Gato Dentro de Una Pecera. Max Marshall
el corazón en un puño, Sam tomó una decisión. Con un suave movimiento de su pata, se dio a conocer el pescado de nuevo en el agua, viendo como ella se alejó nadando con un movimiento de su cola. Sintió una punzada de culpa de lavado sobre él, pero también una sensación de alivio. Él sabía que había hecho lo correcto.
Capítulo 4: La Pata en el acuario
Un día, mientras Sam se sentó por el acuario, viendo los peces se deslizan con gracia a través del agua, un travieso pensamiento apareció en su cabeza. Lo que si podía atrapar más peces por llegar más cerca de la fuente? Con un movimiento de su cola y a un determinado brillo en sus ojos, Sam comenzó a incubar un plan.
En primer lugar, él recorrió la habitación, buscando el punto de vista ideal. Y luego, con un grácil salto, él delimitada en la mesa cercana, sus bigotes aquiver con emoción. Desde allí, podía ver el acuario en todo su esplendor, sus aguas cristalinas señas de él más cerca.
Con un sentido de la anticipación que cursan a través de sus venas, Sam hizo su jugada. Se arrastró hasta el borde de la mesa, su corazón latiendo con fuerza, con entusiasmo, y luego, con un audaz salto, aterrizó en la cima del acuario con un suave golpe.
Por un momento, Sam se tambaleaba al borde de sus patas patinar en la suave superficie de vidrio. Pero luego, con una expresión determinada, se estabilizó a sí mismo y a la ampliación de las patas en el agua por debajo. Podía sentir el frío abrazo del agua que envuelve a él, sus corrientes suave tirón en su piel.
Con un estremecimiento de emoción, Sam comenzó a cazar. Él se deslizan y se abalanzó, sus patas se adentraba en el agua con la velocidad del rayo. Y para su deleite, él encontró que él era la captura de peces después de los peces, sus garras rasgando sin esfuerzo como ellos se lanzaron pasado.
Pero como los minutos pasaban, Sam triunfo volvió a la agitación. Se dio cuenta de que se estaba volviendo demasiado atrapados en la emoción de la persecución, olvidando las consecuencias de sus acciones. Estos peces no son sólo juguetes, ellos eran seres vivos, que merecen respeto y amabilidad.
Con el corazón en un puño, Sam retiró sus patas desde el agua, sus ojos nublados por la culpa. Él sabía que había cruzado una línea, que le había fallado a su deseo de aventura en la nube de su juicio. Pero él también sabía que no era demasiado tarde para hacer las paces.
Capítulo 5: El gato se cayó en el acuario
Una brillante y soleada mañana, como el Anderson’ apartamento bullía con la actividad, Sam se encontró presa de un repentino estallido de la curiosidad. El acuario llamó a él, sus aguas que brillan con la promesa, y Sam no pudo resistir el impulso de explorar de cerca.
Con un brillo juguetón en sus ojos, Sam comenzó su ascenso. Él saltó con gracia en una cercanos silla, sus bigotes contracciones con emoción como la que se proponía la habitación de su nueva percha. A partir de allí, el acuario parecía muy cerca de llegar, su superficie brillando en la luz de la mañana.
Envalentonado por su éxito, Sam hizo su siguiente movimiento. Con un límite, que saltó a la mesa cercana, sus garras clic suavemente contra el pulido de la madera. Él podía sentir la emoción de la aventura que cursan a través de sus venas, instando a él cada vez más cerca del objeto de su curiosidad.
Y luego, con un audaz salto, Sam se lanzó sobre el borde del acuario, su corazón golpeando con anticipación. Por un momento, él se tambaleaba al borde del abismo, sus patas escarbando para la compra en la suave superficie de vidrio. Y luego, con una última estocada, él cayó sobre el borde y cayó en el agua por debajo.
Con un toque que hizo eco a través del apartamento, Sam golpeó el agua con un sonoro chapoteo. Por un momento, él estaba sumido en la oscuridad, sus sentidos abrumados por el fresco abrazo de agua. Y luego, con un jadeo de sorpresa, él apareció, su pelo mojado y sus bigotes pegados a su rostro.
Por un momento, Sam estaba demasiado aturdido para mover. Parpadeó con incredulidad, sus ojos dilatados por el asombro que sentía en su entorno. Él estaba en el interior del acuario, rodeado por todos lados por las brillantes aguas y peces de colores. Era como algo salido de un sueño o tal vez una pesadilla.
Pero como los segundos pasaban, Sam del choque dio lugar a la determinación. Él ha encontrado a sí mismo en un apuro, pero no iba a dejar que se lo derrota. Con un movimiento de su cola y a un determinado trazo de sus patas, comenzó a nadar, lo que impulsó a sí mismo hacia la superficie con toda su fuerza.
Capítulo 6: Atrapado en un acuario
Como Sam surgido de las profundidades del acuario, su corazón latía más rápido con la adrenalina, él se halló frente a un descubrimiento desconcertante – él estaba atrapado. La charca de piel pesaba sobre él, y lo intenta, no podía encontrar una manera de liberarse a sí mismo de su llorosos de la prisión.
El pánico comenzó a surgir dentro de él, como él peleó en el espacio confinado, sus movimientos creciendo más frenética con cada momento que pasa. Pero no importa cuánto lo intentara, no podía encontrar una manera de salir. Estaba atrapado, atrapado por la curiosidad que le había llevado a esta situación en primer lugar.
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