Península Coreana: estrategias, reestructuración e inserción en el mundo global. Nayelli López Rocha
de rutas, la apertura del vuelo directo México-Seúl en julio de 2017, aunado al incremento en los poderes adquisitivos, explican el crecimiento del turismo entre los dos países. El poder suave y la diplomacia pública apuntan también a selecciones de destinos dictadas por atractivas construcciones narrativas culturales. A comienzos del siglo no existían muchos incentivos para motivar el turismo de México a Corea. Hoy, eficientes campañas y numerosas ofertas culturales hacen que Corea compita con sus vecinos y tenga una sólida identidad positiva propia. ¿Qué sería hoy del turismo a Corea sin el K-pop, un fenómeno musical que atrae a millones de jóvenes de todo el mundo? El propio gobierno coreano promueve con eficiencia este atractivo; por ejemplo, cuando llevó al grupo bts a la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2018. Sólo en México el número de fans del K-pop se mide en cientos de miles.
No hay mes en el que en algún lugar de Corea no abra un restaurante mexicano, o con pretensión de serlo, por el hecho de que nuestra comida se ha popularizado en un país que, hace 25 años, todavía conocía grandes restricciones en sus importaciones de alimentos extranjeros no básicos. La narrativa mexicana también se ha consolidado a lo largo de los años, con el apoyo de la penetración de música, cine, telenovelas y eficientes campañas turísticas.
Según datos de la Secretaría de Turismo (sectur), en 2018 fueron 86 mil los coreanos que realizaron actividades turísticas en México, esto es 54 mil más que sólo seis años antes (datatur, 2019). La Organización de Turismo de Corea (kto) señaló que 25 mil mexicanos viajaron en sentido contrario con fines turísticos en 2018 (Korea Tourism Organization, 2019), cuando apenas fueron 10 026 en 2012 (Korea Tourism Organization, 2013). El turismo entre ambos países crece a tasas superiores a 15% anual, pronosticando un amplio espacio de expansión, sobre todo el de Corea a México, dado el nivel de ingreso de su población y la propensión para salir de su país (en 2018, se registraron 25 millones de salidas del territorio).
La internacionalización de la educación superior es otra actividad en plena expansión de la que se han beneficiado mexicanos y coreanos, en números crecientes. Este fenómeno se ha dado al margen del ámbito oficial, ya que el número de becas de gobierno no ha cambiado en los últimos años. El gobierno mexicano ofrece cinco becas anuales de posgrado a estudiantes coreanos, las cuales no se otorgan en su totalidad por falta de demanda. El gobierno coreano, a su vez, otorga 3 becas de licenciatura y 13 de posgrado, anualmente. En 2018, 52 estudiantes mexicanos se encontraban estudiando con alguna beca del gobierno coreano: 8 a nivel de licenciatura, 26 a nivel de maestría, 6 de doctorado y 12 en movilidad.
En cambio, el número de estudiantes que se benefician de becas o programas interuniversitarios, o incluso que deciden cubrir ellos mismos sus estudios, se ha disparado. Para ello, se han suscrito al menos 177 convenios interuniversitarios para facilitar los intercambios y acreditación de materias. Eran 106 estudiantes coreanos en México en 2014 para estudios de idioma, intercambio o posgrados completos; en 2018 ya eran 415. Varias universidades ofrecen estudios en México para jóvenes que serán reclutados por empresas coreanas establecidas en nuestro país. En sentido inverso, la embajada mexicana en Corea había registrado 250 estudiantes mexicanos en el país en 2014, igualmente en estudios de idioma, de intercambio o estudios universitarios completos, número que había aumentado a 375 para 2018.
En tiempos recientes, las instituciones de educación superior coreanas han enfrentado una disminución en su matrícula, a pesar de que Corea es uno de los países con el mayor número de jóvenes que realiza estudios universitarios (67.8% del total en 2018, de acuerdo con la ocde), debido a la estructura demográfica de su sociedad, en proceso de envejecimiento. La única manera de compensar esta disminución ha sido incrementar el número de estudiantes extranjeros, ofreciendo cada vez más materias y posgrados en inglés, al igual que becas completas o parciales.
De lo anterior puede deducirse que el número de estudiantes mexicanos en Corea seguirá creciendo en el futuro y quizá también el de coreanos en México si se mantiene la expansión de la inversión de ese país.
Conclusión: ¿hacia un nuevo salto cualitativo en la relación México-Corea?
En mayo de 1991, el entonces canciller Fernando Solana declaraba en Seúl: “Sistemáticamente hemos intensificado nuestros intercambios con los polos más dinámicos en el mundo. Por eso, estimamos particularmente nuestra relación con Corea” (Solana, 1994, p. 282). Esta visión ha perdurado y la relación se ha consolidado en el último cuarto de siglo, en beneficio de ambos países. Las economías de México y Corea también se han transformado y abierto al mundo, incrementando las oportunidades de intercambio. De 1994 a 2018, a precios constantes de 2010, el Producto Interno Bruto (pib) de Corea creció 179%, mientras que, para el mismo periodo, el pib de México creció 74% (Banco Mundial, Datos).
Hemos dado cuenta del importante crecimiento en la relación económica bilateral en las últimas dos décadas, así como del fortalecimiento de los vínculos políticos. Estimamos que existe aún espacio para un incremento en los intercambios comerciales y en las inversiones en ambos países. Para ello se requiere la negociación de un acuerdo comercial que libere de aranceles los bienes que en la actualidad ingresan con limitaciones al otro mercado, en particular, para México, los agropecuarios. El camino no será fácil, tanto por el fin del entusiasmo oficial en México por la suscripción de acuerdos de libre comercio como por las resistencias de algunos sectores industriales del país ante un tratado de esta naturaleza, que ya se habían expresado en el pasado.
Quizá la falta de un diálogo regular entre estructuras empresariales inhiba los consensos necesarios para abrir el camino a un acuerdo comercial. Lo cierto es que, en el caso de las principales relaciones económicas de México, existen mecanismos, foros y grupos de alto nivel que permiten una interacción regular entre cúpulas empresariales. Entre México y Corea existió, hace 20 años o más, un “Comité Bilateral de Hombres de Negocios”, encabezado por importantes empresarios del ramo petroquímico y textil (Garza, 1997). Habría que retomar un esquema similar.
En el ámbito político, encuentros más regulares de alto nivel podrían ayudar a actualizar las líneas estratégicas de la relación, en particular en el ramo de la cooperación. En efecto, México no aprovecha todas las capacidades de oferta de Corea en todos los niveles (gobierno nacional y local, instituciones de investigación y desarrollo, así como de educación superior) mediante una amplia gama de sectores y ámbitos donde ha mostrado contar con excelentes prácticas y resultados. Por mencionar sólo algunos: la cuarta revolución industrial e inteligencia artificial, tecnologías de la información, 5G, nueva movilidad, nuevas energías y baterías recargables, infraestructura portuaria y energética. En el ámbito de gobierno, Corea cuenta hoy con reconocimiento internacional en numerosas áreas, entre ellas el gobierno electrónico y ciudad inteligente, planeación y movilidad urbana, salud pública y combate de epidemias.
La transformación más profunda ocurre bajo nuestros ojos de manera autónoma a los gobiernos y las empresas, aunque, ciertamente, influida por ambos: el incremento en la movilidad de mexicanos y coreanos hacia el otro país. Los bienes (como los teléfonos Samsung o la cerveza Corona), nuevas ofertas culturales y de entretenimiento (K-pop y las telenovelas), las campañas turísticas que crean deseos y consumos. Las generaciones más jóvenes no sólo se desplazan para realizar turismo, sino que cada vez más buscan otras actividades, como programas de formación académica —área en plena expansión— e incluso laborales. Estas nuevas generaciones son las que podrán influir en los flujos económicos entre México y Corea y, ¿por qué no?, también en la política, y conseguir que la relación dé un nuevo salto cualitativo.
Referencias
Bancomext (2019), “México-Corea del Sur: cooperación sin escalas”, Revista Comercio Exterior, disponible en https://revistacomercioexterior.com/mexico-corea-del-sur-cooperacion-sin-escalas
Banco Mundial (2020), pib (us$ a precios constantes de 2010) - Korea, Rep., México, Banco Mundial, 2020, disponible en https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.MKTP.KD?locations=KR