Esta es mi tierra. Juan Carlos Muñoz-Mora

Esta es mi tierra - Juan Carlos Muñoz-Mora


Скачать книгу
el control simbólico y físico de la tierra en medio del conflicto, proponer una aproximación al análisis de estos incentivos para la transferencia de tierras y los mecanismos que operan en torno a esta problemática, haciendo énfasis en la importancia de: los derechos de propiedad (sobre la tierra), el papel del Estado en su salvaguarda, los efectos del conflicto sobre la estabilidad de dichos derechos, las influencias de la estructura de la tierra sobre la persistencia del conflicto y sus actores, y los distintos mecanismos –teóricos y empíricos– por medio de los cuales se apropia o transfiere tierra en medio del conflicto.

      Una vez establecido un marco conceptual de análisis, los siguientes apartados inician el estudio del caso del Urabá antioqueño. En el segundo capítulo, se hace un análisis histórico de la confrontación armada en este territorio, partiendo de los resultados de un trabajo de campo intensivo y la literatura secundaria sobre la historia del conflicto en la región; se propone una periodización de la configuración territorial de Urabá desde la llegada de los primeros grupos guerrilleros, a mediados del siglo pasado, hasta la actualidad. Para cada periodo, se identifican los diferentes actores, características del conflicto y el papel de la tierra dentro de la confrontación armada. El capítulo tres ofrece los resultados del análisis cualitativo de la investigación: la identificación de los mecanismos de transferencia de tierras que han operado en Urabá a través de los periodos determinados en el capítulo anterior. Se encontraron ocho mecanismos de transferencia de tierras: colonización, invasión, repoblamiento, titulación (individual y colectiva), mercado de tierras, despojo material, venta forzada, y falsificación y suplantación; y para cada mecanismo, se describe el tipo de intencionalidad de los actores que intervienen, su naturaleza (legal o ilegal, formal o informal), su temporalidad y los incentivos que hacen que dicho mecanismo sea estratégico. Por otra parte, en el cuarto capítulo se ofrece un análisis detallado a nivel veredal de la información catastral de la región entre los años 2006-2011, haciendo un análisis, por municipio, de las principales variables catastrales y las relaciones entre las estructuras de propiedad y los diferentes periodos de confrontación territorial en el Urabá antioqueño. Estos tres capítulos empíricos resaltan la complejidad de la naturaleza del problema estudiado, a la vez que ayudan a entender mejor la relación entre tierra y conflicto a través del tiempo.

      Por último, el capítulo cinco ofrece una reflexión sobre los principales retos y oportunidades de la región a la luz de los hallazgos presentados, con el fin de aportar a las discusiones recientes sobre los desafíos de la construcción de paz en zonas como Urabá (Gómez, Montoya y Nanclares, 2019). En particular, se discuten las principales implicaciones de una política pública en el marco del contexto posterior al Acuerdo de Paz. Por ejemplo, este libro sugiere que las características de los distintos mecanismos de apropiación y transferencia de tierras deben ser tenidas en cuenta por la Fiscalía General de la Nación y otras agencias estatales colombianas a la hora de asignar predios o dirimir controversias sobre su restitución.

      Finalmente, se resalta que las conclusiones conectan las preocupaciones teóricas sobre las causas y la profundización de conflictos armados internos con los pilares del Acuerdo de Paz en el país. Específicamente, las falencias en términos de una reforma rural que democratice la estructura de la propiedad de la tierra en Urabá y en el resto del país, y ello en conjunción con las dudas e incertidumbres frente a la participación política de nuevas fuerzas y el asesinato de líderes sociales, que ponen el dedo sobre la llaga en la discusión más amplia sobre tierra y paz en Colombia.

       El papel de la transferencia de tierras en los conflictos armados: una aproximación teórica

      El inicio de un conflicto armado es la suma de múltiples factores objetivos y subjetivos que confluyen en un mismo momento histórico para encontrar en las armas la única salida (Grossman, 1999; Collier y Hoeffler, 2002; Justino, 2008). Una vez el conflicto inicia, independiente de las motivaciones iniciales, se crean dinámicas donde los grupos involucrados buscan mecanismos para garantizar la supervivencia a nivel táctico y económico. En este contexto, la apropiación de activos aparece como una manera eficaz de financiar e intensificar el conflicto que, si bien en ocasiones no es el fin último de los grupos armados, constituye un medio para que este persista (De Soysa, 2002; Korf, 2005; Velásquez, 2008).

      Este hecho se agudiza aún más en los conflictos rurales, donde activos como la tierra se convierten en un instrumento de poder territorial y, a la vez, en factor motivacional del mismo. Un ejemplo de ello es el caso colombiano, donde la ocupación territorial y el desalojo de la población civil han sido y siguen siendo estrategias de guerra adoptadas por los grupos armados (Ibáñez y Querubín, 2004; CNMH, 2016), y en el cual todo lo anterior crea círculos viciosos marcados por la violación de derechos humanos, un mercado de tierras impulsado por la demanda de los narcotraficantes, una alta concentración de la tierra, un menor crecimiento económico, una baja productividad agrícola y unos menores salarios y mayores niveles de violencia y criminalidad (Reyes, 1987; Castaño, 1999; Gaviria y Muñoz-Mora, 2007; PNUD, 2011).

      Aunque la apropiación de activos en medio del conflicto aparece de manera recurrente en la literatura, se carece de una aproximación conceptual que permita entender los mecanismos, las dinámicas y los principales efectos en la sociedad. En este sentido, el presente capítulo busca proponer una aproximación conceptual al análisis de los incentivos por la transferencia de tierras en medio del conflicto armado y los diferentes mecanismos que operan para conseguirlos.

      El capítulo se divide en tres secciones. La primera inicia con un breve resumen de los principales aportes sobre la importancia de la definición de los derechos de propiedad en una sociedad, haciendo énfasis en la tierra, y luego se ocupa del papel del Estado como garante de los derechos de propiedad de la tierra y las principales distorsiones que generan diferentes tipos de conflictos. La segunda sección teoriza la persistencia del conflicto basada en los cambios en la función de la tierra, los actores armados y el tipo de enfrentamiento. Finalmente, la tercera sección introduce una base analítica sobre diferentes mecanismos de apropiación de tierras en medio del conflicto.

      Esta sección comienza con una definición del valor de la tierra desde tres perspectivas: la simbólica, la económica y la estratégica-militar; esto permite sentar las bases para la comprensión de los derechos de propiedad de la tierra como una institución clave en el andamiaje del Estado liberal. Luego, revisa algunos de los aportes conceptuales más relevantes para el estudio del origen de las guerras civiles desde la perspectiva de la ausencia o debilidad estatal.

      La definición del valor de la tierra ha sido un tema recurrente en la literatura de economía y de ciencia política y las diferentes aproximaciones pueden ser resumidas en tres grandes dimensiones. En primer lugar, el valor simbólico, reflejado en el sentido de pertenencia y arraigo que puede marcar las identidades individuales y grupales; se concibe la tierra como un territorio que tiene un valor intangible y puede representar derechos históricos, o tener un significado religioso o cultural que define la identidad de cada uno de los integrantes de grupos étnicos o religiosos4 (O’Lear et al., 2005). En la actualidad, este significado simbólico de la tierra se refleja en la definición de “territorio” de los Estados liberales como un bien y patrimonio común para todos los ciudadanos, por lo cual se considera uno de los componentes básicos, junto con la gente y el gobierno, que dota al Estado de una personalidad moral, soberana y universalmente reconocida por la ley y la comunidad internacional (Zartman, 2001).

      En segundo lugar, además de ser una representación de la identidad, la historia y la política de grupos humanos, la tierra también es un recurso económico valioso que representa


Скачать книгу