Dragonomics: integración política y económica entre China y América Latina. Carol Wise

Dragonomics: integración política y económica entre China y América Latina - Carol Wise


Скачать книгу
en «bonos basura». Pero otros países con abundantes recursos, como Chile y el Perú, pudieron mantener el crecimiento e incrementar significativamente el PBI per cápita tanto durante el auge de China como después de este. Aunque la tabla I.5 revela los fundamentos institucionales de este éxito relativo, la teoría de la dependencia ofrece escaso esclarecimiento sobre estas trayectorias de desarrollo marcadamente distintas.

      La pregunta más general, al parecer, debería ser cómo una coyuntura crítica como el auge en China consiguió fortalecer (o desalentar) instituciones políticas y económicas, rebajar (o elevar) barreras a las reformas, y abrir (o cerrar) el paso a un nuevo liderazgo, cambio organizacional e innovación en políticas (Karl, 1997, pp. 11-13). Dos nociones vienen a la mente. La primera, tal como nos lo recuerda Douglass North y como sugieren los casos chileno y peruano, el desarrollo no tiene que ser «una historia de inevitabilidad en la cual el pasado predice rigurosamente el futuro» (North, 1990, pp. 98-99). En otras palabras, no hay nada de determinista en estas tendencias; más bien, ellas reflejan cómo han interactuado las instituciones y los intereses domésticos en el transcurso del tiempo dentro de un entorno global intensamente cambiante. La segunda, una mirada retrospectiva, muestra el considerable margen de agencia e innovación en políticas de la región que el auge de China en ALC ha otorgado a los gestores de políticas. En todo caso, este fenómeno ha confirmado el verdadero nivel de importancia de las instituciones, del liderazgo y de la gestión de políticas sensatas.

      Plan del libro

      Este libro se divide en dos partes. Primero, en los capítulos 1-3, desarrollo mi argumento sobre la naturaleza de la estrategia internacionalizada de desarrollo de China, el papel de América Latina dentro de ella, y los efectos interactivos de este vínculo rápidamente creciente sobre seis de los SE designados por China en la región de ALC: Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, México y el Perú. En el capítulo 1, sostengo que el auge de China en la economía tanto de ALC como del mundo nos ha forzado a repensar los paradigmas establecidos y los debates emergentes en los campos de EPI y la economía del desarrollo. También analizo la evidencia empírica –comercio, IED, préstamos, y flujos de asistencia– respecto a cómo ALC ha sido incorporada en la estrategia internacionalizada de desarrollo de China, y explico cómo he agrupado los tres estudios de caso. En el capítulo 2, sitúo la relación entre China y ALC en un contexto histórico adecuado, retrocediendo hasta la fundación de la RPCh en 1949, en contraposición a la tendencia de bibliografía reciente sobre el tema que ubica la aparición del auge de las materias primas como el inicio de una nueva relación (Armony & Strauss, 2012). A partir de allí, en el capítulo 3, sigue un análisis comparativo de economía política sobre las reformas económicas marcadamente diferentes emprendidas desde la década de 1980 por China, de un lado del Pacífico, y los países de ALC por el otro.

      La segunda parte del libro, capítulos 4-6, sondea las maneras en que ha variado el impacto del involucramiento de China en la economía política de la región según la dotación de factores, el rigor y profundidad institucional, y la naturaleza del modelo de desarrollo vigente en un país determinado al iniciarse el nuevo milenio. Identifico tres agrupaciones con criterios de economía política que han cobrado vida durante las últimas dos décadas. (1) Las tres pequeñas economías abiertas (Chile, Costa Rica y el Perú) que han hecho que la apertura funcione en sus respectivas relaciones con China. Al suscribir tratados de libre comercio (TLC) bilaterales independientes con China, los tres países han expandido los contornos conceptuales de la integración bilateral y han generado expectativas sobre el potencial de que los TLC Sur-Sur rindan más frutos. (2) La ventaja complementaria de que gozan Argentina y Brasil en sus respectivas relaciones con China. Estos países son los más estrechamente integrados a la estrategia internacionalizada de desarrollo de China y están ostensiblemente industrializados en grado suficiente para haber evitado una abierta crisis de maldición de los recursos; sin embargo, una definición ampliada de este término apunta a la erosión institucional como un significativo lastre para el crecimiento, en el período que siguió al auge en China. Y (3) la postura de desventaja competitiva de México con respecto a China, pese a su situación como el más industrializado de los seis SE aquí considerados.

      No todas las tendencias son positivas, ni son buenas todas las noticias sobre el auge de China en América Latina. No obstante, considero que este fenómeno ofrece muchísimos motivos para ser optimistas. En primer lugar, aunque claramente ha menguado la demanda de China por materias primas de ALC, se mantiene el dinamismo de los patrones de intercambio comercial a través del Pacífico. En segundo lugar, la región de ALC se ha convertido en beneficiaria del estatus de China como una EE con abundancia de capital. Pero, a diferencia de la década de 1970, cuando el grueso de los préstamos que fluían hacia la región respondía a una saturación de capitales relacionada con los impactos inflacionarios en precios del petróleo ocurridos en 1974-1975, los préstamos e IEDS provenientes de China están ligados a proyectos productivos específicos donde las barreras de salida son considerablemente altas. Por último, el ingreso de China a ALC ha resaltado la necesidad para una nueva ronda de reformas para realzar la eficiencia y competitividad, y también ha brindado un considerable margen financiero a los gestores de políticas para seguir adelante con tales reformas. Ahora depende de los líderes políticos, gestores de políticas y élites económicas en estos países enfocarse en aprovechar las abundantes oportunidades de comercio e inversión que China está ofreciendo, al mismo tiempo que buscan maneras creativas para minimizar los riesgos.

      1 Citado en Zibechi (2015).

      2 Basado en el promedio de 12 tasas de crecimiento anual del PBI en América Latina. Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial, disponibles en: http://data.worldbank.org

      3 Un buen punto para empezar a consultar esta bibliografía lo conforman los trabajos siguientes: Ellis (2009); Gallagher y Porzecanski (2010); Gallagher (2016); Hearn y Léon-Manríquez (2011); Jenkins (2019); Myers y Wise (2016).

      4 Consulte, por ejemplo: De Freitas Barbosa (2008a); Ortiz (2012); Laufer (2013); Puyana y Costantino (2015).

      5 Empleando una definición más amplia, Georg Struver estima que China ha establecido relaciones de alianzas de esta manera con 67 países. Véase Struver (2017).

      6 Cálculo de la autora de seis países seleccionados de ALC, basado en datos de comercio procedentes de https://comtrade.un.org/data

      7 Para un análisis detallado de la incursión muy anterior de China en África, por ejemplo, véase Brautigam (2009).

      8 Véase, por ejemplo: Jacques (2009) y Fenby (2014).

      9 Los datos citados en este párrafo pueden encontrarse en Theohary (2016).

      10 Continuador del Partido Único de la Revolución y luego Partido Peronista.

      11 Este término apareció por primera vez en un artículo publicado en 1977 por The Economist, en referencia a la caída del sector manufacturero holandés debido al descubrimiento del gas natural a finales de la década de 1950. Mientras los altos precios del gas natural desencadenaron un auge del mercado cambiario y, a su vez, la apreciación de la divisa, las exportaciones industriales y el empleo decayeron. Véase The Economist (1977, pp. 82-83).

      12 Véase: Скачать книгу