Curso rápido para hablar en público. La voz, el lenguaje corporal, el control de las emociones, la organización de los contenidos…. Daniela Bregantin
enguaje corporal, el control de las emociones, la organización de los contenidos…
A pesar de haber puesto el máximo cuidado en la redacción de esta obra, el autor o el editor no pueden en modo alguno responsabilizarse por las informaciones (fórmulas, recetas, técnicas, etc.) vertidas en el texto. Se aconseja, en el caso de problemas específicos – a menudo únicos— de cada lector en particular, que se consulte con una persona cualificada para obtener las informaciones más completas, más exactas y lo más actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHI, S. A. U.
Traducción de Cristina Sala.
Fotografías del interior Marco Giberti.
Diseño gráfico de la Cubierta: © YES.
Fotografía de la cubierta: © Jeremy Liebman/Getty Images.
© Editorial De Vecchi, S. A. 2016
© [2016] Confidential Concepts International Ltd., Ireland
Subsidiary company of Confidential Concepts Inc, USA
ISBN: 978-1-68325-019-7
El Código Penal vigente dispone: «Será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años o de multa de seis a veinticuatro meses quien, con ánimo de lucro y en perjuicio de tercero, reproduzca, plagie, distribuya o comunique públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o científica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier medio, sin la autorización de los titulares de los correspondientes derechos de propiedad intelectual o de sus cesionarios. La misma pena se impondrá a quien intencionadamente importe, exporte o almacene ejemplares de dichas obras o producciones o ejecuciones sin la referida autorización». (Artículo 270)
Al profesor Claudio Risé
Doy las gracias a mis padres por el afectuoso apoyo que me han ofrecido durante la preparación de este libro; al maestro Paolo Grazioli, experto en vocalización, y a la doctora Laura Salandini, por sus valiosos consejos; al doctor Paolo Pinna, que ha localizado muchos de los célebres discursos presentes en el texto; al doctor Germano Alberti, que ha aceptado aparecer en las fotos; a mis amigos Mirna y Adalberto y al profesor Gabriele Morello, queridos compañeros de este viaje.
Un amigo jesuita me dijo una vez que para él la divinidad se encarnaba en el infinito coloquio amoroso entre las tres personas de la Trinidad. ¡Cómo me gusta la idea de que el amor se exprese en este diálogo continuo! ¡La comunicación como acto de amor!
Introducción
Por qué este libro
«Es una realidad humana inevitable. Cada cual comunica aquello que es» (Peter Brook).
He trabajado como actriz durante muchos años, he dedicado gran parte de mi tiempo a conocer «mi instrumento» – mi cuerpo—, a prepararlo para que exprese aquello que intento comunicar, a mejorar su sensibilidad y disponibilidad para captar los estímulos comunicativos de los otros actores en el escenario y del público en la sala. He convivido con los textos de los grandes autores de teatro, he conocido su extraordinario sentido del ritmo, la capacidad descriptiva y evocativa de las palabras. He visto cómo estas pueden emocionar y persuadir. Y he observado a muchas personas llorar o reír gracias a ellas.
Y ahora me ocupo de ayudar a otros a desarrollar esta extraordinaria forma de comunicación que es el arte de la oratoria. Circunstancia especial en la que somos protagonistas de un hecho «extra-ordinario», en el sentido más auténtico – etimológico— de la palabra: «más allá de lo ordinario». No se trata del diálogo al que estamos acostumbrados, en el que el intercambio verbal tiende a ser paritario, sino de una comunicación cuyo desarrollo guiamos nosotros.
Afrontar y gestionar bien una tarea como esta no es sólo una necesidad imperiosa para quien, por su trabajo, se halla en la posición de exponerse a menudo frente al público, sino también para todas aquellas personas que desean mejorar su capacidad de comunicación. Cuanto mejor sepamos afrontar y superar retos importantes, tanto más rápidamente crecerá nuestra conciencia sobre los medios que tenemos a nuestra disposición y la habilidad para adaptarlos a nuestras intenciones expresivas.
Una de las cosas que me gusta del teatro es que cada representación es distinta. Los mismos diálogos, el mismo peinado, el mismo vestido, el mismo teatro, pero cada noche un público diferente. Y si, por una extraña circunstancia, se tratase del mismo público, en cualquier caso la representación sería otra, porque nunca una función es idéntica a la anterior. Creo que esta es la magia de hablar en público: es un hecho nuevo, irrepetible, y por ello supone un desafío cada vez.
Resulta emocionante el momento en el que constatas que el milagro de la comunicación se está produciendo: el público queda cautivado por tu discurso y tú mismo te ves atrapado por el público y por la relación que se está estableciendo. El tiempo entonces pasa a tener un valor únicamente subjetivo, porque lo estáis creando, juntos.
Hace años, durante un paseo, vi en una playa una obra extraordinaria, una escultura de arena que representaba a una hermosa mujer, de curvas suaves y generosas y rostro ligeramente inclinado. No he olvidado nunca la imagen de aquella mujer de vida tan breve. ¿Cuánto tardaría la marea alta en hacerla desaparecer? ¿Cuántas horas? Sin embargo, todavía conservo el recuerdo. Quizá pueda hablarse de encuentro.
A veces en las empresas escucho hablar de determinadas reuniones que tuvieron un carácter especial, de ciertas intervenciones que hicieron historia en la misma.
Ese es el objetivo.
Lección I
De la retórica al public speaking
La fuerza de la experiencia
«La costumbre y la práctica dan la habilidad necesaria para la oratoria…», escribió Quintiliano, uno de los principales divulgadores de la retórica en Roma, en el siglo i, y «Nadie puede aprender a hablar en público sin hablar en público», sostiene Dale Carnegie, uno de los más autorizados divulgadores actuales del public speaking («hablar en público»).
Sólo la experiencia «mueve», nos enseña la antropología teatral: es capaz de modificar los comportamientos de manera rápida y duradera.
¿Estas consideraciones significan que un libro sobre hablar en público no es útil? En absoluto. Simplemente nos recuerdan que nada puede sustituir a la experiencia. Quien desee destacar en el arte de hablar en público no debe perder la ocasión de hacerlo. «Debemos practicar siempre y en cualquier lugar», sugiere Quintiliano.
¿POR QUÉ UN MANUAL?
Este manual constituye un instrumento de análisis, de comprobación de nuestra experiencia. Si bien el cambio se produce mediante una certeza, a menudo intuitiva, de qué funciona y qué no, también es cierto que algunos parámetros de comportamiento, fruto de la investigación de quienes se han ocupado y se ocupan de estos temas, pueden resultar elementos de comparación muy útiles. Comenzando por los maestros de la retórica antigua, hasta llegar a los exponentes contemporáneos de las escuelas de este arte, se han identificado unas reglas comunicativas capaces de mejorar nuestras capacidades y respecto a las cuales podemos establecer comparaciones. Con un mayor conocimiento de los mecanismos de la oratoria, el proceso de valoración y cambio puede ser más consciente y, en consecuencia, más rápido.
«La palabra gato no maúlla», nos recuerda Bertrand Russell.
Podemos hablar sin fin sobre qué significa sufrir vértigo y cómo superar este miedo, pero otra cosa es hablar habiéndolo experimentado, experiencia que en mi caso tiene una imagen muy precisa: un escenario alto, con escaleras muy inclinadas y sin pasamanos, en una calle veneciana. La incapacidad para bajar…, el descenso realizado sentándome en los escalones, la adopción de esta postura por parte de uno de mis personajes (un Pantaleón con faldas). Y además otra imagen. El mismo escenario, en Champagne esta vez. Las palabras del director (también gran pedagogo): «No hay ningún problema, esto sucede; después, con el tiempo, se supera». Durante los descansos, sin que los otros me vean, pruebo y pruebo y, finalmente, un día logro bajar la escalera en posición erguida. Podríamos seguir hablando,