Disfunción de la articulación sacroilíaca y síndrome piriforme (Color). Paula Clayton
Bodies) y de los clubs de fútbol (incluyendo la primera división del Reino Unido), así como a terapeutas nacionalmente cualificados. También se me interpeló sobre mi interés en escribir un libro con las instrucciones paso a paso de las técnicas que se han introducido. ¡Aquí está! Por diversos motivos, ha pasado mucho tiempo hasta poder llegar a este punto, pero me siento orgullosa de haber recopilado el material para este libro que pretende dar respuesta a cualquier consulta. Espero que el lector pueda empezar a ver resultados desde la primera hasta la última técnica.
En las siguientes páginas, me referiré regularmente al “atleta” cuando presente evaluaciones detalladas, técnicas terapéuticas y procesos; sin embargo, estas técnicas también son increíblemente eficaces cuando trabajamos con el público en general.
He decidido citar las investigaciones relevantes para aquellos terapeutas que buscan una práctica basada en la evidencia; sin embargo, quiero compartir la siguiente cita: “La evidencia clínica externa puede informar, pero nunca podrá sustituir la experiencia individual, ya que esta experiencia decide si la evidencia externa es aplicable al paciente y, en caso afirmativo, cómo debe integrarse en una decisión clínica”
(Sackett et al., 1996).
Si bien se han hecho grandes avances y se han podido salvar vidas con la recopilación, síntesis y aplicación sistemática de la evidencia empírica de alta calidad, recientemente se han visto signos de que el foco de atención clínica se ha desplazado insidiosamente del paciente al subgrupo poblacional y de que “los patos están tirando a las escopetas” (Greenhalgh et al., 2014).
La prioridad máxima de la verdadera medicina basada en la evidencia es el cuidado del paciente individual. La pregunta es: “¿Cuál es la mejor intervención para este paciente, en estas circunstancias y en este momento de su enfermedad o patología?”. (Huntley et al., 2012; Greenhalgh et al., 2014).
Los terapeutas personales con talento siempre tienen la posibilidad de trascender las limitaciones de un determinado tipo de tratamiento. La habilidad del terapeuta es la que obtiene los resultados, y no la técnica terapéutica en sí.
Espero que este libro contribuya a ayudar a otros y a encontrar las técnicas que mejor se adaptan a nuestra práctica clínica. Debemos recordar que estas técnicas han ido evolucionando a lo largo de años y años de pruebas y verificaciones, hasta que los resultados se han convertido en norma. Sin embargo, solo se trata de técnicas; es imprescindible que nuestros conocimientos anatómicos y funcionales nos permitan apoyar las técnicas que vamos a utilizar y que evaluemos continuamente, añadiendo intervenciones y volviendo a evaluar al paciente, para disponer de parámetros que nos permitan reproducir una técnica satisfactoria o readaptar una no tan satisfactoria.
Siento un enorme respeto por los investigadores fasciales actuales y el lector podrá comprobar que mi labor está fuertemente influenciada por los trabajos de Andry Vleeming, Robert Schleip, Carla Stecco y Tom Myers, entre otros.
Antes de pasar a las indicaciones terapéuticas contenidas en este libro, debemos tomarnos un momento para plantearnos realmente lo que ocurre en el organismo cuando una estructura sufre una disfuncionalidad tal que causa dolor y una alteración en el rango de movimiento o la marcha. Recordemos cómo se adapta el cuerpo a esta disfunción propagando la carga y provocando más disfunción/dolor. Nos debemos plantear las preguntas: ¿qué ha pasado para que la ASI o el piriforme se encuentren en este estado?
¿Se trata de una adaptación primaria o secundaria por una anomalía biomecánica, un aumento reciente del entrenamiento con una marcha alterada, un esguince de tobillo reciente, un dolor de pelvis o de la zona lumbar, una disfunción de hombro o tórax, etc.?
Las técnicas de los tejidos blandos varían de un terapeuta a otro. Las que voy a compartir con los lectores son las más eficaces, en mi opinión. No quiero menospreciar o descartar otras técnicas o animarles a modificar la práctica actual; introduzco estas técnicas simplemente como herramientas adicionales en nuestro creciente arsenal, por tanto, son ideas que el lector puede tener en cuenta si no obtiene los resultados que precisa.
Cómo utilizar este libro
1. Todos los recuadros coloreados contienen una información adicional, por ejemplo, detalles anatómicos o datos de investigaciones. Si bien no es necesario leer estos apartados, recomiendo que, en algún momento (por ejemplo, en el momento de tomar una taza de café), nos sentemos y los leamos, dado que contienen informaciones que pueden darnos respuesta a algunas de nuestras dudas más importantes.
2. Antes de iniciar cualquier tratamiento, debemos asegurarnos de que hemos realizado una evaluación completa:
• Roja (indica una patología más grave).
1. Dolor constante que no remite.
2. Dolor nocturno.
3. Pérdida de peso súbito, no explicable.
4. THREADOC.1
• Amarillo (psicosocial).
3. Todos los tratamientos empiezan con técnicas fasciales para posibilitar un acceso más fácil a los tejidos más profundos, ayudar a reducir o eliminar los puntos gatillo superficiales y empezar a acceder a los tejidos globales que se ven influenciados por las zonas en las que estamos trabajando. Este tipo de trabajo reduce el tiempo necesario para que el tratamiento tenga un impacto.
4. Veremos que las técnicas descritas en este libro son una combinación de:
• Transversal.
• Proximal.
• Distal.