3GPP LTE: Hacia la 4G móvil. Jose F. Monserrat

3GPP LTE: Hacia la 4G móvil - Jose F. Monserrat


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cuál puede ser el interés de la industria en realizar nuevas inversiones en infraestructura de red de acceso y de conmutación, o para qué necesita el sector de las comunicaciones un nuevo estándar de acceso celular.

      La respuesta hay que buscarla en las características particulares de este mercado, con tendencias muy cambiantes pero siempre con expectativas crecientes por parte de los usuarios y con previsiones ciertas de saturación en la capacidad global de servicios de datos en muy pocos años. Por comparación con lo que sucede en redes fijas, la experiencia de usuario, es decir, la calidad subjetiva que percibe en el servicio de banda ancha, es muy alta gracias a los varios megabits por segundo que puede conseguir en una conexión Digital Subscriber Line (DSL) y a precios cada vez más competitivos. A diferencia de lo que sucedía años atrás, en mercados maduros, como Europa Occidental o Estados Unidos, el crecimiento del negocio de telefonía móvil no se corresponde tanto con el incremento de abonados, sino con el aumento del tráfico, en cuanto a la cantidad de minutos de voz y sobre todo de megabytes de datos transferidos, así como en la renovación de equipos y contratos para migrar a tecnologías de banda ancha móvil. La aparición de terminales tipo smartphone junto con la proliferación de dispositivos portátiles con conectividad de datos Tercera Generación Móvil (3G) continúa disparando la demanda de capacidad de transmisión de datos en movilidad. Según estudios recientes, la progresión que se puede prever del consumo demandado por los usuarios no podrá ser cubierta completamente o con suficiente calidad por las redes actuales ni por las evoluciones de 3G, como High Speed Packet Access Evolution (HSPA+).

      Esta oferta de servicios la están proporcionando desde mediados de 2010 la práctica totalidad de operadores 3G, unos 365, los cuales comercializan servicios High Speed Packet Access (HSPA), y se espera a que a finales de 2010 la mitad de dichas redes hayan también adoptado HSPA+, ofreciendo entonces servicios de datos de hasta 14 Mbps. No obstante, se ha previsto un aumento de más del 50% en la penetración de la banda ancha para los próximos cinco años, por lo que la amenaza de sobrecarga en las redes es más que real para muchos de los citados operadores.

      Esta suposición se basa en datos reales. En efecto, al observar la evolución reciente de los abonados de banda ancha móvil se puede ver cómo a partir de 2007 se ha producido un incremento muy significativo en su número y en la demanda de tráfico de servicios de banda ancha. En muchos países de los mercados más desarrollados el consumo de datos en movilidad se ha multiplicado entre 2008 y 2010 y sigue creciendo exponencialmente. Basta con comprobar cómo a principios de 2008 el número global de abonados a High Speed Downlink Packet Access (HSDPA) era de unos 20 millones, a mediados de 2009 alcanzó los 150 millones y sólo un año más tarde la cifra se ha multiplicado hasta alcanzar los 500 millones, a pesar de lo cual aún corresponde a poco más del 10% del total de usuarios de Global System for Mobile Communication (GSM) y UMTS, por lo que cabe esperar que en 2012 se alcancen los 1.000 millones de abonados de banda ancha móvil, repartidos entre tecnologías 3G y Long Term Evolution (LTE).

      Estas tendencias de crecimiento se están manteniendo debido a factores como:

       Incremento en la penetración de 3G, estimándose que la práctica totalidad de los usuarios de 2G terminen de migrar a 3G antes de 2014.

       Penetración de módems y smartphones, con previsiones de que en 2014 la cuarta parte de los terminales de bolsillo sean de este tipo.

       Proliferación de los contratos de tarifa plana y la reducción de precios de datos.

      Figura 1.1. Previsión de crecimiento del número global de abonados HSPA. Fuente: Global Mobile Suppliers Association, 2010.

       Cambio en los servicios que los usuarios esperan del terminal, con un giro hacia servicios que requieren alta tasa de transmisión (audio de alta calidad, vídeo, etc.).

       Mejora de la calidad ofrecida en las redes 3G con la generalización de HSPA+.

       Sustitución progresiva de los teléfonos fijos de los hogares por móviles.

      Ahora bien, todo este incremento en el número de usuarios, con el consiguiente incremento en la demanda de capacidad en la red de acceso radio, no podrá ser cubierta por las redes actuales. La estimación de carga por usuario de servicios de banda ancha nos indica que en la actualidad el usuario típico de banda ancha móvil consume entre 500 Mbytes y 1 Gbyte al mes y la calidad de servicio que esperan recibir de la red implica garantizar un throughput de 200 kbps, con picos por encima de los 2 Mbps. Estas condiciones se pueden ofrecer en las redes actuales para un número limitado de usuarios en 3G, en celdas con poco tráfico o de pequeñas dimensiones, o bien limitando estas condiciones de servicio a los usuarios que están más cerca de la estación base. En este sentido, el crecimiento del número de usuarios HSPA, sin otros cambios en la infraestructura de la red de acceso, lleva asociado un detrimento en la calidad que el operador puede garantizar a sus abonados. Se han planteado soluciones para soportar estos incrementos de demanda en las redes actuales, que pasan por el despliegue de un mayor número de picoceldas y femtoceldas, complementar el servicio móvil con puntos de acceso de tecnología inalámbrica, o añadir sectorización en el plano vertical en las macroceldas actuales, pero aun con todas ellas el binomio calidad/capacidad no puede mantenerse por mucho tiempo.

      Figura 1.2. Crecimiento exponencial del volumen de tráfico de datos en movilidad; previsiones hasta 2014. Fuente: UMTS forum, 2010.

      Por todo ello, el despliegue de tecnología LTE, en nuevas bandas de frecuencia o en parte de las actuales bandas ocupadas por 2G, parece la solución más viable, eficiente y rentable a medio y largo plazo.

      Cabe destacar que un acusado incremento del tráfico como el que se ha previsto no trae consigo un crecimiento proporcional de los ingresos. Esto es debido a que la proliferación y generalización del consumo de datos en movilidad incrementa la competencia entre operadores y la exigencia de los usuarios de seguir recibiendo cada vez más ancho de banda con menores tarifas. Para mantener la rentabilidad, los operadores y, en general, los proveedores de servicios de comunicaciones necesitan responder a estas tendencias optimizando al máximo las capacidades de las tecnologías de acceso radio actuales y en desarrollo.

      En este sentido, LTE aparece en la escena actual como una oportunidad de cubrir esa creciente demanda de tráfico de datos, con inversiones que se pueden rentabilizar a partir de poblaciones de usuarios con menor Average Revenue Per User (ARPU) respecto al que requerían las redes 3G, o con menor coste por Mbps que aquéllas. En efecto, al comparar el coste de despliegue y la capacidad de las tecnologías Third Generation Partnership Project (3GPP) que actualmente ofrecen banda ancha móvil, se ve que LTE puede ofrecer capacidades muy superiores a 3G y con un coste por Mbyte sensiblemente inferior, por lo que la amortización de las inversiones que deberán realizar los operadores se podrá conseguir con precios competitivos, en menos tiempo que las tecnologías anteriores o con objetivos de ARPU no tan altos como cabría esperar.

      A partir del lanzamiento comercial de LTE, los resultados de estudios de mercado indican que la acogida de este estándar puede ser mucho más rápida que la de los anteriores estándares móviles. Algunas previsiones apuntan a que el número de usuarios de LTE crecerá más rápidamente a partir de 2014, momento en el que superará ya los 130 millones, aunque esta cifra represente en ese momento apenas un 5% del total de abonados a banda ancha móvil. En una primera fase, los abonados vendrán de mercados desarrollados, como Japón, Estados Unidos y Europa Occidental, mientras que el crecimiento en los mercados emergentes estaría dirigido por China con unos 36 millones de suscripciones en 2014. Además, se espera que nuevos operadores en los mercados emergentes


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