de menos de 6 y más de 12 ciclos por minuto.
Durante el verano de 1979, uno de los autores (Upledger) tuvo el privilegio de examinar varios casos de coma profundo en el Instituto Loewenstein de Ra’-anana, Israel. No estábamos específicamente interesados en el ritmo craneosacro. En varios casos, el coma por anoxia y lesiones intracraneales que afectaba el encéfalo provocó en su mayoría una reducción del ritmo craneal hasta 3 ó 4 ciclos por minuto. Unos pocos casos de coma causados por sobredosis medicamentosa presentaron un ritmo craneal superior a 12 ciclos por minuto. Estos ritmos se tomaron mediante palpación de la cabeza de los pacientes.
OBSERVACIONES DEL RITMO CRANEOSACRO
Se ha observado que los niños hipercinéticos presentan frecuencias de ritmo craneosacro anormalmente rápidas, al igual que