México ante el conflicto Centroamericano: Testimonio de una época. Mario Vázquez Olivera
y lo hace de manera por demás empática. Indudablemente haber adoptado esta postura fue fundamental para que la autora alcanzara una visión más profunda y comprensiva del fenómeno estudiado, pero además rompió con prescripciones y esquemas ideológicos aún arraigados en ciertos sectores del medio académico mexicano, que impedían reconocer que, además de responder a los intereses de los Estados Unidos, la guerra de la Contra era también una expresión de insurgencia campesina frente a abusos del gobierno y en defensa de la tierra.
En lo que toca al presente volumen colectivo, México ante el conflicto centroamericano. Testimonio de una época, se trata del cuarto y último libro que ve la luz bajo los auspicios de nuestro proyecto. Los quince aquí textos reunidos no solo abarcan los temas específicos que nos propusimos examinar desde un inicio, sino que a la vez responden a nuestra intención de exponer enfoques críticos y privilegiar el empleo de “fuentes primarias”, en este caso documentos de archivo, prensa de la época, fotogramas y testimonios personales, como fundamento básico del análisis histórico.
El examen del involucramiento del gobierno mexicano en Centroamérica durante los primeros años del conflicto ocupa un lugar importante en el libro. Optamos por concentrar nuestra atención en esta etapa en razón de que allí se originaron las principales definiciones de una política de Estado que habría de prolongarse hasta mediados de la década de los noventa. Los trabajos de Mónica Toussaint, Mireya Morales, Mario Vázquez Olivera y Fabián Campos Hernández dan cuenta de este aspecto. Otras etapas y facetas de la actuación oficial mexicana son referidas a partir de los testimonios personales de tres diplomáticos en retiro, Hermilo López Bassols (embajador en El Salvador de 1989 a 1992), Carlos Plank Hinojosa (embajador en Panamá de 1986 a 1990) y Gerardo Camacho Vaca (secretario de nuestra embajada en Nicaragua de 1974 a 1984). Asimismo, Miguel Ángel Sandoval, miembro de la comisión diplomática de la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala hace el recuento de la participación mexicana en el impulso a las negociaciones de paz de dicho país.
Diversos aspectos del impacto que tuvo en México el conflicto centroamericano, desde la cobertura de prensa, el movimiento de solidaridad, los estudios académicos y la participación de combatientes mexicanos en los frentes de guerra, son examinados en los textos de Mónica Morales, Héctor Ibarra, María Patricia González, Kristina Pirker y Omar Núñez. Por otra parte, Fabián Campos Hernández y Mario Valdez ponen sobre la mesa un tema escasamente discutido en estudios académicos: la compleja relación entre el gobierno mexicano y los guerrilleros guatemaltecos que aprovecharon el territorio nacional como santuario y plataforma operativa a lo largo de tres décadas. Por otro lado, Mercedes Olivera y Joel Pérez aportan perspectivas novedosas acerca de un tema sobre el cual se ha escrito mucho, el del refugio guatemalteco en el estado de Chiapas, exponiendo, por un lado, la compleja interacción de los refugiados con las agencias gubernamentales mexicanas, y por otro el proceso de paralelo de organización política y desarrollo de la conciencia género entre las mujeres refugiadas.
Finalmente, también forma parte significativa de este libro la ilustración de la portada, “La piedad” (1982), obra de Augusto Vázquez, fotógrafo mexicano que participó en la guerra civil de El Salvador y registró con su cámara algunas de las imágenes más conocidas a nivel mundial sobre dicho conflicto. Este fotograma capta intensamente un episodio del enfrentamiento armado; desgarramiento, muerte, angustia, compasión, compañerismo. Es un instante de dolor suspendido en el tiempo. Testimonio de una época de participación comprometida y acción solidaria.
Resta finalmente manifestar nuestro profundo agradecimiento a todas aquellas personas que de una u otra manera colaboraron en la realización de esta obra. Primeramente, a los autores de los trabajos aquí reunidos y a quienes compartieron con nosotros sus testimonios personales. Reconocemos su participación entusiasta y comprometida, así como la paciencia sin límites que demostraron a todo lo largo del proceso editorial. De igual manera, agradecemos a Augusto Vázquez y Pedro Valtierra por permitirnos reproducir sus fotogramas de gran valor histórico. No omitimos mencionar la muy valiosa colaboración de los estudiantes universitarios David Ruiz Peña y Aurora Vázquez. El primero como ayudante de investigación desde el inicio del proyecto y la segunda en la revisión del borrador general del libro.
En transcurso de la investigación los coordinadores de esta obra recibimos la hospitalidad y respaldo académico de amigos y colegas de distintos países de Centroamérica: Julia Trujillo, de Nicaragua; el maestro Jorge Juárez, director del Instituto de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Arqueológicas de la Universidad de El Salvador; y en Guatemala la familia Ramírez Anderson, la periodista Kimy de León y Mirna Páiz Cárcamo, así como colegas de la Universidad de San Carlos, los doctores José Cal y Ángel Valdez de la Escuela de Historia y la doctora Sandra Herrera de la Dirección General de Investigación.
En México, los encargados del Archivo General de la Nación y del Archivo Histórico Genaro Estrada de la Secretaría de Relaciones Exteriores atendieron con diligencia nuestras numerosas e insistentes solicitudes de consulta. De la misma manera recibimos una esmerada atención en el Archivo General de la Nación de Nicaragua y el archivo del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, así como en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala y en el del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador. El Programa de estancias de consulta en la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson de la Universidad de Texas en Austin nos benefició con una beca que fue de gran provecho.
La publicación de este libro fue posible gracias al financiamiento de la UNAM a través del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Inovación Tecnológica (PAPIIT). Por su parte las autoridades y personal técnico y administrativo del Centro de Investigaciones sobre América Latina y el Caribe de nuestra máxima casa de estudios nos brindaron en todo momento su pleno respaldo. Del mismo modo manifestamos nuestra gratitud a la casa editorial Bonilla Artigas por su labor profesional y el compromiso con que asumieron la producción de esta obra.
Mario Vázquez Olivera
Fabián Campos Hernández
Notas del capítulo
1 Manuel Ángel Castillo, Mónica Toussaint y Mario Vázquez Olivera, Espacios diversos, historia en común. México, Guatemala y Belice: la formación de una frontera, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 2006, (México y sus fronteras), y Manuel Ángel Castillo, Mónica Toussaint y Mario Vázquez Olivera, Centroamérica, México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 2010, (Historia de las Relaciones Internacionales de México, 2).
2 Mónica Toussaint, Diplomacia en tiempos de guerra. Memorias del embajador Gustavo Iruegas, México, Instituto de Investigaciones José María Luis Mora, CIALC-UNAM / La Jornada Ediciones, 2013.
3 Mirna Paiz Cárcamo (Gabriela Vázquez Olivera, ed.), Rosa María, una mujer en la guerrilla: relatos de la insurgencia guatemalteca en los años sesenta, México, CIALC-UNAM / Juan Pablos Editor, 2015.
4 Verónica Rueda Estrada, Recompas, Recontras, Revueltos y Rearmados: posguerra y conflictos por la tierra en Nicaragua, 1990-2008, México, Instituto de Investigaciones José María Luis Mora / CIALC-UNAM, 2015.
México ante el conflicto centroamericano, 1978-1982.
Las bases de una política de Estado
Mario Vázquez Olivera 1 y Fabián Campos Hernández 2
Durante los años ochenta el desarrollo del conflicto centroamericano motivó gran interés en México. Para el distinguido internacionalista Mario Ojeda, el rompimiento de relaciones con el gobierno de Anastasio Somoza en mayo de 1979, la Declaración Franco-Mexicana de agosto de 1981 y el impulso a la conformación del Grupo Contadora en enero de 1983, implicaron un rompimiento con la tradicional política exterior de nuestro país.3 ¿Por qué el gobierno mexicano decidió involucrarse de manera tan activa en los procesos centroamericanos? Las explicaciones