Análisis de fallas de estructuras y elementos mecánicos. Édgar Espejo Mora
TEXTURA DE LAS SUPERFICIES DE FRACTURA
Cuando se hace la inspección visual a ojo desnudo, con lupas o estereoscopio de las superficies de fractura, se debe poner atención además de las marcas presentes en estas, a la textura que en general se encuentra en dicha superficie (entre las marcas). La textura hace referencia al aspecto visual que tiene una superficie y que es consecuencia de su topografía (rugosidad).
Figura 3.7 Texturas típicas de las superficies de fractura súbitas en materiales
Nota. Textura granular por fractura frágil de metal (superior izquierda); textura fibrosa por fractura dúctil de metal (superior derecha); textura tersa por fractura dúctil a desgarre de metal (inferior izquierda); textura plana por fractura frágil por clivaje de acrílico (inferior derecha).
Fuente: elaboración propia.
Las fracturas súbitas en los materiales generalmente presentan cuatro tipos de texturas: (1) la granular, (2) la fibrosa, (3) la tersa o (4) la plana (figura 3.7). La textura granular recibe su nombre debido a que muestra un aspecto similar al de granos de arena y tiende a ser brillante en metales; la textura fibrosa es en general más opaca (en metales) y rugosa que la granular, y recibe su nombre porque recuerda la textura de la madera fracturada; la textura tersa es poco rugosa y en metales puede llegar a ser brillante (en este caso producto del frotamiento entre las superficies de fractura, figura 3.33, fotos derechas); y la textura plana es la que en inspección visual se aproxima más al concepto de planitud. Las fracturas progresivas muestran las mismas cuatro texturas mencionadas, solo que en general tienden a ser más opacas y pueden estar cubiertas de residuos, los cuales algunas veces deben ser retirados primero para poder observar la textura con claridad (figura 3.8).
Figura 3.8 Texturas típicas de las superficies de fractura progresivas en materiales
Nota. Textura tersa de metal fatigado a alto ciclaje (superior izquierda); textura fibrosa de metal fatigado a bajo ciclaje (superior derecha); textura granular de ZAC de acero soldado, producto del agrietamiento por hidrógeno (inferior izquierda); textura plana de PVC con agrietamiento inducido por el ambiente, debido a plastificación por adsorción de un solvente orgánico (inferior derecha). En todos estos casos las superficies fueron limpiadas para retirar residuos orgánicos y productos de la corrosión.
Fuente: elaboración propia.
La textura granular de las fracturas se forma en materiales policristalinos, tengan o no la capacidad de presentar deformación plástica, aunque se hace más notoria esta textura si se tiene un comportamiento frágil. Las texturas fibrosa y tersa están íntimamente relacionadas con la capacidad de deformación plástica del material, pudiendo ser este cristalino o no. La textura plana se presenta en materiales amorfos que tengan poca capacidad de deformación plástica.
Por lo anterior, en las fracturas las texturas granular, fibrosa y tersa serán comunes en metales, ya que su estructura típicamente policristalina hace que en fracturas frágiles las grietas revelen una textura granular, y debido a su capacidad de deformación plástica se favorece la formación de las texturas fibrosa y tersa en las fracturas dúctiles. Los cerámicos, al tener un comportamiento eminentemente frágil, favorecen la formación en sus fracturas de la textura granular (si son cristalinos) y la plana (si son amorfos), y en polímeros, al no tenerse la estructura cristalina y en algunos casos poseerse la capacidad de deformación plástica, es común que se encuentren las texturas fibrosa, tersa y plana.
Las trayectorias de propagación de las grietas dentro de los materiales cristalinos están fuertemente influenciadas por la estructura granular (tamaño, forma y orientación de los granos), teniéndose por tanto dos tipos principales de trayectoria de las grietas a nivel microscópico: (1) trayectoria intergranular, cuando las grietas se propagan siguiendo los límites de grano del material, y (2) trayectoria transgranular, cuando las grietas se propagan atravesando los granos (figura 3.9). Las texturas granulares de las superficies de fractura pueden formarse a partir de trayectorias de propagación de las grietas tanto inter como transgranulares. Las texturas fibrosa y tersa típicamente se forman a partir de trayectorias de propagación de grietas transgranulares.
Figura 3.9 Secciones metalográficas transversales a grietas
Nota. Acero AISI 4140 bonificado que muestra agrietamiento intergranular por hidrógeno, en una zona afectada por el calor de una junta soldada, donde la grieta sigue los límites de grano de la austenita original (izquierda); misma pieza con agrietamiento transgranular por fatiga, que nucleó a partir del agrietamiento intergranular inicial (derecha).
Fuente: elaboración propia.
El que se presente una trayectoria de grieta inter o transgranular lo condiciona el hecho de que las grietas se propagan por las zonas más débiles de un material, siendo estas en algunos casos los límites de grano (genera trayectoria intergranular) y, en otros, el interior de los granos (genera trayectoria transgranular). El área desarrollada de la superficie de una grieta intergranular es en general mayor que el área de una transgranular (para el mismo material), sin embargo, ello no implica que la energía consumida en el agrietamiento (tenacidad) sea también mayor, lo cual se debe a que en general las trayectorias transgranulares están asociadas también a un alto trabajo de deformación plástica previa al paso de la grieta, mientras que en el agrietamiento intergranular, por lo común, el trabajo de deformación plástica es mucho menor.
3.4 PARTICIPACIÓN DE LA DEFORMACIÓN PLÁSTICA
A la escala de las dimensiones de una pieza mecánica, es común que se hable de fracturas con presencia de deformación plástica o distorsión visible de la pieza, y fracturas sin ella (figura 3.10). Tanto las fracturas súbitas como las progresivas pueden presentar deformación plástica visible a simple vista antes de la fractura. Dicha deformación se presenta comúnmente en fracturas súbitas dúctiles, por fatiga de bajo ciclaje, por fluencia lenta y por fatiga termomecánica.
Figura 3.10 Fracturas con y sin deformación de pieza
Nota: espárrago que presentó fractura súbita dúctil a tensión, obsérvese el acuellamiento por deformación plástica que experimentó antes de la fractura (izquierda); elemento estructural aeronáutico con fracturas por fatiga de alto ciclaje, donde no hay deformación visible de ninguno de los fragmentos. Nótese que si las piezas se unen completamente la geometría del elemento se aproxima bastante a la original (derecha).
Fuente: elaboración propia.
Una pieza hecha en un determinado material, generalmente muestra un mayor grado de deformación plástica previa a la fractura, si esta es de tipo súbita, que si la misma pieza falla por varias de las fracturas progresivas. Por esta razón, es común que muchas de las fracturas progresivas tengan o hayan tenido en el pasado nombres relacionados con el término fragilización, ya que este da a entender que el material está mostrando un comportamiento más frágil del que se esperaría. Hoy en día este término se conserva para aquellas fracturas progresivas que efectivamente por procesos difusivos, de segregación o precipitación de partículas de segunda fase, están generando merma en la ductilidad del material, y, por tanto, favoreciendo un agrietamiento intergranular, y el término ya no se usa para fallas relacionadas con fatiga, fluencia lenta o agrietamiento