Los muertos pasean desnudos. Omar Lara
me ahogo en ella
y yo la bebo
y viene una vez más
otro y otro oleaje
que me nace y me pare
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La Ría en U
revoloteo
entretanto
mi lengua se ha hecho caracol
casi inconsciente
tragada en la vorágine
por el ciclón dulcísimo
remolino dijera
dijera santo seña
dijera
por la fuerza centrífuga
del agua milagrosa
ella me traga y yo
al mismo tiempo
la trago
más suave que un suspiro
de humedad y calor
y la guardo
y la guardo
y la hago ya memoria
huracán de memoria
y la guardo dijera
en el cuenco arenoso
de la memoria
que hizo la memoria.
(Panamá/Santiago, 3 / 4 de marzo 2009)
LOS SUICIDAS
Los suicidas conversan plácidamente
se saludan
preguntan por la familia
si algo anda mal expresan
su profunda consternación
y le desean una pronta mejoría
los suicidan van al bar preferido
beben un aguardiente de finas perforaciones
y dejan una propina normal
ni más ni menos
una propina normal
los suicidan van al correo postal
preguntan por una carta extraviada hace tiempo
donde le ofrecían un trabajo
que ahora no le vendría nada mal
los suicidas ocultan unas botellas
bajo la tierra
a vista y paciencia de dos caballos
que pastan en la tarde
miran los suicidas
se obstinan
en la escena perdida
de una tarde nohualhue
y de pronto
se hace la luz
se hace el recuerdo
y el recuerdo fluye victorioso
como un lieder de schubert
o un pincel de durero
los suicidas entran al cine
de la mano de una mujer de nombre pálido
los suicidas se baten a duelo
los suicidas se baten en retirada
los suicidas alzan la copa y brindan
los suicidas alzan el vuelo
los suicidas nadan contra la corriente
los suicidas
nada
los suicidas no se andan con chicas
una chica con la que anduvieron
en los caminos polvosos de la aldea
tiene que ver
pre
ci
sa
men
te
con la historia
de la apabullante memoria
por eso
los suicidas
no (se) andan
con chicas
los suicidas sueñan con un hijo
y le escriben con qué derecho
te he traído a este lado
de la realidad
desde la realidad escriben los suicidas
una carta con encendida calma
en la que queman los últimos cartuchos
se queman las pestañas
se queman el alma en la puerta del horno
los suicidas beben agua en grandes cantidades
según el consejo de la campesina
y se cohíben cuando una señora
que apenas conocen
le reprochan el consumo de sal
el consumo de alcohol
el consumo de amor
prometen enmendarse en el futuro
y entonces la señora que apenas conocen
complacida con esta promesa
les da de nuevo con un palo y duro
también con una soga
ay, césar
yo no sé
los suicidas jamás escribirían
jamás entonarían
jamás llevarían el compás
jamás jamás jamás
de esa canción piaf
el suicida sí se arrepiente
de muchas cosas se arrepiente
del exceso de sal
del exceso de alcohol
del exceso de amor
y de otras
otras cosas
IMAGEN OLMECA
Me gusta esa mujer
con las rodillas juntas
y los brazos cruzados
y los ojos cerrados
y la cabeza gacha
y la mollera cruda
Yo voy a esa mujer
con las rodillas juntas
y los brazos cruzados
y los ojos cerrados
y la cabeza gacha
y la mollera cruda
yo voy a esa mujer
¿Ha pensado en el sueño
de abrirnos las rodillas
de descruzar los brazos
de despertar los ojos
de elevar la cabeza
de ardernos la mollera?
Me gusta esa mujer
Yo voy a esa mujer
tiene un ala y yo tengo
la garra
yo sueño esa mujer
pareciera
que a veces
también ella