Pablo VI. José Luis González-Balado
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José Luis González-Balado
Janet Nora Playfoot Paige
Pablo VI
¡Un gran Papa:
culto, humilde y santo!
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ISBN: 9788428564700
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A cuantos se darán cuenta, al leer,
de que el bien que hizo (¡y sigue haciendo!)
Juan Bautista Montini / Pablo VI
con su vida, sus enseñanzas, y su ejemplo,
es inmensamente mayor
que el reflejado en estas páginas.
Que Dios, por intercesión del Beato Pablo VI,
nos bendiga a cuantos lo llevamos en nuestros corazones
y, junto con él, a su gran amigo Juan XXIII,
y al buen sucesor de ambos,
su también amigo aún viviente
el Papa Francisco.
Cronobiografía de su vida
1897 (26 de septiembre). Nace en Concesio (Brescia), segundo hijo de Giorgio Montini y de Giuditta Alghisi. Antes que él había nacido Lodovico (1896-1990) y, después, Francesco (1900-1971). A los cuatro días (30 de septiembre), Juan Bautista recibe el bautismo.
1902-1914. Frecuenta el colegio Cesare Arici, dirigido por los Jesuitas, en el que permanece inscrito, aunque tiene que realizar los estudios privadamente, por su débil salud. Simultáneamente frecuenta el oratorio La Pace (de San Felipe Neri), donde encuentra amigos que lo serían durante toda su vida, y sacerdotes (padres Bevilacqua y Caresana) que influirían positivamente en su vida espiritual.
1907 (abril). Primer viaje a Roma con su familia, recibidos en audiencia por Pío X. (6 de junio). Hace la primera comunión. (21 de junio). Recibe la Confirmación.
1916-1920. Se inscribe en el Seminario diocesano de Brescia, al que asiste como alumno externo por razones de salud. Recibe las clases en el seno de su familia, impartidas por profesores cualificados.
1920 (29 de mayo). De manos del obispo diocesano, Mons. Giacinto Gaggia, recibe la ordenación sacerdotal en la catedral de Brescia. Al día siguiente celebra la primera misa en el Santuario Madonna delle Grazie, situado al lado mismo de la casa familiar[1].
1920-1924. Alumno por algún tiempo del Seminario lombardo de Roma, realiza estudios superiores que no pudo cumplir en Brescia por razones de salud, que tampoco mejora mucho en Roma. Señalado por un diputado amigo de su padre, Giovanni Longinotti, a Mons. Pizzardo, es asumido, sin que el joven sacerdote se sienta nada atraído, por la Secretaría de Estado. Al despedirse, Longinotti da las gracias a Pizzardo diciendo: «No se olvide: hoy soy yo quien le está agradecido; un día me lo agradecerán ustedes a mí».
1923 (mayo-octubre). Es enviado como agregado a la Nunciatura apostólica de Polonia. Por razones de salud, tiene que regresar a Roma, entrando en la Secretaría de Estado vaticana.
1924 (verano). Frecuenta cursos de lengua y literatura francesa en París. Luego es nombrado asistente eclesiástico de la FUCI (Federación de Universitarios Católicos Italianos).
1930-1937. Es nombrado profesor de Historia de la Diplomacia Pontificia, tarea que alterna con su trabajo como «minutante» en la Secretaría de Estado vaticana.
1933 (invierno). Se ve empujado a dejar el cargo de consiliario de la FUCI, que desempeñaba con entrega y provecho para sus asistidos.
1937 (13 de diciembre). Nombramiento como Sustituto de la Secretaría de Estado: un cargo que mantendrá hasta su nombramiento y traslado a la Archidiócesis de Milán.
1939 (10 de febrero). Fallece Pío XI. (5 de marzo). Es elegido como sucesor suyo el Cardenal Eugenio Pacelli, que opta por llamarse Pío XII. (24 de agosto). Radiomensaje de Pío XII para evitar el desastre de una guerra mundial. Entre los documentos de los archivos vaticanos aparece uno que confirma la intervención de Montini en dicho radiomensaje, en concreto en una de las expresiones más importantes: ¡Nada se pierde con la paz! ¡Todo puede perderse con la guerra!
1939-1945. Estalla la Segunda Guerra Mundial. El Vaticano pone en marcha un servicio para el intercambio e información de noticias relacionadas con prisioneros, militares y civiles de la guerra. Lo dirige Monseñor Juan Bautista Montini.
1943 (12 de enero). Fallece en Brescia Giorgio Montini, padre de Monseñor Giovanni Battista. (17 de mayo). Fallece su madre, doña Giuditta Alghisi. (19 de julio). El sustituto de la Secretaría de Estado acompaña al Papa Pío XII en su visita a la barriada de San Juan de Letrán, que acaba de sufrir un bombardeo aéreo por parte de los aliados.
1944. Tras fallecer el Cardenal Maglione, secretario de Estado vaticano, Pío XII se abstiene de nombrarle un sucesor, convirtiéndose en Secretario de Estado de sí mismo, con lo que aumentan las tareas de Montini.
1952 (29 de noviembre). Juan B. Montini es nombrado Pro-secretario de Estado, lo que facilita su proximidad a Pío XII.
1954 (1 de noviembre). Una enorme sorpresa para muchos, acogida por el interesado y víctima J. B. Montini con silencio: Pío XII lo nombra Arzobispo de Milán. (30 de noviembre-5 de diciembre). Hace, en estricta soledad, ejercicios espirituales. (12 de diciembre). Encamado Pío XII por razones de salud, el Decano del Colegio cardenalicio Eugène Tisserant consagra Obispo a Juan Bautista Montini. En el momento del sermón, llega la voz del Santo Padre desde la cama, pronunciando un radiomensaje en alabanza del que ha sido su colaborador más eficaz y discreto.
1955 (6 de enero). En un día de temperatura gélida y de lluvia abundante, tiene lugar el ingreso del nuevo Pastor en la Archidiócesis de San Ambrosio, acogido por una gran afluencia de fieles y por las autoridades civiles y religiosas de Milán. El nuevo Pastor de la Diócesis más poblada de la Iglesia, al entrar en los confines de la Lombardía, se arrodilla para besar el suelo encharcado, expresando su amor y su entrega pastoral[2].
(8 de septiembre). Tras haberse recuperado de una prolongada neumonía consiguiente a la ola de frío de la fecha de su ingreso, da comienzo a la visita pastoral de su archidiócesis que comienza por el Duomo, con un programa de visita a las cerca de 1.000 parroquias que la componen. Su entrega a un desbordante programa pastoral no le dejará un momento de descanso, atendiendo con generosa entrega todas las necesidades de la inmensa archidiócesis ambrosiana, pidiendo y recibiendo la colaboración de otros pastores, y brindando la suya con ejemplar disponibilidad.
1956 (5 de agosto). Una invitación que acepta con cordial disponibilidad es la de Angelo Giuseppe Roncalli, que le pide que celebre la ceremonia conmemorativa del quinto centenario de la muerte de San Lorenzo Justiniano, primer Patriarca de Venecia.
1957