El pequeño doctor. Alfred Vogel

El pequeño doctor - Alfred Vogel


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con unas pantuflas calientes o con zuecos de madera bien forrados que mantengan los pies calientes. Descálzate rápidamente y realiza el pisado, a ser posible, sobre nieve recién caída. Acto seguido, procede a friccionarlos enérgicamente, ponte el calzado que te caliente los pies y regresa a casa. Si repites este tratamiento varios días seguidos verás como van desapareciendo los sabañones de los pies.

      Para evitar que este trastorno se repita cada invierno, empieza en verano a fortalecer el cuerpo tomando baños de pies de larga duración con serpol o con una decocción de flores de heno y andando descalzo durante veinte minutos, como mínimo.

      También puedes friccionar los pies con limón, dejándolos secar y aplicando, a continuación, aceite de oliva sobre la piel.

      En regiones montañosas o en la proximidad de granjas se pueden tomar baños de suero de leche de larga duración, con la particularidad de que el suero ácido actúa más intensamente que el suero dulce. El suero de leche caliente puede utilizarse también en caso de psoriasis. Los baños calientes de larga duración mencionados se pueden practicar también en invierno, alternándolos con los baños de temperatura alterna o con el pisado de la nieve. La temperatura del agua de baño será la de la sangre, es decir, de 37 grados centígrados, lo que conseguirás añadiendo, de vez en cuando, agua muy caliente. Puedes preparar dichos baños, que durarán una media hora, añadiendo algunas plantas medicinales. Después, fricciona los pies con limón y aplica hojas de col machacadas, que dejarás durante toda la noche. Este procedimiento también actúa favorablemente contra los sabañones.

       Piernas y pies cansados

      Si padeces con frecuencia de pies y piernas cansadas y al terminar el día incluso los notas algo hinchados, báñalos en una decocción de patata o verduras. Luego, puedes aplicarles un vendaje caliente con sal. Para ello, tuesta un poco de sal y ponla rápidamente en un paño, con el que envolverás los pies sin perder tiempo. Basta hacerlo un par de días, a última hora de la tarde, para que se note su efectividad y como disminuye el cansancio de los pies. Si dispones de heno u otras hierbas, puedes preparar una decocción con ellas y agregarle la sal. Baña piernas y pies en ella y verás como desaparece el cansancio de estas partes del cuerpo, así como la sensación de ardor en los pies, en caso de padecerla. Un trastorno como los pies hinchados, sobre todo a la altura de los tobillos, puede ser también una señal que indique un corazón cansado, tema del que El pequeño doctor se ocupará más adelante. El empleo de sal marina resulta más eficaz que el uso de sal (común) de cocina.

       Hemorragias y hemofilia

      Si conoces a alguien que padece a menudo de hemorragias nasales o incluso es hemofílico, puedes ayudarle con un par de buenos consejos. Si por una mala coagulación de la sangre es difícil detener una hemorragia, prueba con la aplicación directa de carne de pollo cruda y fresca. Es un remedio natural que puede ser de utilidad en estos casos. Si se trata de un trastorno pasajero, puede servir una planta como Tormentilla o sietenrama31, sobre la que El pequeño doctor te informará más adelante.

       Déficit de calcio

      Los padres deberían vigilar que sus hijos no padezcan un estado deficitario de calcio, sobre todo cuando estos tienen una mala dentadura, los huesos no se desarrollan bien ni son muy fuertes y son proclives a padecer resfriados. Tú mismo puedes elaborar un preparado natural de calcio excelente y económico. Seguro que cerca de tu casa o por donde pasees habrás visto una planta que crece fácilmente en todas partes: las ortigas. Escoge las más jóvenes y tiernas y procúrate unas cáscaras de huevo de tu propia cocina. Quienes viven cerca del mar pueden proveerse incluso de conchas de ostras. Tritura estas cáscaras o conchas con las ortigas tiernas, y del polvo verdoso resultante, una vez se ha dejado secar, toma una pizca (punta de cuchillo) dos o tres veces al día. Al cabo de unos meses, con este sencillo remedio, los dientes habrán mejorado y, tras unos años, se habrán fortalecido, al igual que los huesos. Así mismo, se consigue que disminuya notablemente la propensión a padecer resfriados. De todos modos, quienes quieran ahorrarse el trabajo de preparar estos polvos pueden hacer uso del preparado elaborado con un compuesto de calcio y ortiga.

      Flebitis (Inflamación de las venas)

      Un buen remedio para combatir una flebitis aguda son las compresas de alcohol, a las que convendría añadir unas gotas de tintura de árnica, milenrama o hipérico. Una vez haya disminuido la inflamación aguda, se pueden emplear aplicaciones (envolturas) de arcilla medicinal y, posteriormente, aplicaciones de hojas de col. Si se quiere que la inflamación disminuya más rápidamente, adopta también un régimen dietético adecuado, como es una alimentación natural a base de vegetales y zumos naturales en abundancia. Así mismo, para ayudar a combatir, por vía interna, la inflamación de las venas afectadas, es recomendable reducir la cantidad de alimentos ingeridos a un mínimo imprescindible.

       Trastornos del bajo vientre

      No es infrecuente que tanto madres como hijas padezcan retenciones o acumulaciones de sangre venosa en el bajo vientre, contra las cuales ciertas aplicaciones hidroterápicas pueden resultar beneficiosas. En estos casos, practica baños de asiento de larga duración, una o dos veces por semana. Su efecto favorable se observa también en el parto y, sobre todo, durante la menopausia. El cuerpo agradece este tratamiento si se aplica con regularidad, especialmente en estos años críticos, pues reduce la aparición de síntomas desagradables que pueden aparecer al retirarse el periodo.

       Presión alta y arteriosclerosis

      Las personas de una cierta edad que padecen de arteriosclerosis y presión arterial elevada deben modificar, en primer lugar, la dieta. Hay que reducir el consumo de huevos, queso, legumbres y carne, y habituarse a sustituir estos alimentos por menús a base de alforfón y arroz integral, ya que tienen un efecto hipotensor. El alforfón se puede preparar de la misma manera que el arroz integral. Basta un poco de ingenio para conseguir con ellos una dieta variada y agradable. Prepara estos alimentos con muy poca sal y condiméntalos preferiblemente con plantas aromáticas. Toma, además, ensaladas de hortalizas crudas en abundancia, aliñadas con aceite y limón o suero de leche, pero nunca con vinagre. Evita, en cambio, las especias picantes. Puedes incluir también en esta dieta verduras cocidas suavemente al vapor que no produzcan flatulencias. En primavera, es recomendable el consumo de ajo de oso crudo (Allium ursinum), en ensaladas o cocido al vapor. Si conoces esta planta y la puedes recolectar en tus paseos primaverales, tú mismo puedes prepararte un vino de ajo de oso con esta planta y un poco de licor. Emparentado con el ajo de oso tenemos el ajo normal, cuya beneficiosa acción sobre la hipertensión y la arteriosclerosis es bien conocida. Dentro de la fitoterapia, podemos beneficiarnos de plantas como el muérdago1 y el espino blanco. Si sigues al pie de la letra estos consejos, de buen seguro que conseguirás unos buenos resultados.

       Padecimientos del corazón

      Si al corazón le cuesta realizar su trabajo, conviene llevar en el bolsillo unas pasas de uva e irlas masticando lentamente durante el trabajo. La musculatura del corazón lo agradecerá. Así mismo, masticar puntas o brotes de romero crudas y en ayunas también es bueno para el corazón.

      En caso de padecer dolores persistentes en este órgano, si no se trata de una afección grave, se puede conseguir un rápido alivio con una tisana hecha con las membranas internas duras (leñosas) de las nueces, hirviéndolas en agua unos minutos y dejando reposar luego (tapadas) unos diez minutos. Esta tisana actúa con prontitud y produce un


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