Medicina basada en la evidencia y análisis de diseños de investigación clínica. Gilberto Vizcaíno Salazar
basadas en la mejor evidencia disponible; f) asegurar la innovación y mejoría de la calidad y seguridad a través del mejor uso de los datos obtenidos; g) educar a los profesionales de la salud, a los responsables de la difusión de políticas públicas y al público en general en el cuidado de la salud basada en evidencias; y h) estimular a las generaciones de relevo hacia el uso primordial de la MBE.[4]
La MBE tiene impacto en la presencia de revisiones sistemáticas de alta calidad y en el desarrollo de guías de práctica clínica basada en la evidencia, lo cual puede aumentar los conocimientos y actualización en muchas facetas de la práctica profesional, como los relacionados con procedimientos diagnósticos clínicos, de laboratorio y terapéuticos.[8]
Propuestas para mejorar la calidad de la investigación basada en la evidencia
Glasziou et al.[9] han elaborado cinco propuestas en la línea de las mejoras en la calidad y la adecuación de la investigación (Tabla 1).
1. Se necesitan diferentes tipos de investigación (diseños de ensayos clínicos) para diferentes tipos de preguntas clínicas. Cada ensayo clínico, dependiendo de su diseño, tiene su propia planificación y desarrollo.
2. Las revisiones sistemáticas son siempre necesarias. Siempre y cuando aborden un tema de actualidad con una metodología explícita y surjan controversias o resultados de estudios dispares o no concluyentes.
3. Es esencial catalogar el grado de evidencia aportado por cada proyecto de investigación (nivel de evidencia y grado de recomendación).
4. Hay que aprender a evaluar el equilibrio entre beneficios y perjuicios para la puesta en práctica de cada evidencia (riesgo/beneficio de una intervención).
5. El profesional de la salud necesita estrategias de búsqueda para saber identificar dónde está el valor o credibilidad de la evidencia en investigación clínica (elaboración de una pregunta clínica, análisis PICO, búsqueda sistematizada de la evidencia en bases de datos).
Tabla 1. Puntos para recordar.
La MBE tiene por objetivo relacionar la práctica clínica con decisiones aportadas por la evidencia científica sobre análisis de ensayos clínicos, revisiones sistemáticas, guías de prácticas clínicas o políticas de salud pública, todo ello con el propósito de actualizar y mejorar los conocimientos en las diferentes áreas de las ciencias de la salud. |
La MBE hace énfasis en el examen de la evidencia presentada, el cual debe ser amplio, crítico y explícito. Es importante considerar toda la evidencia en relación con un tema científico y no solo aquellas que reflejan un punto de vista en particular que pudiera mostrar un sesgo en la selección de los artículos. |
La toma de una decisión clínica acertada depende de la conjunción de la mejor evidencia científica encontrada, la situación, valores y derechos del paciente con la experiencia clínica y valores del médico. |
La evidencia debe ser analizada en términos de su validez interna (si los resultados reflejan exactamente el aspecto clínico para el cual el estudio fue diseñado, población estudiada, diseño de los grupos, intervenciones, medición de los resultados, porcentajes de reducción y medidas estadísticas) o de su validez externa (si los resultados pueden ser reproducidos en otros pacientes, poblaciones o situaciones clínicas). |
La MBE ha contribuido al entendimiento del significado de beneficio y daño en los diferentes esquemas de tratamiento y a menudo se promociona como una de las herramientas importantes en la toma de decisiones clínicas. |
Aunque la mayoría de las veces la MBE se utiliza para el cuidado individual de los pacientes, también implica producir políticas de salud pública sanas a través de la epidemiología clínica basada en evidencias; es por ello que se debe hacer énfasis en estrategias que conduzcan a lograr este objetivo. |
¡Advertencia! “Se ha comprobado que la MBE es beneficiosa para la actualización médica y la buena práctica clínica”. |
Referencias bibliográficas
1. Vizcaíno Salazar G. Medicina basada en la evidencia y análisis de diseños de investigación clínica. Maracaibo: Editorial Ediluz; 2002. p. 93.
2. Woolf SH. Evidence-based medicine and practice guidelines: An overview. Cancer Control. 2000; 7(4): 362-367.
3. Sackett DL, Rosenberg WM, Gray JA. Evidence based medicine: what it is and what it isn’t. BMJ. 1996; 312: 71-72.
4. Henegan C, Mahtani KR, Goldacre B, Godlee F, Macdonald H, Jarvies D. Evidence based medicine manifesto for better healthcare. A response to systematic bias, wastage, error, and fraud in research underpinning patient care. BMJ. 2017; 357: j2973. doi: 10.1136/bmj. j2973.
5. Steering Committee of the Physicians Health Study Research Group. Final report on the aspirin component of the ongoing Physicians Health Study. N Engl J Med. 1989; 321(3): 129-35.
6. Straus SE, McAlister FA. Evidence-based medicine: a commentary on common criticisms. CMAJ. 2000; 163(7): 837-841.
7. Lozano JM, Dennis RJ. Medicina basada en la evidencia. Ascofame. Programa de Actualización Médica Permanente. 1998; Cuaderno 34: 14-21.
8. Trenti, T. Evidence-based laboratory medicine as a tool for continuous professional improvement. Clin Chim Acta. 2003; 333(2): 155-167. doi:10.1016/s0009-8981(03)00180-3.
9. Glasziou P, Vandenbroucke JP, Chalmers I. Assessing the quality of research. BMJ. 2004; 328(7430): 39-41. doi: 10.1136/bmj.328.7430.39.
In memoriam
David Lawrence Sackett
Epidemiólogo clínico y pionero de la MBE. (Chicago, 17 de noviembre de 1934-Markdale, Canadá, 13 de mayo de 2015). Falleció de colangiocarcinoma a la edad de 80 años.
En 1967, asistió a la Escuela de Salud Pública de Harvard en la especialidad de Epidemiología. Fue Profesor invitado de la Escuela de Medicina de la Universidad McMaster, Hamilton, Canadá, para establecer un Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística. En su desempeño como médico internista, observó que muchas de las decisiones clínicas tomadas en los ambientes hospitalarios estaban basadas solo en la experiencia, sin tener la certeza de su efectividad; por tal motivo propuso la implementación de estudios epidemiológicos como los ensayos clínicos, argumentando fallas en el diseño y la realización de dichos estudios. En los siguientes 15 años, elaboró y participó en aproximadamente 200 ensayos clínicos, mostrando como ejemplo los beneficios de la Aspirina® en la prevención de enfermedades cardíacas. Desarrolló y enseñó las habilidades de la evaluación crítica en la evidencia científica, lo cual lo motivó de forma conjunta con el Dr. Gordon Guyatt, a fundar la MBE.
En 1994, fue invitado a pertenecer al Departamento de Medicina de Nuffield en la Universidad