Ansiada . Морган Райс
no sabía que te habías despertado tan temprano", dijo. “¿Estás bien?"
Scarlet asintió, sentía que iba a llorar; caminó por el pasillo y le dio un abrazo a su madre.
Su madre la abrazó con fuerza y la meció, Scarlet se sintió bien de estar en sus brazos.
"Te extraño cariño", dijo su mamá. "Y te quiero mucho."
"Yo también te quiero", dijo Scarlet sobre su hombro, y comenzó a llorar.
"¿Qué pasa?", le preguntó su madre, mientras la apartaba para observarla.
Scarlet se limpió una lágrima del ojo.
"¿Te acuerdas de lo que me propusiste el otro día? ¿De ver al sacerdote? "
Ella asintió.
"Me gustaría ir. ¿Podemos ir juntas? ¿Hoy después de la escuela?”
Su madre sonrió con alivio.
"Por supuesto, cariño."
Le dio otro abrazo. "Te quiero. Nunca lo olvides.”
"Yo también te quiero, mamá.”
CAPÍTULO CINCO
Por primera vez en mucho tiempo, Scarlet llegó temprano a la escuela. Los salones estaban vacíos y, mientras Scarlet caminaba hacia su casillero, parecía un pueblo fantasma. Estaba acostumbrada a llegar tarde y a que estuviera todo lleno, pero hoy, después de tener esa pesadilla, se sentía demasiado inquieta y no podía quedarse sentada en su casa y esperar. También había revisado su Facebook y Twitter y había visto la ridícula cantidad de actividad por todo lo que Vivian y sus amigas habían publicado acerca de ella, y le preocupó cómo la escuela podría reaccionar; sintió que llegar temprano podría ayudarla a protegerse para lo que vendría. Al menos al estar temprano, se sentía un poco más preparada.
Aunque, por supuesto, sabía que no le serviría de nada. Pronto los salones se llenarían con una abrumadora cantidad de niños, y se reunirían en grupos más numerosos que ella, y la mirarían y susurrarían entre si. Incluyendo, tal vez, a Blake. Se preguntó qué le habría dicho a todo el mundo de su cita. ¿Les dijo todo lo que había pasado? ¿Qué ella era una especie de monstruo?
La idea le disgustaba, y no había desayunado esa mañana. Tendría que enfrentarse a todo lo que estarían diciendo, y se preguntó cuántos cientos de niños habían estado siguiendo los posts-y qué pensarían. Una parte de ella quería acurrucarse y morir, huir y dejar esta ciudad, y no volver nunca más.
Pero sabía que no era una opción, lo mejor era simplemente ser valiente y acabar con eso de una vez.
Al abrir su casillero y recoger sus libros para el día, se dio cuenta de lo atrasada que estaba con todas sus tareas. Eso también era algo nuevo en ella. Los dos últimos días habían sido muy intensos, todo había sido muy diferente, como nunca antes. Para empeorar las cosas, estaba entrecerrando los ojos a la luz de la mañana que entraba por las ventanas, y se dio cuenta que tenía un terrible dolor de cabeza como nunca antes había tenido. Se tapó los ojos en un pasillo brillante, y se preguntó de nuevo si le estaba pasando algo malo. ¿Todavía estaba enferma, o qué?
Vio sus viejos anteojos de sol en el estante superior de su casillero, y tuvo la tentación de tomarlos ponérselos en el interior durante el día. Pero así sólo atraería la atención más negativa.
Como una ola de mar, las salas comenzaron a llenarse de chicos que llegaban de todas direcciones. Echó un vistazo a su teléfono y se dio cuenta que su primera clase comenzaría en unos pocos minutos. Respiró hondo y cerró su casillero.
En su teléfono no había nuevos mensajes, y de nuevo pensó en Blake, en lo que había ocurrido el día anterior. En como había huido. Se preguntó lo que él le habría dicho a los demás. ¿Realmente había dicho todas esas cosas tan malvadas? ¿Que la había cortado? ¿O Vivian lo había inventado todo? ¿Qué pensaba Blake de ella? ¿Y por qué no había contestado a ninguno de sus mensajes?
Por supuesto, su silencio era una respuesta. Que estaba asustado y ya no le interesaba. Pero, mientras revisaba una vez más su teléfono, por si acaso, deseaba que él respondería aunque sea sólo para decir que no estaba interesado en ella. Odiaba su silencio.
Como si todo eso no fuera suficiente, tampoco podía dejar de pensar en Sage. El encuentro con él frente a su casa había sido muy misterioso. Se arrepentía de haberse alejado, y le hubiera gustado tener un poco más de tiempo para hablar con él y hacerle más preguntas. Su sueño la había asustado, sin embargo, no podía entender por qué lo tenía en la mente, incluso más que a Blake.
Se sentía muy confundida. Con Blake, era como si conscientemente pensara en él; con Sage, era como si no pudiera evitarlo, pensaba en él lo quisiera o no, y no lograba entender la razón de sus sentimientos por él. Eta extraño, pero a pesar de que desde hacía años conocía a Blake, se sentía más cerca de Sage. Lo que más le molestaba era que nada tenía ningún sentido. Detestaba no poder entender, especialmente cuando se trataba de amor.
"Oh, Dios mío, ¿Scarlet?”, escuchó la voz.
Al cerrar su casillero vio a Maria quien la miraba como si fuera una celebridad infame.
“¡Nunca llegas temprano! ¡Te envié como un millón de mensajes anoche! ¿Qué pasó? ¿Dónde estabas? ¿Estás bien? "
Scarlet sintió una punzada de remordimiento; había estado demasiado abrumada para responder a sus mensajes. También, sintió algo de nerviosismo al estar junto a María, dado los sentimientos de su amiga por Sage. Después de todo, María dejó en claro que estaba obsesionada con Sage. Si se enteraba de que Scarlet había hablado con él la noche anterior, y frente a su casa, temía que Maria se molestase mucho. Cuando se trataba de chicos, María era muy posesiva y territorial. Siempre creía que todo aquel en quien pusiera sus ojos era suyo, ya sea la persona supiera o no de su existencia. Y si alguien se le ponía tantito en el camino, se convertía inmediatamente en su enemigo. Podía ser así de rencorosa, y ella nunca perdonaba ni olvidaba. Era ese tipo de persona: eras su su amiga más cercana, o su peor enemigo.
"Lo siento", respondió Scarlet. "Me dormí temprano. No me sentía bien. Y no podía estar viendo todo el asunto de Facebook.”
"Dios mío, la odio", dijo María. "Vivian. Es una víbora. ¿Quién se cree? Publiqué en su muro y en el de sus amigas también. Las puse en su lugar por lastimarte así.”
Scarlet se sintió muy agradecida con Maria -lo que la hizo sentirse aún más culpable por haber hablado con Sage. Habría querido decirle, explicarle lo que había sucedido con Sage, pero ella misma no entendía realmente lo que había pasado. Y temía que si se lo mencionara, María se enojaría a lo grande.
"Eres la mejor", dijo Scarlet, como mientras, en agradecimiento, pasaba un brazo alrededor de Maria.
Las dos caminaron una junto a la otra por los pasillos, que se llenaban rápidamente; el ruido era cada vez más fuerte mientras caminaban hacia el otro extremo de la escuela para su primera clase juntas.
"Quiero decir, qué coraje tiene", dijo María. "En primer lugar, te roba a tu chico. Luego, lo publica todo. Se siente amenazada. Y celosa. Sabe que eres mejor.”
Scarlet se sintió un poco mejor, pero sintió una punzada de tristeza ante la idea de perder a Blake. Especialmente de esa manera. Lo único que quería era una oportunidad para explicarle a Blake, para decirle que lo que sea que había pasado en el río, ésa no era ella. Pero no sabía cómo podría explicárselo. ¿Qué podía decirle? Creía que se lo había dicho lo suficientemente bien en su texto. Y él no había respondido.
"Hola chicos", se escuchó la voz.
Caminando junto a ellas estaban Jasmin y Becca. Scarlet sintió que se le quedaban mirando y estaba empezando a sentirse paranoica con toda la atención que estaba recibiendo.
"Hola", dijo Scarlet, mientras caminaban todas juntas, como un pequeño grupo por los pasillos. “¿Así que vas a tenernos en suspenso?", Jasmin preguntó. "¿Qué pasó con Blake?"
Scarlet podía sentir los