Kino en California. Carlos Lazcano Sahagún

Kino en California - Carlos Lazcano Sahagún


Скачать книгу
de V. E. que s. m. b.

      Eusebio Francisco Kino

      P.D.- La ciudad que, con el favor de Dios y la Virgen santísima, de aquí a tres, a cuatro o cinco meses vamos a fundar en las Californias, se ha de llamar, dando nuestro Señor su Gracia, la ciudad de Nuestra Señora de Guadalupe de las Californias.

      91- Huntington Librery (en adelante HL), Biblioteca Americana, documento número 9997. Publicado en Burrus [13]: 177-182.

      Documento 2

      Kino escribe a la Duquesa informándole de la salida hacia las Californias

      Excelentísima señora Duquesa de Abeyro

      Aquí con ésta van los cien libritos del cometa de los dos años pasados 1680 y 1681, que juzgo ser aquel mismo que este año de 1682 vimos y pasó por las otras quatro cassas astronómicas, como parte sacará V. Excelenza de una larga que le escribí quatro meses a, y parte lo escribiré mañana con el favor de su divina Magestad en otra carta más larga que esta.

      A 28 de otubre deste año de 1682 salimos con la Capitana, Almiranta y Balandra a este Mar del Sur, y a 3 de noviembre en siete días de feliz aunque algo prolija navegación, llegamos a este puerto de Chacala, que está en 21 grados 35 min. De altitud del polo ártico o latitud geográfica, en la cercanía de la ciudad de Compostela.

      Aquí hacemos los bastimentos para seis meses de navegación, aunque con buen viento podemos pasar de aquí a las Californias [en pocos días]; que muy mucho y muchíssimo las encomiendo a las santas oraciones de V. Excelencia y a su santa Mariana y angelical familia: Gabriel, Joachín y Isabel, que su divina bondad y infinita liberalidad la felicite los muy felices muchos años que, con todas las fuerzas de mi alma y por el amor de Jesucristo que murió por nosotros, le suplico y deseo.

      Deste puerto de Chacala, y noviembre 3 de 1682.

      Muy siervo de V. Excelencia, Eusebio Francisco Kino.

      92- HL 9975. Burrus [13]: 184-185.

      Documento 3

       Puerto de La Paz, abril 1 de 1683

      El señor Almirante don Isidro de Atondo y Antillón, cabo superior de esta Real Armada que por cuenta de su Majestad, y a costa de su Real Hacienda, ha hecho viaje a este reino de la California donde, mediante Dios, espera entrar y fundar y establecer en él el santo Evangelio, por ser este el principal motivo a que su Majestad le envía.

      Dijo que por cuanto su Majestad, que Dios guarde muchos años y conserve en mayores reinos y señoríos con tan católico celo nacido de su gran magnificencia, ha gastado gran suma de su Hacienda Real para fabricar esta armada y todos los demás aprestos de ella; y juntamente se entregó a su merced la cantidad de ropa y otras cosas que ha embarcado en estas fragatas para que en nombre de su Majestad se reparta gratuitamente entre los naturales de dicho reino de la California, donde al presente se halla dado fondo a fin solo de agasajar dichos naturales y atraerlos y reducirlos al gremio de nuestra Santa Madre Iglesia y obediencia a su Majestad, sin esperanza de otro retorno salvo el que ellos de su libre y espontanea voluntad dieren en agradecimiento, lo cual siendo oro, plata, perlas o ámbar, u otra cosa de valor, se meta en la caja de tres llaves que para este efecto va prevenida en esta Capitana y se guarde en ella como Hacienda Real, en remuneración de lo mucho que su Majestad tiene gastado de sus Reales haberes, como dicho es, y para poder conseguir la reducción y conversión de dichos naturales y tomar posesión, en nombre de su Majestad, de dicho reino y de todo lo que le pertenezca.

      Su merced manda a todos los oficiales, soldados, marineros y grumetes, de los que en esta armada navegan, que por ningún pretexto ni manera alguna, hagan la menor vejación a ninguno de los naturales de dicho reino de Californias so pena de la vida que se ejecutará inviolablemente en el que esta orden quebrantare en cualquier cosa de lo que en él se contiene, ni tampoco les quiten a dichos naturales ninguna cosa de lo que tuvieren so color de cambio que les obligue a formar queja, pues se tienen grandísimas experiencias de que los indios de la nación tepeguana, por solo quitarles una gallina se levantaron y costó su pacificación mucha sangre y a su Majestad mucho de sus Reales haberes, y en esta dicha California el viaje de Sebastián Vizcaíno, que echó gente en tierra y uno de los que desembarcaron quitó a un indio una perla [lo que] obligó a dichos naturales a que se alborotaran y a que tomasen sus lanchas a toda prisa con mucho riesgo de las vidas de todos pues mataron diez y ocho españoles y algunos escaparon a nado; y porque hay muchos ejemplares de los indios gentiles que se levantan por solo quitarles un tecomata, gamuza u otra cosa de muy poco valor.

      Y así mismo ninguno sea osado de entrar en sus casas o ranchos sin su consentimiento, porque no los motive a formar queja que habiéndola se ejecutará la dicha pena en los que lo contrario hicieren para que dichos naturales se quieten y queden contentos y se logre la intención de servir a ambas majestades en empresa de tan de su servicio.

      Y así mismo se hace notorio a todos los que van en esta armada, de cualquier calidad y condición que sean, como su Majestad hace dueños de las riquezas de oro, plata, ámbar o perlas que cada uno por su buena industria buenamente consiga, como no sea por algún género de ruindad, pagándole a su Majestad su real quinto. También dicho señor Almirante ofrece en nombre de su Majestad a todos los que en esta empresa se ocuparen, las mercedes, honras y privilegios que correspondan al mérito de su trabajo.

      Y para que ninguno de los que están en esta armada peque de ignorancia y llegue a noticia de todos lo contenido en este bando, su merced mandaba y mandó que el presente asunto, a son de cajas y a voz de pregonero, lo publique en las partes y lugares que convenga y lo asiente por auto para que en todo tiempo conste y así lo mando y firmo, que es a bordo de esta Capitana, nombrada la Limpia Concepción de Nuestra Señora, surta en este puerto de La Paz que llaman.

      En primero de abril de mil seiscientos y ochenta y tres años.

      Don Isidro de Atondo y Antillón

      93- Archivo General de Indias (en adelante AGI), M 56. Mathes [9]: 507-509.

      Documento 4

       Abril 5 de 1683

      En el puerto que llaman de La Paz, reino de la California, a cinco días del mes de abril de mil seiscientos y ochenta y tres años, el señor Almirante don Isidro de Atondo y Antillón, cabo superior de la Armada Real que esta surta en este puerto y de dicho reino por su Majestad dijo:

      Que el jueves que se contó primero de este presente mes de abril, fue Dios servido de que se llegase a dar fondo en este dicho puerto con la Capitana, nombrada la Limpia Concepción de Nuestra Señora, y la Almiranta nombrada San José y San Francisco Xavier, habiendo salido del puerto de Chacala, a diez y siete de enero pasado de este presente año, y siendo corta la travesía que hay de la Nueva España a esta, pues muchos dicen que no hay más de treinta y cinco a cuarenta leguas de travesía de una parte a otra, se dilató tanto tiempo el viaje por ser los vientos y las corrientes contrarias que obligaron a tanta dilación el viaje y que en dos de abril su merced en compañía de los muy reverendos padres Eusebio Francisco Kino y Pedro Matías Goñi, de la sagrada Compañía de Jesús, y fray Joseph Guijosa, religioso profeso de San Juan de Dios, y de los capitanes de mar y guerra don Francisco de Pereda y Arce y don Blas de Guzmán y Córdoba, y el alférez Martín de Verástegui, y veinte y cuatro soldados, todos con sus armas prevenidos y amunicionados. Saltaron en tierra y todos juntos dieron gracias a Dios y vieron en ella un pocito de agua dulce que tenía poco agua, el cual, por orden de dicho Almirante se hizo ahondar y alegrar


Скачать книгу