Luz Pura Solar. Fernando Sampedro Redondo
esta le falta o deja de ser pura. El ser humano no sabe que vive en un campo cósmico de energía2 de Luz Pura hasta que se va desconectando de ella, enredado en sus propias limitaciones, en sus campos de pensamiento-sentimiento negativos y se vuelve opaco a su esencia. Cuando esta opacidad se vuelve crónica en nuestro cuerpo bioenergético, vamos perdiendo paulatinamente la conexión con nuestra esencia y empezamos a enfermar sin darnos cuenta. El problema es que, como sociedad, hemos dado por normal este estado enfermizo de opacidad que explicaría muchos de los deterioros físicos comunes.
Esta energía entra a nivel celular y el cuerpo la procesa transformándola en información útil. Por ejemplo, cuando en un día frío de invierno sale el Sol entre las nubes, inmediatamente sentimos el placer de su calor, pero en realidad, si lo midiéramos con un termómetro, el mercurio tardaría en subir y además no lo haría notablemente.
El cuerpo procesa la información solar, sus distintas gamas de frecuencias lumínicas, y responde a ellas, por ejemplo, fabricando vitamina D.
De hecho, los rayos X y los escáneres de resonancia magnética se basan en la medición de frecuencias vibratorias de energía no visibles por el ojo humano.
De todo el mundo es sabido como avisan los huesos cuando va a cambiar el tiempo, o como el cuerpo está más equilibrado y positivo cuando hace un día excelente de Sol. El cuerpo percibe esta coherencia lumínica emitida por el Sol.
Con este idioma de luz la Luna mueve todos los días toneladas de moléculas de agua generando las mareas con su campo gravitatorio, con su luz, con su energía. Aunque la ciencia hoy en día dé una explicación lógica a este fenómeno, a mí me parece simplemente mágico. En algunos hospitales las estadísticas indican que en los días de Luna llena aumenta el número de partos naturales. Hay múltiples ejemplos de la influencia de la luz en el ser humano; el porqué funciona así lo dejamos para que nos lo expliquen los científicos.
Podríamos poner muchos más ejemplos pues todo es un gran campo de energía, estructura e información codificada en forma de luz que nuestro cuerpo procesa, lee y biocodifica.
Nosotros nos centraremos en los procedimientos espirituales para educar al cerebro a manejar esta luz.
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Integrando el ser en biología
Tu esencia en las estrellas, también llamado tu «Yo Superior», irradia constantemente su luz hacia tu cuerpo físico. Cuando estás iniciado a la Luz Pura se abren tus centros superiores de consciencia y esta energía fluye con naturalidad por el canal central hasta tu octavo chacra, irradiando la luz necesaria para crear, regenerar y dar forma a tu cuerpo bioenergético. Cuando activas conscientemente esta conexión directa a tu esencia en las estrellas, generas un flujo de Luz que renueva tu campo áurico constantemente con energía limpia, no distorsionada con los campos de pensamiento-sentimiento del ambiente terrenal.
Esto hace que tu esencia fluya de nuevo por tus chacras y meridianos convirtiéndolos en una fuente irradiante de luz estelar que impregna de vida tu cuerpo. Cada parte del cuerpo vibra en una frecuencia estable de ondas de luz que, al concentrarse, da lugar a la materia tangible. Para que el cuerpo físico se vaya equilibrando en el proceso de ascensión debe ir ajustándose a los nuevos ritmos de la Tierra, el Sol y los planetas. Ajustar con precisión el campo electromagnético y fotónico del cuerpo físico hasta lograr el sincronismo con los nuevos ritmos del sistema solar es un paso imprescindible para integrar y mantener nuestra presencia espiritual completa en biología.
La Tierra ha aumentado más de un 40% su vibración interna en un periodo muy corto de tiempo.3 Este cambio forma parte del proceso de ascensión planetaria. A la vez, el sistema solar ha entrado, según la NASA, en una nube de fotones, campo atómico de luz que, desde mi punto de percepción, propicia que la opacidad de nuestros cuerpos se diluya. Esta nube de fotones había sido anunciada por los pleyadianos y antes por los mayas.
Las competencias a desarrollar como seres humanos en proceso de adaptación a la nueva realidad planetaria son amplias y variadas. Una fundamental es la de ser capaces de mantener nuestro cuerpo espiritual irradiante de luz y estable mientras drenamos de nuestro cuerpo físico la baja vibración almacenada en él durante nuestra vida. En este libro te damos las pautas para regenerar tu cuerpo de luz, práctica esencial en el proceso de ascensión.
Al liberar la baja vibración almacenada se puede producir un desajuste en cualquier parte del cuerpo físico que hace que este pierda coherencia y manifieste síntomas de enfermedad no resuelta o dolores antiguos. Estos dolores no son causados por la alta vibración; son cicatrices internas o restos de enfermedad que el cuerpo había empaquetado para poder mantener su equilibrio y subsistir; lo que ocurre es que estamos haciendo fluir la vida de nuevo con más fuerza y el cuerpo aprovecha para sanarse, rehacerse y reequilibrarse en una octava más alta.
La baja vibración almacenada en nuestros cuerpos se compone principalmente de toxicidad mental, emocional y química; el cuerpo la ha neutralizado archivándola en forma de miasmas y tumoraciones. El aumento del nivel vibratorio general puede hacer que se generen atascos de luz en esos lugares. Al liberar estas acumulaciones de baja vibración hemos de gestionar de nuevo las emociones y las toxicidades físicas acumuladas. Esto implica sin duda un aumento de nuestra destreza para mantener en equilibrio nuestro campo bioenergético y nuestra biología, siendo imprescindible rehacer constantemente nuestros cuerpos de luz desde las estrellas para biocodificar la nueva información.
Si la Tierra y el sistema solar vibran más alto, nuestras células y tejidos han de adaptarse integrando el nuevo ritmo atómico-molecular y soltar al antiguo. Este nuevo código de luz nos permitirá acceder, a nivel de ADN, a funciones que estaban desactivadas en el anterior nivel vibratorio; se nos abrirán nuevos menús de opciones que con entrenamiento aprenderemos a aprovechar. Los cuerpos de luz creados desde nuestro ser se fusionan e integran en nuestro cuerpo físico a través de la bioenergética.4
Esta estructura bioenergética emite constantemente un campo de información, generando el molde espiritual desde tu esencia, que es leído e integrado por tu cuerpo, aportando, entre otras cosas, la conexión del ser en biología, lo que algunos llaman la «presencia». Este campo de energía estructura tu individualidad a través de las capas del aura, los chacras y los meridianos.
Una estructura bioenergética fluida y estable, equilibrada e irradiante, hace que la vida circule plenamente por nosotros. Esta fluidez cristalina de nuestra esencia por el cuerpo es imprescindible para la buena salud y la plenitud vital. 5
Si deseamos recuperar nuestra fluidez vital hemos de dar la vuelta al orden de las cosas: ¿qué fue antes, el cuerpo o el espíritu? En el proceso de ascensión tomas consciencia de que el campo de información espiritual da origen a la biología generando el plano y la estructura de organización etérica necesaria para que la biología se organice creando un cuerpo humano, un perro, o una planta. Sin el campo coherente de luz espiritual la biología dura muy poco; sin ese molde etérico el cuerpo físico empieza a deteriorarse y va generando enfermedad. Si le cerramos totalmente el acceso a la luz el cuerpo puede llegar a descomponerse a una velocidad vertiginosa, como ocurre en el caso de una infección virulenta en donde el campo de información generado por el microbio atasca totalmente la entrada de luz.
Digamos que nuestro espíritu genera el plano e irradia el molde para que, a partir de ahí, nuestros átomos, moléculas y células se organicen creando formas más complejas de estructuración biológica autopensante y con posibilidad de ser auto-conscientes de sí mismas. Un paso en esta espiral de ascensión es ser autoconscientes de nosotros mismos. Dependiendo de ese grado de autoconsciencia podrás programar tu pensamiento, pasando de ser exclusivamente el pensador a ser además el programador de tu sistema de generar pensamientos.
Según el nivel de evolución individual, al principio lo normal es situarte en el cuerpo como un robot biológico presa de su propia programación adquirida en su familia de nacimiento y cultura del país, raza, sexo, etc. En ese nivel