Los sellos secretos. Rafael Vidal

Los sellos secretos - Rafael Vidal


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guerrero, ¿qué es lo que te inquieta tanto? —dijo finalmente el Alto Sacerdote con un suspiro.

      —Me has hablado del sueño de creerse separado del Absoluto. ¿Cómo puedo despertar entonces de este sueño?

      —¡Esa es la clave! El deseo de despertar, la inquietud de despertar te llevará al despertar. Y el despertar solo se puede lograr a través de la muerte. Pero no te asustes, no me refiero a la muerte física, aunque esta sea a veces un paso necesario para ayudar al despertar. Cuando hablo de la muerte me refiero a la muerte a ti mismo, a lo que has creído ser hasta ahora, al sueño que has creído que era la realidad. Al negarte a ti mismo das un paso hacia la re-conscientización de quien realmente eres, puesto que tú no eres tú, sino que eres una parte del Absoluto soñando que eres tú.

      »El despertar, o lo que otros han llamado la iluminación, no es la pérdida de tu identidad, sino la re-conscientización de tu Verdadera Naturaleza. Pero para que esto se dé tienes que arrancarte tus máscaras, tienes que vencer a tus demonios, tienes que matar a tus egos. No te vayas a dejar engañar por tus egos. No te vayas a creer demasiado poderoso o demasiado sabio, ni demasiado humilde o demasiado generoso. No te vayas a creer demasiado bueno ni demasiado malo. No te vayas a creer demasiado terrenal ni demasiado espiritual. Todos estos son falsos egos. Todos son mentiras. Todos son parte del sueño de creer que puedes ser algo diferente o separado del Absoluto.

      »Lucha a muerte contra todas tus personalidades, todas tus etiquetas, todas tus apariencias. Solo derrotándolas puedes despertar de tu eterno sueño. Busca dentro de ti y allí, debajo de todas las capas de falsas identidades, al final de todas las máscaras, de todas las mentiras y de todos los sueños, está tu Verdadera Naturaleza, tu estado esencial, tu unidad con el Absoluto. Entonces descubrirás que siendo parte de Dios eres Dios mismo.

      »Para ello, guerrero, deberás morir una y mil veces. Pero, así como para despertar debes morir, también, para despertar, debes aprender a entregarte a la vida.

      »Estás en esta realidad tuya, así como en todas las demás, para reconscientizar tu Verdadera Naturaleza, para redescubrirte como el Absoluto mismo. Entrégate a la vida como se entrega un niño recién nacido al descubrimiento del mundo que lo rodea. Para despertar debes aprender a vivir en el Amor, y eso significa serlo todo. Vivir en el Amor significa descubrirlo todo en ti, descubrirte a ti en todo.

      »Despertar es ver el mundo bajo una nueva luz, es amar sin posesión, es disfrutar sin apego, es ser el servidor de todos y todo cuanto encuentres en tu camino. Finalmente, despertar es crear conscientemente. Para eso estás aquí, para Amar y para Crear, pues ambos son uno y lo mismo. Y cuando descubres que tú eres un co-creador, y que el universo entero te pertenece, se caen tus máscaras, se desvanecen tus egos, se desploman tus demonios. Lo paradójico es que solo puedes despertar a ese nivel de consciencia despojándote primero de tus máscaras, matando a tus egos y venciendo a tus demonios.

      —Pero ¿cómo puedo romper con la ilusión para despertar, si me dices que la ilusión solo se desvanece cuando logramos el despertar?

      —¡Ah! ¡Las paradojas de tu sistema de realidad! ¡Cambia tus paradigmas! No puedes alcanzar aquello que buscas si caminas pensando en tu objetivo. No recorras tu camino solo para llegar a tu destino, pues a este jamás puedes llegar caminando hacia él. Recorre tu camino solo para recorrerlo, porque el verdadero objetivo de tu camino no es otro sino el camino mismo. Cuando llegues al final de este no encontrarás nada, y solo entonces te darás cuenta de que lo único que tuvo valor fue el sendero en sí mismo.

      »¿Qué será de ti al final, si a lo largo de todo el recorrido solo pensabas en el destino, y dejaste de vivir tu tránsito a través del sendero de tu vida? No esperes a elevar tu nivel de consciencia para despertar, ni esperes despertar para elevar tu nivel de consciencia. Lo uno es lo otro. Ambos suceden en sincronía... pero solo si tú lo eliges. Si solo eliges esperar puedes esperar una eternidad antes de descubrir que siempre estuviste preparado. El poder está en ti. Tu gran poder es el de tu intención... el de tu intención llevada a la acción.

      —Y ¿cómo puedo empezar a despertar ahora? ¿Cómo puedo elegir despertar a partir de este momento?

      —Despertar es saber, más que conocer. Despertar es vivenciar, más que aprender. Despertar es vivir la vida, en lugar de buscar cómo disfrutar de la vida. Despertar es vivir tu momento presente a cada instante. Despertar es vivir intensamente todo lo que te brinda la vida. Despertar es vivir apasionadamente, sin miedos, sin culpas, sin rencor, sin tratar de esconderse del dolor. Despertar es liberarte de tus límites y tus creencias.

      »Cuando despiertas descubres que eres uno con el universo, con tu universo. Por eso, cuando despiertas ya no hay lugar para tus egos, tus miedos, tus máscaras y tus demonios. Cuando alcanzas la unidad con el Todo ya no necesitas vengarte pues nada ni nadie te puede herir, y ya no necesitas poseer pues nada ni nadie te pueden arrebatar lo que es tuyo, y ya no necesitas amarrar ni amarrarte a nada ni a nadie, porque ¿cómo puede sentirse solo aquel que lo tiene todo y lo es todo? Todo lo que tú desees tú lo tienes ya. Tú eres dueño de todo lo inmanifestado. Todo lo que tienes que hacer es crearlo. La materia es energía condensada. La energía es Consciencia. Tú eres consciencia. Tu eres un co-creador. Y puesto que tú has creado desde siempre tu realidad, puedes cambiarla en el momento que así lo desees, con tan solo cambiar tus pensamientos. Sé uno con Dios. Sé uno con el Absoluto.

      Las Religiones

      Nuestra conversación continuó al tiempo que nuestro paseo se extendía por el interminable jardín. Todo en este jardín parecía vivo más allá de lo que yo había conocido hasta el momento. Cada planta, cada insecto, todo parecía exuberante de vida.

      El Alto Sacerdote me miró con una expresión pícara reflejada en el rostro, como invitándome a decir lo que él ya sabía que yo diría. Me expresé sin reservas.

      —¡Entonces el Absoluto sí es Dios! —le dije al anciano, sin poder ocultar la satisfacción de sentir que estaba comprendiendo sus palabras.

      —Sí, el Absoluto sí es Dios, pero no el dios que tú conoces a través de las religiones, sino el Dios que esas mismas religiones han perdido. Las religiones han llevado al ser humano a guerras y masacres, todas en el nombre de Dios. Las religiones han llevado al ser humano a vivir en el miedo y el castigo, todo en el nombre de Dios. El ser humano ha usado la religión contra sí mismo, sin darse cuenta que al hacerlo se ha separado cada vez más de Dios, del verdadero Dios, del único Dios.

      »La religión debe unir, no separar. Las religiones fueron creadas para reunir al ser humano a Dios, pero al pretender unirlo definían su separación de Él. Las religiones además fueron utilizadas por los sabios dormidos como fuente de poder y medio de control, dejando escapar de ellas la esencia mística que contenían y que era el único lazo que tenían con Dios. Las religiones siempre presentaron a Dios como un gran ente poderoso que rige y dicta sobre la humanidad, y ante quien los seres humanos son impotentes. Por esto, las religiones solo sirvieron para escindir al ser humano de Dios.

      »Pero para el despertar final de la humanidad la religión será necesaria. La religión re-ligará al ser humano con el Todo, y así lo acercará por fin a Dios. Cuando eso suceda el ser humano recordará que Dios es el Absoluto manifestándose a través del Amor, y que él mismo es una de las manifestaciones del Absoluto. El ser humano recordará que nunca estuvo separado, que siempre fue El mismo conociéndose a Sí mismo.

      —¡Entonces las religiones son algo terrible! —dije lleno de cólera—. ¿Por qué Dios permitió que creáramos algo así?

      —Dios no permite ni impide y ya te diré por qué —me respondió el anciano—. Pero primero debes darte cuenta de que no existe nada bueno ni malo. Todo tiene un sentido y un puesto en el esquema global de la vida. Cuando te hablo de religiones, guerrero, te hablo de las estructuras humanas, no de sus esencias. La esencia de las religiones es la misma, y proviene siempre de la Fuente Original. La estructura visible de las religiones proviene del ser humano y es la que aparenta ser diferente. Es importante que sepas diferenciar esto.

      »Las religiones han sido un reflejo del estado de consciencia del ser humano, y han


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