El infierno está vacío. Agustín Méndez
2014, pp. 257-297.
156 De todos los críticos de Scot, el más formidable en términos de su estatus fue Jacobo VI, quien lo amonestó expresamente en su Daemonologie: «Scot, un inglés, no se avergüenza de negar públicamente y por escrito la existencia de la brujería, manteniendo así el error de los saduceos, quienes negaban a los espíritus». [«Scot an Englishman, is not ashamed in publike print to deny, that ther can be such a thing as Witchcraft: an so mainteine the old error of the Sadducees, in denying the spirits»]. Jacobo Estuardo: Daemonologie, Edinburgh, 1597, ff. 2r-v. La oposición del monarca dio a luz al mito de que tras su llegada a Londres para ser coronado ordenó la quema pública de ejemplares de The Discoverie, versión actualmente desacreditada. Sobre otras oposiciones a Scot en Inglaterra, véase Sharpe, 1996, pp. 55. Las primeras reivindicaciones, en cambio, no fueron inmediatas. Los primeros ingleses que defendieron abiertamente a Scot fueron Thomas Ady, autor de A Candle in the Dark (1656), y John Webster, responsable de The Displaying of Supposed Witchcraft (1677), quienes basaron su oposición a las persecuciones repitiendo todos los argumentos planteados por el de Kent el siglo anterior. I. Bostridge: Witchcraft and its Transformations c. 1650-c.1750, Oxford, Clarendon Press, 1997, p. 3. Almond, 2011, p. 3.
157 Quien estuvo a cargo de la edición de la demonología de Perkins fue Thomas Pickering, otro egresado de Cambridge y ministro en Finchngfield (Essex). J. Sharpe: «Perkins, William», en R. Golden (ed.), 2006e, p. 890.
158 S. Clark: «Protestant Demonology: Sin, Superstition, and Society (c. 1520-c.1630)», en G. Henningsen y B. Ankarloo (eds.): Early Modern European Witchcraft: Centres and Peripheries, Oxford, Clarendon Press, 1993, p. 57.
159 A. Macfarlane: «A Tudor anthropologist: George Gifford’s Discourse and Dialogue», en S. Anglo (ed.), 1977, p. 149.
160 [«The devill have no power for to hunt us: but if the Lord doe give him leave to afflict us»]. G. Gifford: A Discourse of the Subtill Practises of Devills by Witches and Sorcerers, Londres, 1587, p. 66, Cornell University Library’s Witchcraft Collection: <http://ebooks.library.cornell.edu/cgi/t/text/text-idx?c=witch;cc=witch;rgn=main;view=text;idno=wit052> (consulta: 2/7/2019). Gifford es junto a Reginald Scot el demonólogo inglés sobre el que más han escrito los historiadores. Se recomienda ver J. Hitchcock: «George Gifford and Puritan Witch Beliefs», Archiv für Reformationgeschichte, 58, Berlín, 1967, pp. 90-99; A. Macfarlane: «A Tudor Anthropologist: George Gifford’s Discourse and Dialogue», en S. Anglo (ed.), 1977 pp. 140-155; D. Wallace: «George Gifford, Puritan Propaganda and Popular Religion in Elizabethan England», The Sixteenth Century Journal, 9(1), 1978, pp. 27-49; T. S. McGinnis: «‘Subtiltie’ Exposed: Pastoral Perspectives on Witch Belief in the Thought of George Gifford», The Sixteenth Century Journal, 33(3), 2002, pp. 665-686.
161 «Defiendo firmemente que cada acto sobrenatural ocurre por el poder de Dios» [«I do hold most firmly that every supernatural worke is by the power of God»]. G. Gifford: A Discourse of the Subtill Practises of Devills by Witches and Sorcerers, p. 34. «Todos los milagros verdaderos tienen causas sobrenaturales, las cuales no están presentes en los engaños del demonio» [«For all true miracles have supernatural causes, and so haue not the deceitfull delusions of the devill»]. H. Holland: A Treatise Against Witchcraft, 1590, p. 21, Early English Books On Line: <http://quod.lib.umich.edu/e/eebo/A03468.0001.001?rgn=main;view=fulltext> (consulta: 14/7/2019). «El poder para realizar milagros corresponde unicamente a Dios» [«For the power of working miracles, is proper onely to the Godhead»]. W. Perkins: A Discourse of the Damned Art of Witchcraft, Londres, 1608, p. 62, Cornell University Library’s Witchcraft Collection: <http://ebooks.library.cornell.edu/cgi/t/text/text-idx?c=witch;cc=witch;rgn=main;view=text;idno=wit075> (consulta: 13/7/2019).
162 Una de las limitaciones demoníacas universalmente aceptadas era su incapacidad para cambiar la forma de los objetos y los cuerpos. «Va en contra de la piedad creer que los demonios pueden (...) cambiar la forma de un cuerpo por la de otro, ya que esas cosas son sólo propias de Dios» [«Against pietie is to beleeve, that Divels can (...) change one body into another for those things are proper to God»]. Gifford, 1587, p. 28. «No niego que las brujas pueden tener ilusiones diabólicas, que abundan en los casos de melancolía, pero sí que puedan sufrir transformaciones verdaderas» [«Howbeit I denie not, but witches may haue also sundrie such Sathanicall delusions in many, which abounde in melancholy, but no reall transformations indeede»]. H. Holland, 1590, p. 46. «No pueden ser verdaderas las brujas que se metamorfosean en criaturas debido a que el demonio no posee la capacidad de cambiar una sustancia en otra» [«Witches really metamorphosed into such creatures, cannot bee true; considering that it is not in the power of the devil, thus to change substances into other substances»]. Perkins, 1608, pp. 13-14. En este caso, es probable que en lugar de haber tenido en mente las creencias populares inglesas (que referían al poder de las brujas –y no de los demonios– para cambiar su forma o la de terceros) hubieran pensado en la Démonomanie des Sorciers de Jean Bodin, no solo la única demonología de la modernidad temprana en afirmar que las metamorfosis eran posibles, sino una de las más influyentes a finales del siglo XVI en Inglaterra, reino que el jurista y teólogo francés visitó dos veces (1579 y 1581-2). Sharpe, 1996, p. 22. El problema de la metamorfosis en la literatura demonológica inglesa será analizado con detenimiento en el capítulo III.
163 [«He alone hath created them, the devils are not able to create any thing, though never so small, much lesse those greate tinges»]. Gifford, 1587, p. 24.
164 Holland, 1590, p. 56; Perkins, 1608, p. 14.
165 Oldridge, 2010, p. 46; Johnstone, 2006, p. 1; Arpaci, 2008 p. 64.
166 Johnstone, 2006, p. 8. Millar, 2017, pp. 36-37.
167 [«The power of devils is in the hearts of men, as to harden the heart, to blinde the eies of the mind, and from the lustes and concupiscences which are in them, to inflame them unto wrath, malice, envy, and cruell murthers: to puffe them up in pride, arrogancy and vaine glory: to entice them unto wantonnesse»]. G. Gifford: A Dialogue Concerning Witches and Witchrafts, Londres, 1593 (cito por la reedición: Londres, The Percy Society, 1843, p. 22).
168 Oldridge, 2010, pp. 105-106.
169 R. W. Scribner. «The Reformation, Popular Magic, and the “Disenchantment of the World”», The Journal of Interdisciplinary History, 23(3), 1993, p. 487. Oldridge, 2010, p. 10; Arpaci, 2008, p. 65.
170 Arpaci, 2008,