El arte de la adaptación. Linda Seger

El arte de la adaptación - Linda Seger


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      [2] La película, dirigida por Lili Zanuck e interpretada por Jason Patrick y Jenniffer Jason Leigh, llamó en España Hasta el límite. En Estados Unidos se estrenó en diciembre de 1991, y pocos meses después llegó a nuestras pantallas.

      Muchísimas gracias...

      A mi editora, Cynthia Vartan, porque trabajar con ella es una delicia.

      A mi agente, Martha Casselman, por su constante ayuda y solicitud.

      A mi asesor, Lenny Felder, por sus acertados consejos y ánimos.

      A Lee y Jan Batchler y a Ethel Symolon, por el título del libro; y a Gloria Stern, por el título de la tercera parte.

      A Karen Balog, Beth Brickell, Dara Marks, Donie Nelson y Ed Whetmore, por su lectura del libro y sus valiosos comentarios.

      A la novelista Phyllis Gebauer, por sus interesantes comentarios sobre el libro y, en especial, por su ayuda en el capítulo noveno.

      Al novelista Gayle Stone y al profesor David Oates, por la lectura y comentarios del capítulo segundo; a los profesores Wayne Rood y Joyce Cavarozzi y a los dramaturgos Dale Wasserman y Don Freed, por la lectura y comentarios del capitulo tercero; y a la escritora Cynthia Cherbak por sus aportaciones en el capítulo cuarto.

      Gracias también al abogado de la industria del espectáculo, Stephen Rohde, por compartir conmigo sus conocimientos y orientarme en el capitulo noveno; y a Philippe Perebinussoff, director ejecutivo del Departamento de Estándares de la ABC, por su información y ayuda en el capítulo décimo.

      Un agradecimiento especial al escritor Nelson Giddings, que ha realizado innumerables adaptaciones. Hace algunos años escuché una conferencia suya sobre este tema que me ayudó a concebir este libro. Parte del primer capítulo se basa en unos conceptos sobre el trabajo de la adaptación que Nelson me ha permitido utilizar.

      Y, por supuesto, a mi marido, Peter, a quien va dedicado este libro.

      Presentación

      La mayoría de las películas premiadas en certámenes y festivales de cine son adaptaciones. Considera, si no, la evidencia de estos datos:

       El 85 % de los filmes galardonados con el «Oscar a la mejor película» son adaptaciones.

       El 45 % de las películas realizadas para televisión son adaptaciones; pero las que reciben el Premio Emmy son adaptaciones en un 70 %.

       El 83 % del total de las miniseries son adaptaciones; pero ese porcentaje sube hasta el 95 % entre las premiadas con Emmys.

      Si analizamos la producción de un año cualquiera veremos que los filmes sobre los que más se habla suelen ser adaptaciones. En diciembre de 1989 el público y la crítica hablaban mucho de películas como Melodía de seducción, La guerra de los Rose, Vida y amores de una diablesa, La sirenita, Enrique V, Mi pie izquierdo, El oso, Tiempos de gloria, Black rain y Magnolias de acero. Las adaptaciones de 1990 incluían otros filmes muy comentados: Despertares, Postales desde el filo, La hoguera de las vanidades, Memphis Belle, Bailando con lobos, La casa Rusia, Henry and June, El misterio de von Bulow, Uno de los nuestros, Hamlet, El honor de la venganza, Cyrano de Bergerac, Los timadores y Misery.

      Muchos novelistas piensan que el cine puede dar una segunda oportunidad a sus historias y así proporcionarles más lectores. La venta de derechos de autor por millones de dólares empieza a ser ya corriente entre novelistas famosos. Pero también los que comienzan tienen la esperanza de ver sus historias en la pantalla, y a menudo escriben con un tipo de estructura y unos personajes apropiados para el cine. Pete Dexter, autor del bestseller París Trout, vendió los derechos de su novela con la condición de ser el guionista de la película.

      Hoy más que nunca, los productores buscan adaptaciones para sus películas. Muchos de ellos lo hacen porque se trata de un material más viable comercialmente, al contar ya con una audiencia. Otros aluden a la escasez de buenos guiones originales, y señalan que la mayoría de las historias carecen de originalidad. Pero el precio de esta operación puede ser muy alto. Hacer una adaptación significa pagar dos veces por un producto: primero, al comprar los derechos; y después, al escribir el guion. El juicio sobre la historia también se realiza dos veces: primero hay que evaluar las posibilidades del material de origen, y después la capacidad del guion para trasladar el argumento a la pantalla.

      Muchas películas de éxito han sido adaptaciones, pero también lo han sido los grandes fracasos. Una adaptación, Heaven’s gate, llevó a los estudios United Artists a la quiebra. Raise the Titanio fue la causa de que Marble Arch Produtions, una productora de éxito hasta entonces, se hundiera para siempre. A Choras Line es otro ejemplo. Se había invertido en ella más de un millón de dólares antes de comenzar el rodaje; y, a pesar de que había conseguido un gran éxito en Broadway, el público no acudió a ver la película como se esperaba. Evidentemente, mucho se juega un filme en que la adaptación se haga correctamente.

      Adaptar de una fuente a otra es llevar a cabo un complicado proceso. El arte de la adaptación se refiere a cómo hacerlo bien. En estas páginas se analiza ese proceso para guiar a los escritores, productores y directores que luchan por convertir obras literarias en películas. También puede ayudar a novelistas y dramaturgos a convertir sus propias obras en guiones. Después de asesorar a muchos novelistas y autores teatrales, he llegado a la conclusión de que la mayoría de ellos tienen este deseo.

      Esta obra se basa en las ideas de trabajo de mis dos libros anteriores: Cómo convertir un buen guion en un guion excelente y Creating Unforgettable Characters. No necesitas haberlos leído para sacar provecho a este volumen; pero si no has escrito nunca un guion, te convendría leer algún libro básico sobre el tema, además de este, como guía para este proceso. Al final de estas páginas encontrarás una sucinta bibliografía.


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