Más allá del dolor. Magdalena Ierino
Más allá del dolor
Más allá del dolor
Una luz de esperanza para atravesar el sufrimiento
Magdalena Ierino
Índice de contenido
Carta 6. ¡Me caso por Iglesia!
Carta 7. Abraham, un contador de estrellas
Carta 9. Jonás, el malhumorado
Carta 10 Un ángel casamentero
Carta 11. Una biblioteca de regalo
Carta 12. El diluvio que viene
Carta 13. Love history
Carta 14. El gran embaucador
Carta 15. Mujeres valientes
Carta 16. una cuestión de identidad
Carta 17. Hombres para la eternidad
Carta 18. El revés de la trama
Carta 19. Más viejo que Matusalén
Carta 20 El ladrón de bendiciones
Carta 21. El soñador
Carta 22. ¡No me hablen de misterios!
Carta 23. Dios lleva bien las cuentas
Carta 24. Un moisés en el río
Carta 25. En esta tierra sagrada
Para una lectura continuada de la Biblia de los temas que hemos tratado
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Un comentario del Nuevo Testamento sobre muchos de los episodios que se han tratado en las cartas
Ierino, MagdalenaMás allá del dolor : una luz de esperanza para atravesar el sufrimiento / Magdalena Ierino. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Claretiana, 2020.Libro digital, EPUB - (Quién soy. Quién eres) Archivo Digital: descarga y online ISBN 978-987-762-056-61. Vida Cristiana. 2. Superación Personal. 3. Meditación. I. Título.CDD 248.4 |
Nada se opone: Padre Juan Carlos Leardi, censor OCSO-REMILA.
Puede imprimirse: Madre María Marcenaro, Abadesa.
Puede imprimirse: Hugo Manuel Salaberry, sj, obispo de Azul, 14 de diciembre de 2016.
Diseño de tapa: Equipo Editorial
1º edición, julio 2020
Todos los derechos reservados
Queda hecho el depósito que ordena la ley 11.723
ISBN 978-987-762-056-6
©Editorial Claretiana, 2020
EDITORIAL CLARETIANA
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Digitalización: Proyecto451
A Graciela y a cuantos, como ella, buscan un sentido a sus vidas, al dolor, a su misma historia, para que le pierdan el miedo a la Palabra de Dios, y se animen a bucear en sus infinitos mares.
Mi agradecimiento a la Editorial Claretiana por esta muestra de confianza al publicar mi libro y un muy especial reconocimiento a la señora Alicia Sánchez Abella, por ese entonces Gerente General, por su delicada solicitud al informarme personalmente cuando la edición tuvo que postergarse; a las señoras Verónica Ferraro y Laura Vaccarezza del Área de Ediciones, por todas sus atenciones y, en especial, por su paciente caridad y sus muestras de amistad. ¡Muchísimas gracias!
“La pupila se dilata en las tinieblas, y concluye por percibir claridad, del mismo modo que el alma se dilata en la desgracia, y termina por encontrar en ella a Dios”
(Víctor Hugo).
Presentación
Hace unos años, siendo hospedera en el Monasterio, recibí a Graciela, la señora que inspiró estas cartas, con su carga de dolor y desconcierto.
El dolor es ese límite contra el que todos, alguna vez en la vida, chocamos. Ante él, muchos llegan a cuestionarse el sentido de la vida y la misma existencia de Dios. Algunos lo han definido, justamente por eso, como: la roca del ateísmo. Una roca, un peñasco, una pared de piedra, contra la que se estrellan todos los razonamientos y que puede hacer zozobrar la propia vida.
Pero una roca puede ser también el punto de apoyo para un trampolín que permita saltar más alto. Hay muchos que se asustan, se inmovilizan, se sienten destruidos, fracasados en sus más queridos proyectos de vida. Porque el dolor siempre cuestiona, siempre desafía, siempre impone una toma de posición. No se puede permanecer imparcial ante él. Se lo niega o se asume su reto.
Al mismo tiempo, nadie puede interpretar el dolor de otro, se puede acompañar, ofrecer ayuda, sobre todo la insustituible de la escucha paciente y empática, pero el camino es personal. Para los creyentes no es un camino en solitario, Dios está indisolublemente unido a la historia de cada persona y nadie más próximo al que sufre que Él.
Estas cartas surgieron como una propuesta, una búsqueda de sentido, un desafío para encontrar, en la Palabra de Dios leída y meditada de forma simple y un poco informal, relacionada con otras lecturas y experiencias, una luz de esperanza para atravesar el desafío del dolor y proseguir con creatividad, dignidad y entereza la propia vida.
Mi aproximación al tema no es teórica, sino vivencial y la ofrezco en la certeza de que hoy, y quizás más que nunca en la historia, el mundo necesita mucho más testigos que maestros. Eso soy, eso quiero ser cada día más; alguien que testimonia que es posible hallar a Dios más allá del dolor.
En la esperanza de que llegue a ser de utilidad a cuantos sufren y a quienes los acompañan.
Agradezco al