Guía de práctica clínica SEPTGIC-NP para prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones precursoras de cáncer de cuello uterino. Edgar Rivera Ruiz
del Registro Nacional de Tumores de la Sociedad de la Liga contra el Cáncer del Ecuador (Solca), del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y del Observatorio Global de Cáncer (Globocan). Mostraron una preocupante situación, por ejemplo, los datos entre 1990 y 2015 que evidencian un incremento del 35% de nuevos casos (500 al año) y un incremento de la mortalidad en un 46% con un aumento de los casos de infiltrante sobre los in situ.
Pero no todo es negativo: la vacunación contra el VPH es un hecho en Ecuador, está en la norma desde 2019, desde los nueve años, dos dosis, tanto la tetravalente como la nonavalente. El país ha realizado grandes esfuerzos para lograrlo, con múltiples estudios de genoprevalencia que apoyan esta vacunación.
También la adherencia por parte de sus sociedades científicas a la estrategia de WHO-PAHO de la “Llamada para la eliminación del Cáncer Cervical” lanzada en 2020, 90-70-90, que incluye 90% de niñas vacunadas antes de los 15 años, 70% de mujeres tamizadas con un test de alta precisión entre los 35 y 45 años, y 90% de mujeres diagnosticadas tengan un plan de cuidado, con la cual se pretende reducir la incidencia en un 30% del cáncer cervical para el año 2030 al que Ecuador se ha sumado.
Por otro lado, y no menos importante, ha sido el papel preponderante de la Sociedad Ecuatoriana de Patología del Tracto Genital y Colposcopía (SEPTGIC) fundada en el año 2000 y en funcionamiento desde el año 2001, con su primer presidente, el Dr. Claudio Maldonado, quien llevó a Ecuador a realizar congresos nacionales y además la distinción de realizar el Séptimo Congreso Latinoamericano de la especialidad en 2007, con un éxito sin precedentes y siendo el primer ecuatoriano que ostenta el título de presidente de la Federación Latinoamericana de Patología del Tracto Genital y Colposcopía (FLPTGIC). Esta situación se repitió con el Dr. Carlos Yerovi, quien ejerció los mismos cargos, tanto en la SEPTGIC como en la FLPTGIC, y que actualmente es su expresidente. Ellos y todos los expresidentes de las sociedades y núcleos han dedicado su vida a la enseñanza de este arte que nos enorgullece.
Por último, este gran logro realizado, impecablemente, con el rigor metodológico adecuado para todas las necesidades de un país como los nuestros, será sin duda la herramienta fundamental para combatira a este enemigo letal y silencioso que mata a nuestras mujeres más vulnerables.
El agradecimiento a todos los que no he nombrado; sus nombres se me escapan, pero no son menos importantes en la construcción de esta guía: estadísticos, matemáticos, ginecólogos, académicos, personal gubernamental, etc., que hacen hoy posible este logro. De mi parte, como presidente de la International Federation of Cervical Pathology and Colposcopy (IFCPC), mi apoyo irrestricto desde la parte gremial y, como persona, mi mayor esfuerzo y colaboración con el país hermano donde me siento uno más. Su hermoso país sin duda tendrá un futuro promisorio en la lucha contra el cáncer cervical que mata a mujeres ecuatorianas y del mundo entero.
Felicitaciones por este gran logro.
Carlos Humberto Pérez Moreno
Presidente IFCPC
Según los datos más actualizados de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de cuello uterino ocupa el cuarto lugar en incidencia y mortalidad entre las mujeres en el mundo. En Ecuador, esta patología alcanza el segundo lugar, situación similar a otros países latinoamericanos.
Desde hace varios años, la OMS ha manifestado su preocupación por esta inquietante realidad, y el 17 de noviembre de 2020 lanzó oficialmente la estrategia mundial para acelerar la eliminación del cáncer cervicouterino en el mundo para 2030.
En este contexto, en febrero de 2020, quienes conformamos el directorio de la Sociedad Ecuatoriana de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopía Núcleo Pichincha (SEPTGIC NP) propusimos en nuestro plan de trabajo la elaboración de un documento que recoja la evidencia más reciente y de alta calidad, y plantee recomendaciones estandarizadas con las guías más importantes a nivel mundial respecto no solo al diagnóstico y manejo de las lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino, sino también a la prevención y tamizaje de las mismas; proyecto que posteriormente sería presentado al directorio nacional, quienes avalaron la elaboración de este importante documento con representación no únicamente de nuestro núcleo provincial sino a nivel nacional.
Muy pronto se estableció el grupo de elaboradores con los colegas que manifestaron su deseo de participar en este gran desafío; y debo revelar que, durante estos dos años, he contado con un grupo de trabajo del cual me enorgullezco por haberlo liderado; profesionales comprometidos, con mucha energía y conocimiento, pero sobre todo gran voluntad y entusiasmo, gracias a lo cual logramos concluir este reto, a pesar de que al poco tiempo de haberlo iniciado tuvimos que enfrentar la catástrofe que se venía desarrollando a nivel mundial y que constituiría la debacle sanitaria, económica y social más importante de la historia, la pandemia por COVID-19.
Las normas de prevención de la pandemia, como el distanciamiento social, entre otras, sacudieron nuestro entusiasmo, pero no consiguieron detenernos y más bien, aprovechando los medios tecnológicos que se pusieron en auge para esta época, continuamos con nuestro trabajo con mucha entrega, dedicación y disciplina.
Casi dos años de trabajo, de muchas horas de estudio e investigación permanente en búsqueda de la información actualizada y confiable, y más de setenta reuniones (la mayoría de ellas de forma virtual debido a las condiciones de la pandemia) con largas discusiones y tertulias científicas fueron forjando poco a poco nuestro documento de consenso.
Quiero expresar mi agradecimiento al doctor Carlos Pérez, actual presidente de la International Federation of Cervical Pathology and Colposcopy (IFCPC); al doctor Carlos Yerovi, presidente de la Federación Latinoamericana de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopía (FLPTGIC), período 2019-2021; y al doctor José Cárdenas, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopía (SEPTGIC), quienes participaron como revisores externos de esta Guía. También al doctor Guillermo Páez, docente de la Universidad Católica y distinguido colega de nuestra Sociedad, quien fue nuestro revisor interno; al doctor Felipe Moreno-Piedrahíta, editor metodológico; al doctor Francisco Pérez, decano de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), por su activa participación y respaldo académico; al Centro de Publicaciones de la PUCE; y por supuesto a mi gran equipo de trabajo, constituido por: doctora Victoria Argote, doctor Byron Colina, doctor Claudio Maldonado, doctora Samanda Romero, doctor Danilo Salazar, doctora Ligia Saltos, doctora Gladys Sañaicela, doctora Ximena Vega, y a nuestra editora médica, la doctora Mónica García.
Estimados colegas, la Sociedad Ecuatoriana de Patología del Tracto Genital Inferior y Colposcopía Núcleo Pichincha, con mucho orgullo, presenta el fruto de este gran esfuerzo: la Guía de práctica clínica para prevención, diagnóstico y tratamiento de las lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino, un instrumento confiable, que cuenta con la más alta calidad metodológica, de consulta rápida, en el que podrán encontrar información actualizada rigurosamente escogida y calificada para brindar contenido respaldado en la mejor evidencia disponible al momento.
Estamos seguros de que este documento será de mucha utilidad en su práctica diaria para estandarizar conceptos y estrategias a fin de brindar a nuestras pacientes la mejor atención y poner nuestro granito de arena en este gran desafío que significa la disminución de la incidencia y mortalidad del cáncer de cuello uterino en nuestro país y en el mundo.
Edgar Rivera R.
Presidente SEPTGIC NP
Declaración de conflictos de interés
Los autores han declarado sus potenciales conflictos de interés, de tal manera que no afecten su participación, la confidencialidad de las evidencias ni las recomendaciones. Todos asumen la responsabilidad editorial por el contenido de la Guía de Práctica Clínica (GPC) y han procurado ofrecer información completa y actualizada.