Descubre todo el poder que hay en ti. Lucien Liroy

Descubre todo el poder que hay en ti - Lucien Liroy


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puede tener una palabra que le provoque la concentración indispensable al inicio de una competición. Sucede lo mismo, en definitiva, a todos los que sienten la necesidad de un apoyo: conducción de un vehículo, investigaciones, estudios, exámenes, etcétera.

      La palabra silenciosa

      Las palabras que dirigimos a los demás mentalmente son tan potentes y eficacescomo las que se dicen en voz alta y que se ignoran, de manera que las personas a las que van dirigidas las palabras no pueden aportar ninguna contradicción ni ninguna resistencia consciente. Las palabras silenciosas son las que provocan la mayoría de los casos de hechizos o de autohechizos, de odio y de amor.

      Cuarta clave: la concentración

      Los yoguis que realizan cada día ejercicios de concentración consiguen desarrollar en proporciones destacables los poderes psíquicos que se encuentran latentes en todas las personas. Lo obtienen concentrándose de forma particular sobre el centro vital – el chakra o plexus— donde reside el poder que se está buscando.

      Laformadeconcentración – laconcentración psicocinética— de la que se habla aquí, es mucho más sencilla y no precisa ningún esfuerzo, pero cambiará de forma radical nuestra existencia.

      El principio es elemental puesto que consiste en pensar únicamente en lo que se dice o en lo que se hace, sin el más mínimo esfuerzo, durante un breve instante que no tiene que sobrepasar dos o tres minutos.

      Esto puede parecer increíble, sobre todo si ya se han probado las decenas de métodos que se han propuesto a lo largo de los siglos. La diferencia es que estos últimos actúan a partir de la persona y de la mente, o se esfuerzan en alcanzar la iluminación. Ahora bien, esto no es indispensable puesto que el poder necesario para actuar ya se encuentra completamente en nosotros. Basta pedirle lo que deseamos y dejarle actuar.

      No podemos olvidar que no somos nosotros los que actuamos como personas sino nuestro espíritu interior superconsciente el que opera a través de nosotros. No sólo no necesita nuestra ayuda, sino que todo lo que nosotros podemos hacer personalmente sólo puede impedir las buenas influencias y las buenas intuiciones de llegar hasta nuestra mente. El superconsciente sabe ya lo que nosotros podemos desear antes incluso de que lo hayamos solicitado formalmente. Sabe también cuándo, cómo, dónde y a través de qué vías realizar lo que deseamos.

      Esta breve concentración sobre una sencilla fórmula tiene como objetivo obtener la participación de la mente (del cerebro) y sobre todo impedir sus reacciones negativas. Sus divagaciones son casi siempre negativas, generadas por la duda y por la impaciencia.

      No se trata aquí de luchar, de apretar los dientes, sino más sencillamente de pensar tranquilamente en lo que se quiere obtener, en lo que se espera conseguir, metódicamente, durante algunos minutos cada día.

      Esta obra tiene un objetivo práctico, por lo que ahora tendrá la oportunidad de hacer, sin esperar más, la experiencia de dos operaciones principales de la acción psíquica.

      La concentración psicocinética

      La concentración psicocinética descansa sobre dos principios esenciales:

      1. El consciente sólo puede ocuparse de una idea a la vez. Cuando centramos nuestra atención sobre una tarea sin importancia o sin ningún significado, deja de molestar a las buenas influencias del supraconsciente.

      2. El supraconsciente tiene el poder de restaurar todo el psiquismo subconsciente en dos minutos. Este periodo de dos minutos no tiene ninguna explicación científica, sino que descansa sobre un ritmo cósmico comprobado por la experiencia.

      A continuación, debe relajarse y decir tranquilamente, pensando simplemente en la frase que pronuncia sin preocuparse de su significado: un albaricoque maduro, dos albaricoques maduros, tres albaricoques maduros, y continuar hasta doce.

      Acaba de realizar un ejercicio de concentración. Si consigue llegar hasta doce albaricoquesmaduros sin distraerse significa que tiene la capacidad necesaria para actuar a través del psiquismo. Puede utilizar cualquier otra fruta o cualquier otra cosa, limones verdes por ejemplo. También puede contar de1 a 50 visualizando cada número. Es preferible acostumbrarse a mantener los ojos abiertos. De la misma forma, no es necesario colocarse en una posición o en un estado especial. Este ejercicio se puede realizar perfectamente en cualquier momento y en cualquier lugar.

      La omnipotencia está en usted

      Los misterios del universo

      Muchas personas tienen miedo de todo lo que está relacionado con el espíritu, el más allá y lo invisible en general. Sin embargo, vivimos dentro de todo ello. A cada momento, se producen acontecimientos que no responden a las leyes de la física pero no nos podemos dar cuenta de ello simplemente porque el universo manifestado es, a pesar de las apariencias, esencialmente mental. Y no se trata aquí de una simple hipótesis. Si el estudio científico del hombre, de nuestro planeta y del cosmos nos conduce a una concepción materialista de la existencia, nosotros somos seres mentales y vivimosen un mundo mental que puede estar dirigido, modificado y matizado mentalmente, tanto en el ámbito personal como colectivo. Dicho de otra forma, el universo es un fantasma que compartimos todos, cada uno a su manera.

      En esta existencia material que vivimos, suceden cosas que forman parte de ella, pero también que se sitúan más allá de nuestro nivel de percepción o de comprensión, de manera que tomamos la costumbre de no tenerlas en cuenta, de ignorarlas o de olvidarlas. Muchos niños y algunos adultos más sensibles ven y viven esta realidad de forma cotidiana, a veces sin saber que los demás no la ven, a veces sin mencionarla por miedo a pasar por locos. Todo el mundo tiene la capacidad de ver con los ojos del espíritu (clarividencia), pero la mayoría de la gente, al no saberlo, no utiliza esta facultad, que acaba por marchitarse. Pero esto noimpide que todos tengamos, de vez en cuando, intuiciones, presentimientos, premoniciones y clichés visuales o impresiones auditivas. Si por ejemplo, Jaime ve por la calle a una persona que conoce, esto le lleva a creerse que realmente esa persona está presente físicamente en ese lugar, pero puede tratarse solamente de su doble espiritual. Si el doble desaparece de repente, Jaime pensará simplemente que le ha parecido ver a esa persona, sin pensar más allá; pero si interrogara a esa persona, descubriría quizá que esa persona ha pensado en él en ese preciso momento, que realmente esa persona estaba realmente presente en espíritu cerca de él. De la misma forma, cuando una persona piensa en un amigo, lo ve automáticamente en su imaginación; algunas de estas imágenes no son más que clichés telepáticos y nos muestran a ese amigo en la situación y en el lugar donde se encuentra realmente pero, al ignorar esto, la persona no presta atención a ello, y eso es lo que sucede la mayoría de las veces: su mente deforma estas imágenes y las racionaliza. Si nos pusiéramos a verificar de forma sistemática lo que revelan estas imágenes nos sorprenderíamos al constatar lo exacto de algunas de ellas y eso se produciría cada vez con más frecuencia a medida que insistiéramos. Esto demuestra una maravillosa facultad del espíritu humano que cada uno puede desarrollar. Para ello basta plantearse una pregunta clara y situarse en estado de recepción.

      Aparte de estas facultades pasivas, es posible actuar sobre las personas, y esto se debe al hecho de que la gran mayoría de personas como nosotros – más del 98 %– está indeterminada en lo que se refiere al carácter y a los objetivos, de manera que es muy fácil influir sobre ella tanto en sentido positivo como en sentido negativo. Esta influencia existe naturalmente en la vida de cada día. La moda, los movimientos de masas, la admiración por las estrellas, la facilidad con la que los hombres que serían incapaces de hacer daño a una mosca aceptan la guerra y otras infamias como algo natural, son sus consecuencias directas. Si se tiene en cuenta que los individuos cuya personalidad es la que está mejor estructurada pasan por periodos enteros durante los cuales no hacen nada importante o esencial, durante los cuales no están ni concentrados en una tarea particular, ni a la defensiva, podemos decir sin duda que todo el mundo es influenciable.

      Por ejemplo, no será fácil empujar a un hombre íntegro, equilibrado y bueno, a cometer un acto reprensible, a drogarse o a matar, pero será muy fácil llevarle a comprarse un abrigo rojo que no necesita para


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