Meditación para gente ocupada. Osho

Meditación para gente ocupada - Osho


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      OSHO

      Meditación

      para gente ocupada

      Consejos para acabar con el estrés

      Introducción de John Andrews

      Traducción del inglés al castellano de Esperanza Moriones

      Título original: MEDITATION FOR BUSY PEOPLE, by OSHO

      © 2013, 2014 OSHO International Foundation, Switzerland.

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      All rights reserved.

      OSHO® es una marca registrada de Osho International Foundation

       www.osho.com/trademark

      Publicado originalmente en español como libro ilustrado por Gaia Ediciones

      ISBN: 84-8445-115-1 (2004)

      El contenido de este libro está formado por diferentes charlas que OSHO impartió ante una audiencia en vivo. Todas las charlas de Osho han sido publicadas íntegramente como libros, y también están disponibles las grabaciones de audio. El archivo completo de audio y de texto puede ser consultado en la Biblioteca en línea en la página www.osho.com.

      © de la edición en castellano:

      2014 by Editorial Kairós S.A.

      Numancia 117-121, 08029 Barcelona, España

       www.editorialkairos.com

      © foto del autor: OSHO International Foundation. Switzerland

      © de la traducción del inglés al castellano: Esperanza Moriones

      Composición: Pablo Barrio

      Diseño cubierta: Katrien Van Steen

      Primera edición en papel: Diciembre 2014

      Primera edición digital: Diciembre 2014

      ISBN en papel: 978-84-9988-418-9

      ISBN epub: 978-84-9988-432-5

      ISBN kindle: 978-84-9988-433-2

      ISBN Google: 978-84-9988-434-9

      Todos los derechos reservados.

      Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.

      Introducción

      Este pequeño libro es maravilloso. Contiene técnicas sencillas que te permiten relajarte y experimentar lo que conocemos como «meditación». Entre otras cosas, despeja todas esas complicadas dudas de cómo funciona la meditación, nos ayuda a entender qué ocurre cuando la practicamos y para qué nos sirve en nuestra agitada vida.

      Dada la cobertura cada vez mayor de los medios de comunicación sobre el fenómeno de la meditación, me han pedido que situara este libro práctico en el contexto de los últimos avances de la medicina y las ciencias neurológicas, y que determinara su aplicación en todos los aspectos de la vida diaria. Hemos llegado al punto en el que la pregunta ya no es «¿por qué meditar?», sino «¿por qué no meditar?».

      Si ya conoces la importancia de añadir ciertos momentos de conciencia a tu vida diaria, te recomiendo este libro.

      Sin embargo, si todavía crees que todo lo que se dice acerca de la meditación es simplemente una moda, un nuevo producto, como si fuese una nueva dieta de adelgazamiento –en este caso para el cerebro–, ahora tienes a tu disposición mucha más información que te ayudará a decidirte. Hace diez años se publicaban en torno a cincuenta estudios científicos al año acerca de la meditación. Ahora se publican alrededor de quinientos.

      El tema de la meditación es un poco más complejo que la mayoría de los temas a los que se aplica la inteligencia científica.

      Podemos decir a qué velocidad se mueve un objeto aproximadamente de nuestro tamaño, y en qué momento llegará a un determinado punto en el espacio. Si hay sonidos en nuestro espectro de audición, los oiremos. Si hay luz en nuestro espectro de visión, la veremos. También sabemos que hay sensaciones que no están a nuestro alcance. No estamos hechos para percibir ciertas cosas. ¿Quién habría adivinado que el Sol no gira alrededor de la Tierra, o que nos movemos por el espacio a toda velocidad, en lugar de estar quietos en un punto, o que la Tierra sobre la que estamos no es plana? Para descubrir nuestra ignorancia, hizo falta un observador sin prejuicios y un dato objetivo.

      Pero te podrías preguntar, ¿qué tiene todo esto que ver con la meditación?

      ¡Imagínate que el objeto de tu observación eres tú! Pero un momento, ¿por qué querrías observarte a ti mismo? Cuando tu madre te regañaba diciendo «mírate», se estaba refiriendo al barro de tus zapatos manchados de jugar en el jardín. No se refería a tu estado mental.

      Quizá descubras, como han confirmado investigaciones recientes, que no estás presente ni la mitad del tiempo que estás despierto, sino que prefieres vivir en un mundo ilusorio de sueños y fantasías, antes que personarte en tu vida real. Por muy bonitos que sean tus sueños, es probable, como confirma ahora la ciencia, que descubras que te sientes mucho mejor cuando estás presente que cuando no lo estás.

      Imagínate que vas al médico y te dice que, por una causa determinada, tu esperanza de vida se va a reducir a la mitad. Sin duda, a este hecho le prestarás atención. Si a continuación descubres que eres menos feliz si no estás presente, esto te resultará mucho más atractivo, especialmente porque no quieres ser infeliz.

      O quizá podría resultarte obvio que siempre tendrás más probabilidades de que todo salga bien, sin importar lo que hagas, estando presente. A lo mejor simplemente te gusta estar relajado, y darte cuenta de que el presente es más relajante que permitir que los pensamientos o las emociones te arrastren constantemente a los dramas del pasado y del futuro.

      La ciencia de la autoobservación es muy engañosa. Cuando el sujeto de nuestra investigación científica es el observado mismo, ¿cómo puedes saber quién observa a quién? ¿Quién es el observador? ¿Quién soy yo?

      No quiero estropearlo, mejor que leas el libro. Es un viaje fascinante. Basta decir que si nuestro asombroso sistema nervioso es incapaz por sí solo de percibir que estamos viajando por el espacio a cientos de miles de kilómetros por hora, y creemos que estamos quietos, desconfía de esa actitud arrogante y altanera del «ya lo sé» que inevitablemente nos atrapa.

      La verdadera cuestión es la mente humana, que nos enfrenta a todos al mismo dilema. Nos han convencido de que somos la mente, y de que esta es nuestro atributo más inteligente, y naturalmente creemos que tiene sentido usar la mente para conocer la mente. La mayoría de los científicos tienen este enfoque y no se dan cuenta de que es muy poco científico. La razón por la que siempre realizan ensayos clínicos aleatorios sirviéndose de placebos para saber si un nuevo medicamento es realmente eficaz es que no somos objetivos.

      Cuando se trata de la mente, los científicos ya «saben» la respuesta, del mismo modo que sus predecesores geocentristas también «sabían» que el Sol giraba en torno a la Tierra. Están convencidos de que se puede estudiar la mente con la mente. Sin embargo, si hasta el mejor científico es arbitrario respecto a un nuevo medicamento, puedes imaginarte las distorsiones que puede haber cuando intentamos usar nuestra mente condicionada para analizar la mente condicionada.

      Finalmente,


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