Violencias en la educación superior en México. Angélica Aremy Evangelista García
o envío de mensajes de contenido erótico o sexual explícito, así como situaciones de consumo excesivo y enajenamiento por Internet u otras TIC.
Frente al creciente uso de Internet, redes sociales y otras TIC, en México ha aumentado la preocupación por el ciberacoso o ciberbullying, que lleva la violencia del acoso escolar a la red; 71.8% de hombres y 71.1% de mujeres reportaron haber vivido, por lo menos una vez en su vida, violencia de este tipo, principalmente en la preparatoria, seguida de la universidad, la secundaria y, finalmente, la primaria. Los casos de ciberacoso frecuentes y muy frecuentes fueron registrados en mayor medida por hombres, en preparatoria y universidad (ver Gráfica 8).7
Gráfica 8. Ciberacoso por nivel educativo, sexo de la víctima y frecuencia
Fuente: Elaborada con base en la Encuesta Universidades Públicas y Privadas, 2015.
Las principales manifestaciones de este tipo de violencia para los hombres fueron: acceder a sus redes sociales sin permiso, enviar mensajes ofensivos por celular, Facebook, Twitter y otros medios sociales, y recibir mensajes con contenido sexual. Las mujeres reportaron con mayor frecuencia: acoso a través de correos electrónicos o mensajes en las redes sociales, mensajes ofensivos por celular, Facebook, Twitter y otros medios sociales, y mensajes con contenido sexual (ver Cuadro 6).
Cuadro 6. Ciberacoso por tipo de agresión, según nivel educativo y sexo
Fuente: Elaborado con base en la Encuesta Universidades Públicas y Privadas, 2015.
La opción “incitado a ver pornografía vía Internet” presenta altos porcentajes entre los hombres de primaria a preparatoria, lo cual se relaciona con los estereotipos de género que promueven en ellos prácticas sexuales de este tipo, y refuerza lo dicho en los casos de violencia sexual, cuando los alumnos declararon con mayor frecuencia que eran inducidos a la pornografía.
El ciberacoso avanza conforme lo hace el uso de las TIC. Se caracteriza por ser omnipresente, dado que se ha generalizado la posesión de dispositivos móviles, y fácilmente una fotografía, video, mensaje o insulto puede llegar a miles de personas y hacerse viral. La proliferación de las redes sociales permite difundir mensajes de acoso, por lo que las consecuencias pueden ser graves, hasta llegar a extremos como el suicidio, pasando por la deserción escolar y otros trastornos psicosociales.
¿Quién o quiénes ejercen violencia escolar?
Un mayor porcentaje de alumnos dijo haber sido agredido por otros hombres:8 por compañeros-alumnos y por profesores; 4.37% dijo sufrir violencia por parte de compañeras-alumnas y 1.94% por alguna profesora. Las mujeres señalaron haber sido agredidas por otras alumnas y alumnos casi en igual porcentaje, y por profesores (7.77%) y profesoras (5.34%).
Nótese que en un mayor porcentaje la violencia experimentada por los alumnos varones fue ejercida por otros hombres (36.89%), mientras que la ejercida por las mujeres sobre ellos es mucho menor (6.31%).9 En el caso de las mujeres, la violencia experimentada fue ejercida casi en iguales porcentajes por hombres (23.79%) y mujeres (23.30%). Estos resultados indican que la violencia contra los hombres en las universidades es en mayor medida intragénero; son ellos quienes viven y ejercen más violencia contra los de su mismo género, mientras entre las mujeres la violencia es inter e intragénero, pues la practican contra ellas tanto otras mujeres, como hombres. La violencia de los hombres hacia las mujeres es 17.49 puntos superior a la que ellas ejercen sobre ellos. En general, los hombres ejercen más violencia, en diferentes magnitudes y tipos según el sexo de la víctima; por ejemplo, despliegan más violencia física contra otros hombres, pero más sexual contra las mujeres (ver Gráfica 9).
Gráfica 9. Por quién fue agredido o agredida en su estancia universitaria
Fuente: Elaborada con base en la Encuesta Universidades Públicas y Privadas, 2015.
Estos resultados refuerzan lo planteado desde la perspectiva de género en cuanto a que los estereotipos que se promueven a través de las masculinidades hegemónicas suscitan en los hombres el ejercicio de la violencia contra otros varones y contra las mujeres. Es una forma de mantener y demostrar que son verdaderos hombres según los estándares patriarcales.
Reflexiones finales
Las situaciones de violencia escolar que viven mujeres y hombres están interrelacionadas con las identidades de género que promueven relaciones desiguales, según las cuales ellos deben y pueden ejercer mayor violencia contra otros hombres y contra las mujeres.
Los tipos de violencia se relacionan con las formas en que se siguen reproduciendo los estereotipos de género en las escuelas. Las diferencias más significativas por sexo se encuentran en la violencia sexual, en la que las mujeres presentan 11.3 puntos porcentuales más que los hombres; mientras que en la violencia física los varones reportan 10.1 puntos más que las mujeres, aun cuando en general los hombres registran porcentajes ligeramente más altos que las mujeres.
De acuerdo con estos resultados, las manifestaciones de la violencia en las instituciones educativas están ligadas a las relaciones de género patriarcales aceptadas socialmente. Los estereotipos de género establecen quiénes ejercen y reciben las diferentes manifestaciones de violencia, por lo que el problema de la violencia es estructural y no solo incumbe a las escuelas, sino a todas las estructuras de poder que la sustentan. Pese a que los hombres son quienes ejercen y reciben más violencia, las estructuras patriarcales en las que esta se mantiene son diferentes para mujeres y hombres; al promover el uso y ejercicio de la violencia entre los varones, se pone en desventaja a las mujeres, quienes sufren violencia no solo en las instituciones educativas, sino de forma estructural.
La violencia escolar en los diferentes niveles educativos está determinada por la violencia de género, es decir, las manifestaciones de violencia que se expresan dentro del ámbito educativo no se pueden desligar de los cánones de género que se producen y reproducen en sociedades de estructura patriarcal como la mexicana.
Referencias
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