La excusa perfecta. Carla Zeniquel

La excusa perfecta - Carla Zeniquel


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       Zeniquel, Carla

       La excusa perfecta : guía para comenzar un cambio de paradigma / Carla Zeniquel. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2021.

       Libro digital, EPUB

       Archivo Digital: online

       ISBN 978-987-87-1294-9

       1. Autoayuda. I. Título.

       CDD 158.1

      Editorial Autores de Argentina

      www.autoresdeargentina.com

      Mail: [email protected]

      Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723

      Impreso en Argentina – Printed in Argentina

      Advertencia

      Este libro no ofrece asesoramiento médico, ni psicológico, solo pretende orientar, motivar y colaborar con aquellas personas que estén en la búsqueda del bienestar emocional, ofreciéndoles de modo simple una nueva perspectiva de la vida.

      Agradecimiento

      A todas las personas que pasaron por mi vida. A las que me enseñaron a amar y a las que me enseñaron a amarme.

       Introducción

      Una de las grandes enseñanzas de mi práctica como terapeuta es que muchos pacientes o consultantes asisten para convencerse de que su drama es el peor y su situación inmodificable; otros desean conscientemente un cambio para su vida, pero consideran que esto es arduo y difícil. Otros logran los cambios deseados, pero al poco tiempo vuelven a la terapia con otro conflicto de índole similar.

      Esto que describo tiene una razón de ser y la motivación es siempre la misma: SUPERVIVENCIA. Sí, en definitiva, pensando y viviendo como vivo, llegué vivo hasta acá… Pero ¿y la felicidad?, ¿mi propósito?... Eso es un detalle, ¿verdad?

      Nuestro cuerpo biológico solo le presta atención a lo urgente y necesario para seguir vivo en este instante y desde ahí responde.

      Y muchas veces, a sabiendas de nuestra fragilidad, aprendemos mecanismos defensivos que actúan con una función preventiva y de ahorro de energía, o como dice el refrán: “más vale malo conocido que bueno por conocer”.

      A mí me gusta mucho buscar la etimología de las palabras, creo que fehacientemente la palabra es poderosa, que desde la palabra estructuramos la realidad. El tema es que muchas veces no sabemos todo lo que estamos diciendo cuando decimos algo, ni la vibración que poseen esos sonidos con significado.

      Cierta vez, rondaba en mi cabeza la palabra EXCUSA, cuando analizaba el comportamiento de los consultantes frente a los cambios. Muchos comúnmente lo llaman “zona de confort”, aunque de confortable tiene muy poco, o “autoboicot”, pero este concepto también refería a cierto grado de conciencia que no aparecía tan manifiesto en el discurso de los consultantes, convencidos de su verdad.

      La excusa no sonaba tan amable ni marketinera como los otros conceptos, pero me puse a investigar…

      Se nombra como excusa a los motivos dados para realizar o no cierta acción. Viene del verbo “excusar” y este, del latín excusare. Está compuesto por el prefijo EX, que significa hacia o por fuera (como excitar, excluir, explicar o expareja), más CAUSA, que significa motivo o cargo penal.

      De aquí que excusa significaría motivo por fuera de mí al que se recurre con el fin de eludir una responsabilidad, disculpa o justificación. Creo que queda más que claro la diferencia con el autoboicot y la salida de la zona de confort. Esta era la palabra que buscaba.

      Una vez que logro sacar el prefijo ex y con esto dejo de poner por fuera las causas de todos mis males y todos mis dramas, etc., puedo empezar a verme como causante de ellos con el miedo como motor. Y la buena noticia es que al tomar conciencia de esta capacidad creadora puedo comenzar a ser causante y creador de lo que deseo, de mi vida, mi felicidad y mi plenitud.

      Solo como para afianzar un poco más la idea, y contagiar el entusiasmo por el poder de las palabras, busqué el significado de excusado (que es como también llamamos al baño) y el diccionario respondió: “habitación por fuera, para uso distinto del común, donde se encuentra un retrete en el que se evacuan los desechos”. Creo que no queda mucho por agregar en este punto.

      Tomé cuestiones y herramientas de la psicología y la biodescodificación, con la idea de transmitirte, de modo fácil y práctico, cómo pasar del paradigma de la victimización al paradigma de la responsabilidad en las situaciones que se presenten en las diferentes áreas de tu vida. Y que cada vez que te encuentres en un discurso desde la queja o la imposibilidad, cada vez que quieras emprender o modificar algo y te encuentres respondiendo desde el miedo recuerdes este libro y por lo menos te permitas cuestionarte.

      La idea es que empieces a apropiarte de tu vida, que empieces a crearla y decidas ya mismo experimentarla, dejando de escuchar que te cuenten cómo son las cosas.

      Pasar del paradigma de la victimización al paradigma donde cada quien es responsable de lo que quiere vivir…

      Recordá que siempre estás a una decisión, y esa decisión es tu responsabilidad.

      La invitación es a que cada noche te preguntes: ¿qué excusas les pusiste a tus sueños hoy? Y la respuesta sea NINGUNA…

      Capítulo I

       Tirando la de humo: distracciones

      Tanto cuando vamos con un profesional como cuando estamos haciendo autoindagación, o cuando estamos acompañando a alguien a encontrar una respuesta, hay que tener en cuenta un detalle que no es menor: “la cortina o la bomba de humo”.

      Engañamos y nos autoengañamos acerca de lo que contamos, acerca de nuestros padecimientos. Siempre mostramos las cáscaras o máscaras de nuestra personalidad, desviando o cubriendo el verdadero origen de nuestros males.

      Sin embargo, este disfraz, este humo, porque es como si se pudiera entrever si estamos atentos y disipamos un poco, tiene una razón y esta es evitarnos un supuesto sufrimiento mayor.

      Es por esto por lo que, además de no empatizar con la historia, no debemos quedarnos con ella únicamente.

      Sea cual sea nuestra posición, acompañando o autoindagándonos, es importante actuar como verdaderos detectives, cuestionando y buscando fisuras, pistas o cabos sueltos que permitan disipar la cortina de humo. Este velo que nos impide ver con total claridad.

      Y les garantizo que, cuando más nos acercamos al cambio de percepción, más espesa se hace la cortina y más dramas e imposibilidades aparecen a la orden del día.

      Es muy frecuente que cuando se planteen objetivos, metas o cambios le ofrezca al consultante algún ejercicio y la mayoría de las veces, aunque jure y manifieste su real deseo de cambio, al preguntarle si realizó el ejercicio la respuesta es negativa. Es como si el objetivo fuese desear y a la vez desear que el deseo no se cumpla.

      Mucho dirán también que, si su situación es tan dramática y complicada, no podrá solucionarse con un simple ejercicio, al ego no le gusta eso. Tiene que ser más complicado, porque si no el protagonista del drama debería haberse dado cuenta de tal simplicidad.

      Recuerdo que una consultante me dijo entre lágrimas que no podía creer que después de tantos años y tantas terapias el origen de su sufrimiento fuera tan simple. Se sentía liberada, pero enojada a la vez por no haberse dado cuenta y haber perdido tanto tiempo en la tristeza.

      El insólito mecanismo que describo no solo está vinculado con el propio temor a lo desconocido, sino también al plus que me


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