Desafíos migratorios: realidades desde diversas orillas. María Teresa Palacios Sanabria
4. La crisis en la frontera: ¿un problema de refugiados?
Mauricio Reyes Betancourt
Manuel José García Martínez
Tania Giovanna Vivas Barrera
Capítulo 5. La normativa migratoria en Chile y Colombia: análisis desde los derechos humanos
María Teresa Palacios Sanabria
Beatriz Londoño Toro
Fernanda Stang
Vanessa Solano Cohen
María Lucía Torres-Villarreal
Paola Marcela Iregui-Parra
Roberto Ariel Abeldaño Zúñiga
Lina Victoria Parra Cortés
Los movimientos migratorios son una realidad incontenible que ha acompañado la historia de los Estados desde su propia conformación y, al parecer, es una tendencia natural no solo de las personas sino de las diversas especies que tienden a buscar el mejoramiento de sus condiciones de vida, cuando las circunstancias le son adversas para la reproducción, la alimentación, la supervivencia y el propio desarrollo de sus proyectos de vida. En la actualidad, en todos los continentes se enfrentan situaciones relacionadas con movimientos de personas y el tratamiento que se da por parte de los Estados a quienes son migrantes económicos, refugiados, solicitantes de asilo, víctimas de trata de personas y tráfico de migrantes e, incluso, desplazados internos, es un reto que forma parte de las agendas gubernamentales, así como de organismos y organizaciones internacionales.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se pueden contabilizar cerca de 258 millones de migrantes en todo el mundo (Naciones Unidas, s. f.), lo que corresponde al 3,4% de la población del planeta. De esta cifra, 41,3 millones son desplazados internos (Noticias ONU, 10 de mayo de 2019), 25,4 millones, solicitantes de refugio o asilo y 150,3 millones, trabajadores migrantes; de tales cifras, un 34% se movilizan entre los países de América Latina, 48% se dirigen a los Estados Unidos y a Canadá y 18% a países europeos (OEA, 18 de diciembre de 2017). Estas importantes tasas de movilidad, así como la diversidad en la configuración de los destinos y del perfil migratorio, hace necesario que los Estados se planteen respuestas frente a la migración, las cuales podrán ser de diversa índole, desde aquellas que son restrictivas respecto a los flujos migratorios y presentan una postura fundamentada en la seguridad nacional, donde la defensa de las fronteras, la soberanía y los sentimientos de nacionalismo son el eje central del discurso que estructuran las políticas, hasta las orientaciones que promueven la migración como una oportunidad de crecimiento económico, demográfico, social y también cultural. De todas formas, no es posible hallar una política perfecta y acabada, que logre encontrar un equilibrio entre la gestión eficiente de las migraciones que promueva flujos seguros y ordenados y el respeto por los derechos de los migrantes, quienes esperan que en los Estados de acogida puedan hallarse condiciones óptimas que les permita alcanzar el desarrollo de su proyecto de vida.
Bajo la comprensión del contexto descrito, es necesario que desde la academia se propicien reflexiones en torno a las dinámicas migratorias, los estándares internacionales de protección a los derechos humanos de los migrantes, las legislaciones que regulan estos movimientos y las dificultades que en términos de derechos tienen los extranjeros en países de destino. Es así como el Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Universidad del Rosario y el Grupo Persona, Instituciones y Exigencias de Justicia de la Universidad Católica de Colombia, aunaron esfuerzos para generar productos de nuevo conocimiento que presenten a la sociedad en general los principales desafíos que proponen los movimientos de personas a nivel global.
En ese orden de ideas, el texto titulado Desafíos migratorios: realidades desde diversas orillas busca abordar algunas de las aristas de la dinámica migratoria a partir de conceptos, situaciones y reflexiones que sirven de base para la estructuración de aportes que como academia se puedan realizar de cara a la construcción de política pública y ajustes a las legislaciones internas para propiciar que sean cada vez más integrales en términos de protección de derechos y de cobertura, al procurar contemplar las distintas variables que implican los movimientos migratorios.
En ese sentido, el libro inicia con un capítulo de contexto en el que se plantea la relación de los derechos sociales, el Estado de bienestar y la migración, desde una perspectiva conceptual y analítica; los autores, Ana María Solarte, Julio Armando Ortega y Gildardo Moreno, proponen la necesidad de que los derechos sociales sean una realidad para las personas migrantes, pues bajo la clásica concepción de los Estados, donde estas garantías suponen cuantiosas erogaciones económicas, es frecuente que no se dote a estos derechos de mecanismos efectivos de protección, situación que se ve agravada en el caso de los movimientos de personas, pues estos individuos suelen carecer de la nacionalidad o residencia habitual en el territorio de los Estados de acogida, lo que limita de manera sustancial el ejercicio de estas prestaciones.
La materialización y justiciabilidad de los derechos sociales constituyen un desafío global en materia de protección en el escenario de las migraciones; desde Europa hasta América Latina, se presentan situaciones que evidencian la necesidad de entender los movimientos de personas a partir de realidades complejas y diversas, como sucede en los casos en los que es necesario adoptar mecanismos para otorgar protección internacional a las personas y, así mismo, que los Estados y sus legislaciones aborden los estándares del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho internacional de los refugiados. Así, los profesores Fernanda Navas, Jaime Cubides y Natalia Pérez presentan un análisis de la situación de la migración desde el derecho constitucional, el reconocimiento de los derechos y los vacíos que se pueden presentar entre la teoría y la práctica a partir de los movimientos migratorios, partiendo de la experiencia que en materia de refugio desarrolla la Unión Europea. Con posterioridad, la profesora Encarnación La Spina reflexiona sobre la importancia de la reagrupación familiar en el caso de Europa, lo cual implica una comprensión de las situaciones de otorgamiento de condición de refugiado y cómo esto representa un desafío en términos de garantías de derechos humanos, por encima de las consideraciones económicas o del simple asistencialismo. Para ello, se aproxima a las nociones de separación, unidad e integración familiar y presta especial atención a las mujeres y menores no acompañados, sujetos que evidencian la magnitud de los alcances y el impacto de la migración.
América Latina, por su parte, también plantea importantes retos de cara a la migración, especialmente con ocasión de la crisis social, política y económica que afronta Venezuela, lo que ha generado importantes flujos migratorios hacia países de la región, principalmente en el Cono Sur. Es por ello que los profesores Mauricio Reyes, Tania Vivas y Manuel José García desarrollan un análisis sobre el caso venezolano bajo el abordaje del derecho internacional de los refugiados y cuestionan la actual tendencia de comprender esta realidad como una situación de resorte interno del país, despojándola de las consideraciones que deben formularse en clave de la solidaridad e interés global no solo en la región, sino en el mundo. Así, los autores estudian las características de esta migración como un asunto humanitario, exploran algunas soluciones y respuestas desde del derecho internacional de los refugiados y, finalmente, concluyen con alternativas sobre el abordaje de esta realidad desde