Si Ella Supiera . Блейк Пирс

Si Ella Supiera  - Блейк Пирс


Скачать книгу
Durán—. Estuve revisando tus archivos ayer luego de recibir la llamada de Richmond. Advertí que te han pedido que testifiques en una audiencia de libertad bajo palabra. ¿Es eso correcto?

      —Asi es. Es por el caso Mueller. Doble homicidio.

      —¿Es la primera vez que has sido contactada por un asunto de trabajo desde que te retiraste?

      —No —dijo, muy segura de que él ya sabía la respuesta—, el asistente de un agente me llamó como dos meses después que me jubilé para hacerme unas preguntas acerca de un caso antiguo en el que trabajé, en el 2005. También algunos de los chicos en archivo e investigación me han contactado algunas veces con respecto a mi metodología en algunos casos antiguos.

      Durán asintió y se medio reclinó en su silla. —Deberías también saber que tenemos instructores en la academia usando algunos de tus primeros casos como ejemplos para sus trabajos de curso. Dejaste tu huella en el Buró, Agente Wise. Y honestamente, yo más bien estaba esperando que fueras uno de esos agentes que comienzan a llamar para ver qué podrían hacer para ayudar.

      —¿Me estás diciendo entonces que quieres que comience a asistir en algunos casos? —preguntó Kate. Hizo lo que pudo para que no se notara el tono esperanzado de su voz.

      —Bueno, no es exactamente eso. Estábamos pensando en quizás traer un agente o dos con un excepcional récord para que trabaje en casos antiguos. Nada a tiempo completo, ya sabes. Y cuando lo discutimos, tu nombre fue el único en el que todos coincidieron. Ahora, antes de que te emociones demasiado, debes saber que esto no es inmediato. Todavía queremos que te relajes. Tómate un tiempo. Tiempo deverdad.

      —Puedo hacer eso —dijo Kate—. Gracias.

      —No me agradezcas todavía —dijo Durán—. Podrían ser unos pocos meses. Y me temo que voy a tener que revocar la oferta si regresas a casa y comienzas a golpear a hombres más jóvenes en sus porches.

      —Creo que puedo controlarme —dijo Kate. De nuevo, Logan no pudo evitar que se le saliera una risa apenas sofocada.

      Durán pareció igual de divertido al ponerse de pie.

      —Ahora... si realmente vas a ayudar, me temo que tendremos que volver a uno de los aspectos menos espectaculares del trabajo.

      Presumiendo que se refería al papeleo, Kate suspiró. —¿Formularios? ¿Documentos?

      —Oh no, nada de eso —dijo Durán—. He convocado una reunión para echar a andar esto. Imaginé que sería la mejor manera de poner a todos los canales al corriente.

      —Ah, odio las reuniones.

      —Oh, lo sé —dijo Durán—. Lo recuerdo. Pero hey… ¿qué mejor manera hay de darte de nuevo la bienvenida?

      Logan rió suavemente junto a ella mientras se ponían de pie y seguían a Durán para salir de la oficina. Para Kate, todo parecía inquietantemente familiar.

      ***

      En realidad, resultó que no fue una mala reunión después de todo. Había solo otras tres personas esperando por ellos en la pequeña sala de conferencias al final del corredor. Dos de ellas eran agentes, uno masculino, el otro femenino. Hasta donde Kate podía asegurar, nunca se había encontrado con ninguno de ellos antes. La tercera persona era Dunn. Mientras Durán cerraba la puerta, uno de los agentes se puso de pie y extendió su mano.

      —Agente Wise, encantado de conocerla —dijo.

      Ella tomó su mano con vacilación y la estrechó. Al hacerlo, el agente se dio cuenta que había atraído la atención sobre sí mismo.

      —Lo siento —dijo por lo bajo mientras volvía rápidamente a tomar asiento.

      —Esta bien, Agente Rose —dijo Durán mientras ocupaba un asiento en la cabecera de la mesa—. No es usted el primer agente que se siente abrumado por la presencia de la casi legendaria Agente Kate Wise —dijo esto con una pizca de sarcasmo para luego esbozar una sonrisa en dirección a Kate.

      El hombre que ella pensaba que se llamaba Dunn destacaba en comparación con los otros dos —ambos sin duda agentes más jóvenes. Era una especie de supervisor; todo lo pregonaba, desde su estoica expresión hasta su traje cuidadosamente planchado.

      —Agente Wise —dijo Durán—, estos dos agentes son el Agente Rose y la Agente DeMarco. Han sido compañeros durante los últimos siete meses, pero solo porque yo y el Director Adjunto Dunn hemos tenido problemas en hallar un lugar para ellos. Ambos vienen con su propio conjunto de fortalezas. Y si terminas asumiendo el liderazgo de este caso en Richmond, uno de ellos probablemente será asignado para trabajar contigo.

      El agente Rose se veía todavía avergonzado, pero se resistió a abandonar su actitud reconcentrada. Kate no podía recordar la última vez que alguien se había visto visiblemente sacudido al conocerla. Había sido poco antes del último año de su carrera cuando alguien de Quantico había terminado trabajando con ella por un día en los laboratorios. Fue abrumador pero también un poco desconcertante.

      —Debería añadir —dijo el Director Adjunto Dunn—, que el Subdirector Durán y yo somos los que hemos impulsado este programa que convoca a oficiales recientemente jubilados. No sé si él ya te lo ha dicho, pero tu nombre fue el primero que salió.

      —Si —convino Durán—, y es innecesario decirlo, pero en verdad apreciaríamos si lo mantienes en secreto por ahora. Y por supuesto, sácala del parque.

      —Daré lo mejor de mí —dijo Kate. Estaba comenzando a comprender que le estaban aplicando ahora una pizca de presión. Nada que la preocupara, la verdad. Ella trabajaba mejor bajo presión.

      —Grandioso —dijo Durán—, por ahora, ¿quieres repasar los detalles de este caso de acuerdo a lo que sabes?

      Kate asintió y de inmediato asumió su antiguo rol. Era como si no se hubiese perdido un día, mucho menos un año. Mientras les informaba sobre lo que estaba pasando en Richmond y cómo se había visto involucrada, el Agente Rose y la Agente DeMarco mantenían el contacto visual con sus ojos, quizás estudiándola para ver cómo podrían trabajar junto con ella.

      Pero ella no dejó que eso la distrajera. Mientras repasaba los detalles del caso, sentía como si hubiera retrocedido en el tiempo.

      Y era muy superior al presente en el que había estado viviendo.

      CAPÍTULO SIETE

      Tres horas después, Kate y Logan estaban sentados en una mesa en el exterior, bajo un toldo, en un pequeño restaurante italiano. Logan comía un submarino de carne en tanto que Kate hacía lo propio con una ensaladilla de pasta, y disfrutaba de una copa vino blanco. Ella no bebía a menudo y casi nunca antes de las cinco de la tarde, pero esta era una ocasión especial. La sola idea de una realidad donde ella podría volver a estar activa en el Buró era motivo de celebración hasta donde le concernia.

      —¿Y entonces en qué clase de casos estás trabajando ahora mismo? —preguntó Kate.

      —En todas las cosas que te aburrirían, eso es seguro —dijo. Pero ella sabía que él le contaría; él le contaría porque amaba el trabajo tanto como ella.

      —Estoy tratando de atrapar a unos estafadores que han estado manipulando principalmente cajeros automáticos. También estoy trabajando en una especie de equipo con otros agentes en lo que podría ser una pequeña red de prostitución salida de Georgetown, pero es todo.

      —Da náuseas —dijo Kate

      —Te lo dije. Es aburrido.

      —¿Conque bastante lejos de estos casos sin resolver que Durán mencionó? ¿Qué sabes de eso en todo caso? ¿Por cuánto tiempo se ha estado cocinando ese pequeño proyecto secundario?

      —Hace rato, creo. Me hicieron partícipe hace dos semanas. Durán y algunos de los otros tipos de bajo perfil estaban preguntando por algunos de los casos en los que hemos trabajado,


Скачать книгу