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gustaría darle un nuevo giro al carrusel. ¿Cuál es la historia del derecho internacional? ¿Cuál es la historia del poder? ¿Es acerca de la producción, divulgación y transmisión de conceptos jurídicos? ¿Qué es aquello que hace algunos conceptos jurídicos exitosos y a otros no? ¿Son las instituciones o algún movimiento o evento externo? ¿Es la historia del poder, del imperio o la idea del imperio que de alguna manera se reproduce en distintas épocas y momentos? No estoy haciendo esta pregunta solo para darle un giro al carrusel, pero más específicamente me gustaría saber cómo se relacionan con esto cuando enseñan.
Segunda pregunta del público
Creo que un aspecto en el que todos estamos de acuerdo es que debemos desafiar las visiones eurocéntricas de la historia del derecho internacional; pero mi pregunta ética, metodológica y política, es ¿qué debemos o podemos hacer cuando hay lecturas Whiggish, anacrónicas y poscoloniales del derecho internacional? Algo que siento mucho en el área de derechos humanos es que hay reivindicaciones poscoloniales en contextos poscoloniales que son muy Whiggish en su naturaleza. ¿Cómo podemos interactuar cuando se está haciendo historia anacrónica?
Tercera pregunta del público
Aprecio profundamente las reivindicaciones detrás de todas sus posturas, pero ¿no es el derecho siempre la respuesta a la pregunta hecha por la historia del derecho internacional, el propósito de esa pregunta? Voy a elaborar. Siento que cuando ustedes dicen que nosotros contamos la historia del derecho internacional, la única manera en la que podemos modificar esos escenarios potenciales que van a gobernar las relaciones futuras es a través el derecho, especialmente si estamos refutando la naturaleza justa, la fidelidad, el propósito humano de los tratados o acuerdos internacionales, por ejemplo.
Cuarta pregunta del público
Soy una estudiante doctoral tratando de lidiar con los métodos y desafíos interdisciplinarios, y me gustaría escuchar sus opiniones y experiencias sobre cómo lidian con las comparaciones. Siento que toda esta discusión tiene que ver con cómo se comparan las cosas, eventos, tiempos, países. Siento que esa es una cuestión importante.
Martti Koskenniemi: La primera pregunta fue sobre la manera en que el derecho crea sus conceptos y los divulga, cómo les explicamos a los estudiantes esas fuerzas determinantes y qué hace que el derecho se convierta en algo y forme una institución en un cierto punto de la historia en el que privilegie algunos intereses sobre otros. Esa es una pregunta verdaderamente difícil, y para poder contar la historia jurídica en términos de esas causalidades, debemos leer todos los libros jamás escritos. Así que el Cambridge University Press debería esperar hasta el apocalipsis y más allá antes de que este libro que estoy preparando esté listo.
Creo que mi trabajo sobre la historia espera causar un efecto en el lector. Yo tengo mis propias políticas sobre lo que ha hecho del mundo el desastre que es. Tengo una idea clara para sobre quiénes son los malos y quiénes los buenos. Ahora, todo esto está en el fondo influyendo en la escritura, pero también están las novelas que leo de vez en cuando, y eso hizo que me interesara en la escritura de la historia como literatura. Esas novelas me enseñaron la manera en que causas un efecto en el lector, de modo que el lector permanezca interesado e incluso persuadido por el texto. Algo que he aprendido es que se puede fracasar miserablemente si se trata de mantener el interés del lector tratando de atragantarlo con una conclusión preconcebida de cómo es el mundo.
He dicho en otras oportunidades que soy un experto incompetente, porque no sé cómo debe ser gobernado el mundo para que deje de ser un desastre. ¿Cómo escribo en esa situación? Escribo de una manera en la que el lector no se sienta alimentado de una historia marxista a medio cocinar sobre grandes corporaciones o sobre las fuerzas materiales de la sociedad que determinan los conceptos jurídicos, etcétera. Nunca pongo ese tipo de ideas en mis textos, pero lo que he aprendido de las novelas, en especial de las novelas clásicas, es que la tragedia es un género que usualmente logra capturar la habilidad de las personas de seguir la historia, a menudo a través de sus propias experiencias. De modo que estas personas son capaces por sí mismas de llenar los puntos que yo no puedo llenar por ellas.
No quiero producir soluciones; por el contrario, quiero llevar al lector a un lugar en el que se pueda decir que “sí, este es un mundo que reconozco, puedo identificar estas paradojas y problemas, estas tragedias, sé que están ahí”. Mi experiencia me indica que no puedo llenar los vacíos del lector. Yo sé quiénes son los malos y cuáles son las fuerzas que han causado este desastre, y sé lo que este autor está tratando de decirme. Así que si eres un lector como yo y el autor te dice “ergo, es por esto por lo que el mundo es así”, dirías inmediatamente que eso no puede ser así, pues es muy simple. Siempre les digo a los lectores que piensen por sí mismos, que ahí tienen unos materiales y traten de organizarlos de modo que el tipo de perspectiva que adopten no sea la perspectiva del mundo que yo tenga. Yo sé que no seré invitado más a conferencias luego de revelar esto y probablemente Cambridge me termine el contrato.
Anthony Anghie: Hemos estado discutiendo derecho e historia, pero realmente hemos hablado sobre literatura. En cierto sentido, pienso en cómo Nostromo aplica a América Latina actualmente. Una de las cosas que Joseph Conrad mencionó es que su ambición por sobre todas las cosas era hacer que las personas vieran. Eso es lo que estoy tratando de lograr, no dar una respuesta sino lograr que las personas vean, lograr convencerlas de que hacen parte de este mundo y que hay conexiones y relaciones con las que ellas están comprometidas. Puede que estén en el Congo, pero eso es parte de la condición en la que nosotros compartimos una porción y luego tenemos que responder, así que esa sería la manera en la que presentaría eso.
Respecto a la segunda pregunta, creo que tienes unos autores en mente que no hemos mencionado y pienso que deberíamos discutir sobre ellos y algunos textos en particular. Nosotros reivindicamos ser políticos y querer otro mundo, pero para lograr que ese mundo sea una realidad al final necesitaremos retornar al derecho, necesitaremos crear un tratado que prohíba las armas nucleares o que detenga la degradación ambiental y así sucesivamente.
Creo que en eso se basa la idea del derecho que hemos cuestionado aquí continuamente. Estamos atrapados en una situación complicada. Muchos operamos en distintos niveles al tiempo. Todos queremos un tratado que prohíba las armas nucleares, pero al mismo tiempo entendemos que nuestra visión crítica entiende que solo hay complicaciones asociadas con ello.
Esto es un problema del TWAIL, pues tenemos una visión tan crítica del derecho internacional que deberíamos deshacernos del derecho en su totalidad, porque luego de que haces la crítica no queda nada en pie y estaríamos contradiciendo nuestra propia crítica. Esa es una tensión que hemos sido incapaces de resolver. Pero, desde un punto de vista práctico, admitimos que sí, habría sido bueno que al menos el caso de las Islas Marshall hubiese sido distinto, pero sabemos que esto es solo una parte de una situación mucho más compleja. Hay otro tipo de respuesta que surgió en otra oportunidad ante la pregunta de cómo las poblaciones indígenas expresan su realidad sin los protocolos del derecho; en otras palabras, hemos llegado a una idea tan radicalmente distinta de la sociedad, del orden, de la gobernanza, del medio ambiente, y ese radicalismo no puede contenerse en una idea del derecho. Así que siento que tenemos la misma pregunta ante una situación concreta en ese contexto, y siento que es una pregunta bastante urgente, pero no estoy seguro qué más puedo decir al respecto.
Anne Orford: Sobre la primera pregunta, nunca he podido saber qué es el poder ni he podido saber qué es exactamente lo que tienen en mente las personas cuando me preguntan al respecto. Tengo una aproximación ligeramente distinta a la de Martti, cuando se enfoca en la imaginación de los abogados como individuos, o en la idea de David Kennedy, de personas con proyectos, o en la idea de Quentin Skinner, sobre innovadores ideológicos. Creo que ellos personifican teorías de poder, de cambio y de historia en contra de las que estoy tratando de trabajar, hasta cierto punto. Siento que hay cierto individualismo ahí, pero no estoy segura de si es parte de la autorrepresentación en cuanto a cómo se mueve en el derecho.
He pensado esto también en relación con un artículo que estoy escribiendo acerca de cómo son recordadas las revoluciones en el derecho internacional y en la historia. Hay una manera en la que se puede escribir, digamos a propósito de la