Una Carga De Valor . Морган Райс
respondió Gareth. "Pasaré la noche aquí, así, con ella en mis brazos. Ella estará a salvo, mientras yo lo esté. ¿Quieres ser un héroe? ¿O quieres que tu hija viva?".
Los familiares se miraron unos a otros, sin hablar, vacilantes.
"¿Puedo hacerle una pregunta?", preguntó Sarka. "Si usted es un buen rey, ¿por qué trata así a sus súbditos?".
Gareth la miró, desconcertado, y finalmente se reclinó y estalló en risas.
"¿Quién dijo que yo era un buen rey?".
CAPÍTULO CINCO
Gwendolyn abrió los ojos, sintiendo que el mundo se movía a su alrededor y luchó por averiguar dónde estaba. Vio, pasando junto a ella, las enormes puertas arqueadas de piedras rojas de Silesia, vio a miles de soldados del Imperio observándola, asombrados. Vio a Steffen, caminando junto a ella, y miró al cielo, rebotando hacia arriba y hacia abajo. Se dio cuenta de que la llevaban cargando. Que estaba en brazos de alguien.
Ella estiró el cuello y vio los ojos brillantes, intensos de Argon. Se dio cuenta de que estaba siendo llevada por Argon, con Steffen a su lado; los tres caminando abiertamente a través de las puertas de Silesia, pasando entre miles de soldados del Imperio, que se apartaban de ellos y se quedó allí, mirando. Estaban rodeados de un resplandor blanco y Gwendolyn podía sentirse inmersa en una especie de escudo protector en los brazos de Argon. Se dio cuenta de que estaba haciendo una especie de hechizo para mantener a raya a todos los soldados.
Gwen se sentía reconfortada, protegida, en los brazos de Argon. Le dolían todos los músculos de su cuerpo, estaba agotada, y no sabía si podía caminar si lo intentaba. Parpadeaba, al ir avanzando, y vio al mundo pasar por ella en fragmentos. Vio un pedazo de pared desmoronada; un parapeto colapsado; una vivienda quemada; una pila de escombros; los vio pasar a través del patio, llegar a las puertas más lejanas, en el borde del Cañón; los vio pasar a través de ellos, también, los soldados haciéndose a un lado.
Llegaron al borde del Cañón, la plataforma cubierta de púas de metal, y mientras Argon estaba allí parado, la plataforma bajó, llevándolos de regreso a las profundidades de la Baja Silesia.
Al entrar a la ciudad de la parte baja, Gwendolyn vio a docenas de rostros, los rostros preocupados y amables de los ciudadanos de Silesia, viéndola pasar, como si fuera un espectáculo. Todos miraban con asombro y preocupación, mientras ella seguía descendiendo hacia la plaza principal de la ciudad.
Al llegar, cientos de personas los rodearon. Ella vio caras conocidas – a Kendrick, a Srog, a Godfrey, a Brom, a Kolk, a Atme, a docenas de Los Plateados y de La Legión, que reconoció… Se reunieron a su alrededor, con la angustia en sus rostros, en el sol temprano de la mañana, mientras la niebla se arremolinaba en el Cañón y sintió una brisa fría punzándola. Cerró los ojos, tratando de que todo eso desapareciera. Se sintió como una cosa en exhibición y aplastada en las profundidades. Se sintió humillada. Y sintió que había decepcionado a todos.
Continuaron, más allá de todas las personas, a través de las callejuelas de la parte baja de la ciudad, a través de otra entrada arqueada, y finalmente al pequeño palacio de la parte baja de Silesia. Gwen entraba y salía de la conciencia, mientras entraban a un magnífico castillo rojo, subiendo un conjunto de escaleras, por un largo pasillo y hacia otra alta puerta arqueada. Finalmente, se abrió una pequeña puerta y entraron en una habitación.
La habitación tenía una luz tenue. Parecía ser un amplio dormitorio, con una cama antigua con dosel en su centro, con el fuego rugiente de una antigua chimenea de mármol, no muy lejos de allí. Varias asistentes estaban paradas en la habitación, y Gwendolyn sintió que Argon la llevaba a la cama, la colocaba suavemente sobre ella. Al hacerlo, docenas de personas se reunieron, mirándola con preocupación.
Argon se retiró, dio varios pasos hacia atrás y desapareció en medio de la multitud. Ella lo buscó, parpadeando varias veces, pero ya no lo pudo encontrar. Se había ido. Sintió la ausencia de su energía protectora, que la había estado envolviendo como un escudo. Se sentía más fría, menos protegida, sin él.
Gwen lamió sus labios agrietados y un momento después sintió que su cabeza era apuntalada por detrás, le colocaban una almohada y un jarro de agua en sus labios. Ella bebió y bebió, y se dio cuenta de cuánta sed tenía. Miró hacia arriba y vio a una mujer que reconoció.
A Illepra, la curandera real. Illepra la miró, con sus ojos color avellana, llenos de preocupación, le dio agua, pasando un paño caliente sobre su frente, quitando el cabello de su cara. Puso una mano sobre su frente y Gwen sentía una energía curativa que pasaba a través de ella. Sentía los ojos pesados, y pronto los cerró contra su voluntad.
Gwendolyn no sabía cuánto tiempo había pasado cuando abrió los ojos otra vez. Todavía se sentía exhausta, desorientada. En sus sueños había oído una voz, y ahora la escuchaba otra vez.
"Gwendolyn", dijo la voz. Lo oyó resonar en su mente, y se preguntó cuántas veces él había llamado su nombre.
Miró hacia arriba y reconoció a Kendrick, quien la observaba. Junto a él estaba su hermano Godfrey, junto con Srog, Brom, Kolk y varios otros. Del otro lado, estaba parado Steffen. Odiaba las expresiones en sus rostros. La veían como si fuera causa de lástima, como si hubiera regresado de entre los muertos.
"Hermana mía", dijo Kendrick, sonriendo. Podía oír la preocupación en su voz. "Dinos lo que pasó".
Gwen meneó la cabeza, demasiado cansada para recordar todo.
"Andrónico", dijo ella, con voz ronca, que parecía más como un susurro. Ella aclaró su garganta. "Intenté… rendirme… a cambio de la ciudad… Confié en él. Fue una estupidez…"
Ella meneó la cabeza una y otra vez, una lágrima rodaba por su mejilla.
"No; tú eres noble", corrigió Kendrick, estrechando su mano. "Eres la más valiente de todos nosotros".
"Hiciste lo que hubiera hecho cualquier gran líder", dijo Godfrey, avanzando.
Gwen meneó la cabeza.
"Él nos engañó…", dijo Gwendolyn. “Y me atacó. Hizo que McCloud me atacara".
Gwen no pudo evitarlo: comenzó a llorar, mientras decía esas palabras, incapaz de evitarlo. Ella sabía que un líder-no haría eso, pero no podía evitarlo.
Kendrick apretó su mano más fuerte.
"Iban a matarme…", dijo, "…pero Steffen me salvó… "
Todos los hombres vieron a Steffen con un nuevo respeto, quien estaba parado fielmente a su lado, inclinando la cabeza.
"Lo que hice fue demasiado poco y demasiado tarde", respondió humildemente. "Era un hombre solo contra muchos".
"Aun así, salvaste a nuestra hermana y por eso siempre estaremos en deuda contigo", dijo Kendrick.
Steffen meneó la cabeza.
"Tengo una deuda mucho mayor con ella", respondió él.
Gwen lloró.
"Argon nos salvó a los dos", terminó diciendo ella.
El rostro de Kendrick se volvió sombrío.
"Te vengaremos", dijo él.
"No solo me preocupo por mí misma", dijo ella. "Sino por la ciudad… por nuestro pueblo… por Silesia. Andrónico… atacará…"
Godfrey le dio palmaditas en su mano.
"No te preocupes por eso ahora", dijo, avanzando. "Descansa. Hablaremos de estas cosas. Ahora estás a salvo aquí".
Gwen sentía que los ojos se le cerraban. No sabía si estaba despierta o soñando.
"Ella necesita dormir", dijo Illepra, avanzando, protectora.
Gwendolyn débilmente oyó todo eso, mientras se sentía más y más pesada, entrando y saliendo de la conciencia. En su mente aparecían imágenes de Thor y luego, de su padre. Le estaba costando trabajo discernir entre lo que era real y lo que era un sueño, y oyó sólo fragmentos de