17+85 españoles geniales. José María Moya
Cataluña, unos dicen que en Reus y otros en Ruidoms. Mi padre y mis abuelos trabajaban el cobre para hacer calderos y otros utensilios, lo que me hizo darme cuenta de que el mundo no es un dibujo plano, sino una mezcla de objetos con volumen. Por culpa de mi salud frágil, pasé más tiempo en casa que en el colegio y así me hice amigo de la naturaleza y de sus formas, y lo reflejé en todo lo que diseñaba.
Otros arquitectos empiezan con planos y dibujos. Yo, antes de diseñar un proyecto, lo tengo entero en la cabeza. Las líneas curvas, los colores y los fragmentos de azulejos que otros han desechado son el sello con el que todos me identifican.
Mientras estudiaba, trabajé como delineante para pagar mis gastos y, el día que me gradué, el director de la Escuela de Arquitectura dijo que no sabía si estaba dando el título a un loco o a un genio. Puede que fuera ambas cosas.
Diseñé un parque, una bodega y un lagarto de colores muy famoso que puedes ver en el parque Güell, pero cuando tenía 31 años me encargaron el proyecto que me acompañó toda mi vida: la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Ya estaba empezado cuando me pusieron al frente, pero cambié el proyecto y me embarqué en la obra más grande con la que un arquitecto pueda soñar. Me llevó 43 años y, aunque trabajé en más proyectos, esa basílica fue el centro de mi obra y de mi vida.
He procurado que todos los diseños que llevan mi nombre reflejen lo que soy: alguien que ama la naturaleza. No solo he diseñado edificios, sino que he aportado ideas para la decoración, los muebles y los objetos que pueblan mis obras.
Gaudí ha sido reconocido internacionalmente como uno de los arquitectos más prodigiosos, además de uno de los máximos exponentes del modernismo. Su revolución de la arquitectura y de las artes plásticas sienta las bases del arte actual. Siete de las obras firmadas por Gaudí han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad.
«Ustedes han estudiado y se sorprenden de no entender lo que hago; yo, aún estudio y trabajo sin parar»
Ángela Ruiz Robles
1895-1975
LA VISIONARIA DE LA ERA DIGITAL
Me llamo Ángela y soy maestra e inventora. Nací en Villamanín, un pueblo de León donde mi padre era farmacéutico. En mi época, era común que la gente se pusiera a trabajar y dejara el colegio. Por eso muchas personas no sabían leer ni escribir. A mí me gustaba estudiar, entender el porqué de las cosas y enseñarlo de manera fácil y entretenida. Por eso me hice profesora e inventé el libro mecánico, precursor del libro electrónico.
Enseñé en pequeñas aldeas, pueblos y ciudades. Di clases en colegios, academias, casas... a niños y mayores porque quería que todo el mundo pudiera aprender, disfrutar de los libros, o leer las cartas de sus padres, hermanas o novios que habían emigrado buscando trabajo.
Siempre he pensado que se aprende mejor cuando la enseñanza es amena y divertida. Por eso escribí libros de texto o métodos para escribir a máquina e inventé el libro mecánico con luz, en el que se podían tomar notas, con textos en inglés, francés y castellano, gráficos y dibujos… Los estudiantes aprendían más fácilmente y en un solo volumen poco pesado tenían todas las materias escolares. Era como llevar los libros en una tableta. Lo presenté en varios países y ferias de inventores, pero no conseguí dinero para construirlo y hacerlo asequible a todo el mundo.
Creo que el conocimiento y la educación hacen que las personas sean mejores. Por eso no dejé nunca de inventar y enseñar, intentando siempre que aprender no fuera algo solo útil y práctico, sino también divertido e intuitivo.
Ángela Ruiz Robles fue la inventora española que vislumbró la era digital a mediados del siglo xx. En 1949 patentó su “Enciclopedia mecánica”, precursora del libro electrónico. Hoy se puede ver el prototipo en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de La Coruña. Doña Angelita, como todos la llamaban, abrió una academia en Ferrol donde enseñaba a leer y escribir a quienes no tenían recursos. Su labor social, docente y como inventora fue reconocida con varios premios y homenajes oficiales y de sus vecinos.
«Invento por vocación, nacida de la inquietud que se apodera de mí cuando me doy cuenta de que puedo participar en que la humanidad aprenda con el menor esfuerzo posible»
José Ortega y Gasset
1883–1955
EL PENSADOR INQUIETO
Me llamo José y soy filósofo y escritor. Nací en Madrid, justo encima de la imprenta del periódico que dirigía mi abuelo y, después, mi padre. Tal vez por eso me interesaron la política y el periodismo desde muy joven.
Cuando terminé mis estudios de Filosofía y Letras en España, fui a Alemania a seguir estudiando y allí conocí a otros filósofos, a otros pensadores. Los filósofos intentamos entender el mundo que nos rodea y cuál es nuestro papel en él. Mi intención siempre ha sido escribir de una forma sencilla para que todos puedan entenderme.
Desde muy joven, quise que Europa entrase en España, traer su cultura, su ciencia. Escribí y di conferencias para que otros hombres de mi generación lo comprendiesen. También fui profesor en la universidad y quise transmitir esta idea a los más jóvenes.
Aunque he escrito mucho, hay una frase por la que se me recuerda más: “Yo soy yo y mis circunstancias”, porque el hombre es como es por todo lo que lo rodea, por su historia, por el lugar en el que ha nacido, por la lengua que habla… Y todo eso nos hace únicos.
Mientras pensaba y explicaba todo esto, viajé por el mundo, conocí a otros filósofos y ellos me conocieron a mí, di clases y escribí libros. Hasta fundé un partido político cuando pensé que con eso podía ayudar a los demás. Luego, cuando estalló la Guerra Civil, tuve que marcharme y viví en varios países, el último Portugal. Pero siempre llevé a España en el corazón.
Ortega y Gasset es uno de los filósofos españoles de la primera mitad del siglo xx que más influencia han ejercido en España y fuera de ella y sus pensamientos han inspirado luego a muchos otros autores. En 1923, fundó la Revista de Occidente, la publicación intelectual más abierta al pensamiento europeo del siglo xx español.
«Sólo cabe progresar cuando se piensa en grande, sólo es posible avanzar cuando se mira lejos»
Isabel la Católica
1451-1504
LA REINA PODEROSA
Me llamo Isabel y soy reina. No nací para ser reina, mi hermano Alfonso iba a ocupar ese lugar, pero terminé heredando el trono, apoyando el descubrimiento de América y uniendo bajo un mismo nombre el imperio más grande que se ha conocido.
Mi padre sí era rey, Juan II de Castilla. Murió cuando yo solo tenía tres años y mi hermano Enrique, hijo de un matrimonio anterior, heredó la corona. También planificó mi vida, porque en aquella época era normal que la vida te la planificaran otros, sobre todo si habías nacido en una familia de reyes. Buscó pretendientes con los que casarme y me nombró su heredera, siempre que me casase con quien él había elegido. Me casé con Fernando de Aragón en secreto y eso lo enfadó tanto que me desheredó. Aun así, cuando Enrique IV murió, me nombraron reina de Castilla. Como Fernando era príncipe de Aragón, juntamos dos reinos bajo la misma corona.
Después llegaron más tierras, más conquistas, más batallas. Queríamos unir todo el territorio español bajo una misma creencia, el catolicismo. Combatimos a quienes no compartían nuestras creencias y a quienes se negaron a adoptar nuestra religión e hicimos crecer el Imperio. El papa Alejandro VI nos otorgó el nombre de Reyes Católicos por defender los valores y la unidad de la Iglesia.
Ya estábamos muy consolidados como reyes cuando conocimos a Cristóbal Colón,