Universidad y Sociedad: Historia y pervivencias. AAVV
en Léopoldvile (Kinshasa), bajo los auspicios de la universidad católica de Lovaina. Los objetivos se enmarcaban en la perspectiva de su obra evangelizadora. El colonizador, y especialmente el colonizador cristiano, debía adoptar un nuevo papel de formador y guía de esa elite que, junto a la sociedad congoleña, comenzaba a reclamar la emancipación política del país. En 1956, el estado abrió en Elisabethville (Lubumbashi) una universidad oficial para contrarrestar el monopolio del que desfrutaba la universidad Lovanium (católica) de Léopoldville. En tanto que universidad de estado contaba en su consejo de administración con la representación de las cuatro universidades belgas. La tercera universidad en ver la luz fue la universidad libre del Congo, en Stanleyville (Kisangani) en 1963. De confesión protestante siguió la organización y el modelo de Lovanium.27 Estas instituciones, calcadas sobre el modelo occidental, disfrutaron de una larga autonomía interna incluso tras la ascensión del país a la independencia en 1960.
2. La Universidad Nacional del Zaire (1971-1981)
Motivada más por razones políticas que por razones pedagógicas o académicas, la reforma de la enseñanza superior en 1971 fusionó las tres universidades y los institutos superiores para crear la Universidad nacional del Zaire (UNAZA). El régimen de Mobutu (1965-1997) contó desde sus inicios con la contestación de los estudiantes denunciando sus pésimas condiciones de vida y la deriva autoritaria del país. En 1969, las protestas exigiendo mayor participación en los asuntos de la universidad desembocaron en una manifestación contra el poder político que fue duramente reprimida.28 Los objetivos de la reforma pretendían la afirmación de la soberanía nacional, una gestión administrativa y financiera unificada y el control político de la universidad. Los rectores nombrados por el jefe del estado constituían una extensión más del movimiento popular para la revolución (MPR).29
3. La descentralización de 1981
De la reforma de 1981 destaca: el retorno a una autonomía relativa de las universidades y los institutos superiores; los tres campus anteriores se convertirán en universidades de Kinshasa, Lubumbashi y Kisangani; el mantenimiento de tres consejos de administración respecto de las tres universidades.
4. La liberalización (1989-1992)
El principio de liberalización supone la aceptación de una enseñanza superior privada junto a la oficial. El comité central de MPR decidió relevar al estado del monopolio de la organización de la enseñanza superior y universitaria, autorizando a las personas físicas o entidades no gubernamentales a tomar parte activa en las iniciativas de creación y de gestión de establecimientos de enseñanza superior. La decisión de estado de 1989, relativa a la enseñanza superior y universitaria, preveía la creación de un conjunto de facultades e institutos superiores con la finalidad de descongestionar los establecimientos de enseñanza superior y universitaria, así como acometer la descentralización de las estructuras con la creación de los consejos de administración autónomos para cada establecimiento.30
PRIMERAS MUJERES UNIVERSITARIAS. TESTIMONIOS
En el contexto general de evolución del sistema de enseñanza en el Congo, la labor de las hermanas misioneras será también notable, en especial en hospitales, escuelas y orfanatos. En 1947, las religiosas del Sacré-Coeur crean en Mbanza-Mboma, en la región de Bas-Congo, un internado para jóvenes congoleñas de familias de évolués. En Europa esta congregación, nacida en su mayoría de la alta burguesía o de la aristocracia, tenía como misión la instrucción de las jóvenes provenientes de este entorno. La enseñanza se impartía únicamente en francés en la escuela primaria, que era seguida de la école ménagère, donde se formaba a las jóvenes en el conjunto de técnicas en el marco del hogar y la familia. Años más tarde, las Soeurs Ursulines, fundaron a su vez, una institución parecida en Luisha, en la provincia de Katanga. Cuando se abren las primeras secciones post-primarias para chicas, corresponden a estudios relacionados con el hogar y la familia, y más tarde escuelas de monitrices, enfermeras, seguidas de las escuelas de secretarias: estas secciones conducían al ejercicio de materias llamadas femeninas. Como afirma una de las primeras diplomadas en la universidad de Lovanium, la doctora en filosofía y letras Élisabeth Mudimbe:
… asistiremos de hecho en el Congo, como en Occidente, a una feminización de materias: los trabajos de secretaria, de enfermera, exclusivamente masculinas en sus inicios, fueron progresivamente abandonados por los hombres, a medida que las mujeres entraban.31
Élisabeth Mudimbe elabora un relato autobiográfico, así como una reflexión personal de su paso por la universidad como estudiante y más tarde como profesora, hasta su exilio en 1980. Constituye el testimonio de una pionera, al convertirse en la primera africana diplomada en la universidad Lovanium. Describe como en Kalina (Léopoldville), se encontraba la escuela dirigida por las religiosas del Sacré-Coeur reservada para los hijos de colonos, donde se impartía un ciclo de humanidades. Lo mismo ocurría con el Institut Marie-Josée en Elisabethville y el Institut Janua Coeli en Luluabourg (Kananga). Señala como a partir de 1956, tras la visita del rey Balduino al Congo en 1955, las escuelas reservadas a los niños europeos serán accesibles a los niños congoleños, al menos teóricamente, no sin antes superar numerosas formalidades administrativas –exámenes de moralidad, sanidad…– a menudo de carácter vejatorio, exigidas por la administración de la colonia.
En 1956, tras finalizar la educación primaria en el instituto Janua Coeli de las Soeurs de la Charité de Gand, emprendió su formación en humanités gréco-latines en el Collège Saint-Louis, de Luluabourg. Oficialmente se trataba de un instituto de enseñanza para chicos, pero el centro admitía a las jóvenes del Janua Coeli a nivel de secundaria: en la época, la educación mixta en las escuelas católicas era algo impensable, tanto en la metrópoli como en la colonia. La razón era simplemente que no había suficientes hijas de colonos a nivel de secundaria para abrir una escuela independiente. Tanto las hijas de colonos como las pocas congoleñas que entraron en secundaria optaron en su mayoría por la sección de humanités modernes. Es a partir de 1960, tras la independencia del país, que comienzan a inscribirse en la sección greco-latina. Las humanidades greco-latinas abrían las puertas a todas las disciplinas universitarias, mientras que el diploma de humanidades modernas excluía los estudios de derecho y medicina.
El éxodo masivo tras la independencia provocó que las escuelas llamadas «interraciales» se encontraran sin alumnos y sin profesores: los unos y los otros, prácticamente todos, colonos e hijos de colonos, habían abandonado de manera precipitada el Congo hacia la metrópoli.
Élisabeth Mudimbe, como las primeras congoleñas que entraron en la sección de humanidades de la escuela secundaria, era hija de évolués. Su padre pertenecía, a su vez, a la primera generación de ayudantes médicos del Congo belga formados en la escuela AMI –asistentes médicos indígenas–. A través de la revista La Voix du Congolais, los évolués, reclamaron la educación en francés para sus hijas, ya que su conocimiento era un signo de civilización y de asimilación.32
Al terminar la escuela secundaria, en una institución católica, la universidad católica de Lovaina parecía el camino trazado para proseguir los estudios universitarios. Tras un corto espacio de tiempo en su facultad de filosofía y letras –departamento de filología romana–, a finales de 1963 regresó al Congo para proseguir en la universidad Lovanium sus estudios. Élisabeth hará la siguiente reflexión –citamos en el idioma original a fin de reflejar fielmente el pensamiento de la autora–:
… Le Collège Saint-Louis, où j’avais fait mes humanités jusqu’en classe de Poésie, était mixte. Je ne m’étais jamais posé la question de ma place comme fille, et je n’ai jamais éprouvé de complexe à être pendant quelques années la seule fille noire. Être en tête de clase me donnait sans doute l’assurance qui était la mienne, supprimait peut-être l’arrogance posible du groupe dominant, et compensait en quelque sorte le rapport d»inégalité qui existait entre les filles, mins nombreuses, et les garçons majoritaires, et puisque nos sommes en période coloniale, entre sujets blancs et sujets noirs.33
Mientras que en los años sesenta la universidad belga contaba