El arte y la ciencia de la formulación aromática. Ana Requejo
fórmula entiende lo que tiene entre manos, valorará aún más tu trabajo y recibirá con total conocimiento todo lo que en ese preparado hay, respetando el tratamiento tal y como se le indica.
Estas fórmulas que te muestro a continuación son el trabajo de varios días con cada una de ellas, buscando cumplir con lo requerido, pero sobre todo evitando los riesgos y explicando a quien tuvo el deseo de escucharme el porqué y el cómo e, incluso, cuándo y de qué modo.
Y no olvidemos un detalle importantísimo, escoger los productos que te aporten las mejores garantías y la mayor pureza que, para mí, son sinónimo de calidad.
Como todo esto que menciono resulta un reto muchas veces, con el fin de ayudaros e ir paso a paso, os detallo a continuación el proceso que yo sigo en la elaboración de una fórmula aromática.
Proceso de elaboración de una fórmula
1.Datos básicos del receptor:
•Sexo, edad.
•Ocupación.
•Estado actual; vive solo o en compañía.
2.Datos básicos del estado de salud:
•Problemas crónicos: en qué sistema se dan.
•Tratamiento en curso: medicamentos, suplementación, terapias suplementarias. Tiempo del tratamiento.
3.Conocer perfectamente qué desea obtener el usuario:
•¿Beneficios físicos?
•¿Beneficios emocionales?
•¿Ambos?
Esto nos indicará cuántas fórmulas hemos de elaborar, a través de qué interfaces aplicarlas y si las combinamos o las pautamos una tras otra.
4.Preguntas generales para determinar lo que realmente necesita según nuestro criterio como terapeutas:
•Cómo se relaciona con la sociedad: determinar si además necesita tratamiento mental/emocional, aunque no se haya solicitado.
•El problema que esté llevando en ese momento: ¿le impide realizar alguna otra actividad?, ¿le limita?
En este caso, los preparados deben ser cómodos y fáciles de aplicar.
•¿Duerme bien?
•¿Realiza alguna actividad fuera de casa?
•Algún tratamiento complementario que realice, ¿puede ser compatible con la aromaterapia?
5.Evaluar las disfunciones que presenta:
•Inflamación.
•Dolor.
•Picor.
•Congestión: respiratoria, linfática, circulatoria, mental…
Esto nos irá dirigiendo a los aceites esenciales y aceites vegetales más adecuados.
6.Determinar, teniendo en cuenta todo lo anterior, la/s vía/as de uso más adecuada/s: tópica, olfativa u oral.
7.Escoger los aceites esenciales más eficaces para tratar todas sus disfunciones.
8.Según la interfaz de uso, evaluar los riesgos personales y determinar el tiempo seguro del tratamiento.
9.Decidido lo anterior, revisar los aceites esenciales:
•Comprobar sus posibles riesgos como sustancia en sí.
•Comprobar los factores de riesgo y personales del salutante y eliminar los aceites esenciales no adecuados.
•Sustituir los aceites esenciales no adecuados por otros que sean más seguros y que cumplan con lo necesario para el tratamiento. A veces es necesario sacrificar la «potencia terapéutica» por la seguridad.
10.Crear la fórmula:
•Según la vía de uso y el envase o herramienta, decidir la concentración de aceites esenciales.
•Su edad, el problema a tratar, el tiempo de tratamiento y las características de los aceites esenciales —sobre todo sus riesgos— nos indican la concentración.
•Fijarse en la disfunción primaria a tratar. Nos dará respuesta al aceite esencial principal y sus «ayudantes».
•Formular sobre papel.
•Elaborar la fórmula.
11.Tratamiento:
Pautar el uso de las fórmulas por escrito: cuántos días, cuántas veces al día, intervalos de descanso.
12.Seguir la evolución del tratamiento:
Cuando trabajamos con la aromaterapia y la aconsejamos, el seguimiento de la evolución del receptor es básica, ya que dependiendo de muchas variables se puede dar la necesidad de ir modificando la dosis y la regularidad de uso. Daos cuenta de que no estamos trabajando con un medicamento que viene estrictamente dosificado en una píldora o en un vial. Estamos ofreciendo una sustancia volátil.
Si trabajamos a través de la vía aérea y la zona de difusión es mayor o menor, la concentración molecular en el aire también varía —y su resultado final en el individuo—.
Si en cambio hemos preparado una fórmula vía tópica, hemos de saber dónde echarla y las zonas corporales no tienen la misma composición a nivel celular. El grosor de las diversas capas influye en la velocidad de absorción, así como en el peso molecular de las sustancias que estamos mezclando.
Y si hablamos de la vía oral —no contemplada en este libro— la metabolización de cada molécula y su recorrido por nuestro organismo es diferente.
Por tanto, hemos de ir ajustando el tratamiento y para ello es imprescindible conocer la evolución de la salud del sujeto.
¿Qué encontrarás en este compendio de fórmulas?
Mi objetivo no es solo el darte unas fórmulas útiles y efectivas, sino también prácticas. Contarás con el perfil bioquímico y las propiedades principales de cada fórmula, una explicación razonada y fundamentada del para qué y por qué. Además, y si lo permite, te aportaré una serie de consejos y tratamientos complementarios que actúen como apoyo importante en la aplicación de los preparados. Para ello me sirvo de la acupresión facial, el masaje, técnicas energéticas… Todo un mundo natural y sencillo a vuestro alcance. También te daré un punto de vista energético y/o emocional en alguna de las formulaciones, ya que considero que la polivalencia que nos aporta la aromaterapia ha de ser bien aprovechada.
Acompáñame pues en este aromático camino.
Ana Requejo
Directora de Escuela de Aromaterapia Ana Requejo
Técnico superior en Aromaterapia
Técnico en flores de Bach
Naturópata manual y energética
Investigadora incansable
Maestra de reiki
PARTE 2
FÓRMULAS
Cómo desinfectar superficies de forma natural
Ingredientes
Árbol del té + limón + vinagre blanco + agua.
Envase
Spray-pulverizador con pistola de 250 ml.
Objetivo
Mayor desinfección microbiana, fúngica y larvicida con un aroma fresco, limpio y respetuoso con el medio ambiente.
Para ello trabajamos con ingredientes naturales,