La racionalidad ampliada: nuevos horizontes de la fenomenología y la hermenéutica. Группа авторов
privilegiada de su más elevada manifestación como autoconciencia— ostenta el papel protagónico. La plausibilidad de esta hipótesis se establece comparando el núcleo de la metodología fenomenológica e intelecciones metafísicas de Husserl con elementos de un paradigma científico emergente que actualmente se manifiesta en las investigaciones científicas y sociales más avanzadas —la “visión sistémica de la vida”— que pretende superar el paradigma mecanicista y dualista prevaleciente en las ciencias y la filosofía occidentales desde Descartes. El trabajo sugiere que la filosofía fenomenológica de Husserl no es solo más compatible con este nuevo paradigma científico unificador —la visión sistémica de la vida— que otras propuestas filosóficas contemporáneas, sino también que es capaz de ofrecerle un marco filosófico más consistente.
Palabras clave: fenomenología trascendental, metafísica, teleología, visión sistémica de la vida, revolución científica, paradigma.
Abstract: Husserl’s phenomenological philosophy represents the last serious Western effort to provide a “philosophical system” and a unifying foundation for every human achievement endowed with sense and validity, a system in which the concept of life —from the vantage point of its highest manifestation as self-consciousness— has the leading role. The plausibility of this claim is established by comparing Husserl’s methodology and core metaphysical insights with elements of a newly emerging scientific paradigm that is currently manifest in the most advanced social and scientific investigations —the systems view of life— as overcoming the dualistic and mechanistic paradigm that has prevailed in Western sciences and philosophy since Descartes. I suggest that Husserl’s philosophical phenomenology is not only more compatible but also more consistent with this new “unifying vision” —the system’s view of life— than other current philosophical proposals.
Keywords: Transcendental Phenomenology, Metaphysics, Teleology, Systems View of Life, Scientific Revolution, Paradigm.
La filosofía fenomenológica de Edmund Husserl como el “ideal» de una “única ciencia auténtica en el más alto sentido de la palabra»2 representa sin duda el último esfuerzo serio en Occidente por ofrecer un “sistema filosófico” capaz de dar un sentido unitario a todo emprendimiento humano dotado de sentido y validez, un sistema en el que el concepto de vida —desde la perspectiva privilegiada de su estadio evolutivo último en la subjetividad humana (conciencia, autoconciencia e “ipseidad” (selfhood)— ostenta el papel protagónico. Husserl llegó a decir en 1931 que su: «fenomenología trascendental abarca (...) en su campo todas las cuestiones que pueden plantearse partiendo del hombre concreto, entre ellas todas las llamadas metafísicas, en la medida en que tengan en general un sentido posible —sentido que ciertamente tan solo esta fenomenología está llamada a conformar originalmente y delimitar críticamente»3. Para mostrar la plausibilidad de esta hipótesis, compararé a continuación algunas de las intelecciones básicas de su proyecto filosófico sistémico —quizás recién más claramente visible desde el 2013 con la publicación del volumen LXII de la Husserliana— con elementos de un nuevo paradigma científico emergente en las investigaciones sociales y científicas más avanzadas como una “visión unificadora” —la “visión sistémica de la vida”, tal como ha sido denominado por los científicos Fritjof Capra (1939) y Pier Luigi Luisi (1938)4 en su libro del 2014 con el mismo título (The Systems View of Life, A Unifying Vision). Los autores sostienen que dicho paradigma ya se está consolidando en la actualidad —e intentan describirlo en toda su envergadura. Asimismo, sostienen que con él ya se desplaza el paradigma dualista y mecanicista que ha prevalecido en las ciencias y la filosofía occidentales desde Descartes.
En consecuencia, mi propósito aquí es mostrar a grandes rasgos por qué considero que la filosofía fenomenológica de Husserl no solo es más compatible con la “visión unificadora” formulada por Capra y Luisi que otras propuestas filosóficas contemporáneas, sino que además es capaz de proporcionarle un marco filosófico más consistente.
Empero, cabe aclarar desde el inicio dos malentendidos que pudieran suscitarse respecto de los objetivos y alcances de este aporte. El primero consiste en señalar que el interés aquí no es abordar el debate entre la fenomenología en general y las ciencias cognitivas en torno a sus respectivos conceptos de vida o autoconciencia —ni cómo ambas tradiciones pueden beneficiarse mutuamente de los resultados de sus perspectivas, que considero complementarias. Existe en la actualidad una miríada de investigaciones y publicaciones sobre estos temas específicos, varias de las cuales señalamos en el texto y consignamos en la bibliografía de este capítulo. Para pronunciarme específicamente sobre estos temas, me vería primero obligada a exponer el estado del arte sobre los mismos, cosa que merecería ser objeto específico de otro trabajo. En esta ocasión, planteo un tema distinto que considero más vasto y filosóficamente más relevante: el de cómo la fenomenología trascendental de Edmund Husserl tiene una mejor posibilidad de dar cuenta filosófica —de modo unificador y universal— de la visión sistémica de la vida que, en la actualidad, se encuentra desplazando y superando al paradigma fisicalista y determinista que ha dominado a las ciencias y la cultura occidentales desde la era moderna. El concepto central de este nuevo paradigma sistémico es, ciertamente, el de vida —pero vida entendida de modo unitario en el universo, a partir de la aparición de moléculas bióticas hasta la emergencia de sus propiedades más complejas en la conciencia animal y autoconciencia humana con sus producciones culturales y dimensión espiritual. Considero que esta “revolución científica” silenciosa es tan radical, profunda y extensa que reclama una comprensión filosófica universal de un nuevo cuño, la cual, a mi ver, tiene más posibilidades de desarrollarse desde la fenomenología trascendental de Husserl.
Un segundo malentendido podría suscitarse interpretando la propuesta husserliana de un “sistema filosófico” desde el sentido moderno (wolffiano) de esa expresión, como un corpus deductivo y acabado de saber. Por el contrario, con su fenomenología trascendental, Husserl pretende abrir un «campo sistemático de trabajo [que,] a la manera de la ciencia genuina, [es] una senda infinita. Por ello, la fenomenología exige de los fenomenólogos que (...) vivan como trabajadores más modestos en la comunidad con otros en pro de una philosophia perennis»5.
Articulo mis argumentos en seis momentos, que se hallan más desarrollados en un amplio estudio todavía en curso. En primer y segundo lugar, me refiero a las versiones sui generis de las «filosofías de la vida» que a fines del siglo XIX e inicios del XX dividieron a filósofos continentales y analíticos, con poco diálogo interdisciplinar y en cuyo fuego cruzado se encontraba Husserl. Dicho debate resurgió alrededor de la década del ochenta del siglo XX cuando la fenomenología volvió a confrontarse con las emergentes ciencias cognitivas y la filosofía de la mente. En un tercer momento, destaco los principales rasgos de la revolución científica que, superando el paradigma cartesiano mecanicista de la Modernidad, da lugar a la emergente “visión sistémica de la vida”, en cuyo contexto se desenvuelve la discusión actual en torno a las ciencias cognitivas y la “naturalización de la fenomenología”. En cuarto lugar, expongo las principales características de este nuevo paradigma sistémico, y en qué sentido puede decirse que supera el “hiato en la cultura occidental” entre la contingencia de la vida y la historia, por un lado, y la ciencia determinista y certera, por el otro6. En un quinto momento, esbozo el sentido genuino de la fenomenología trascendental como una “filosofía de trabajo” (Arbeitsphilosophie) sobre la que se edifica «desde abajo»7 el “ideal de una filosofía” rigurosamente científica coronada por la metafísica (monadológica y teleológica), y la contrasto con los elementos anteriormente expuestos de la «visión sistémica de la vida». En sexto y último lugar, concluyo enumerando algunos elementos que, a mi juicio, muestran la compatibilidad de lo que ofrecen el método y proyecto filosófico husserliano con el paradigma sistémico de la vida. También señalo los desafíos epistemológicos y metafísicos de origen naturalista, tanto científicos como filosóficos, que, en mi opinión, este último aún afronta. La flexibilidad del método fenomenológico me permitirá en el futuro presentar de modo más consistente las posibilidades filosóficas fundacionales de la fenomenología trascendental ante este nuevo paradigma.
Este trabajo se dirige a dos tipos de lectores. A fenomenólogos lectores de Husserl (incluso a aquellos