La nave de Teseo. Acuarelas Alemanas
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Acuarelas Alemanas
La nave de Teseo / Acuarelas Alemanas. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-0618-4
1. Poesía Argentina. I. Título.
CDD A861
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Prólogo
Y animada por el vaivén de la prosa y el encanto de su cadencia, he de dejarme llevar y escribir el relato de la hermosa experiencia de viaje que Teseo y su nave me han ofrecido.
Acaso resulta imprescindible el poder localizar el relato de un amor que se filtra con su luz de manera incandescente y que nos incita a recorrer una serie de aventuras plagadas de colores y fragancias; las cuales ceden su paso en búsqueda de la certeza de la felicidad.
O acaso la posibilidad de detectar dónde nace la fuerza que la inicia, pesquisando el recorrido que realizan los que, en nombre del amor, sufren todo tipo de avatares y misterios sin testigos.
Afortunadamente, la sensación de hallazgo y resolución del misterio amoroso se acaba en el mismo instante en que nos damos cuenta que en realidad todos acarreamos nuestro propio fantasma Inmortal cuyo velo nos impide pesquisar que el amor no es sin infortunios y desencuentros.
El motivo del deseo es aquel que motoriza a los amantes a vivir con total frenesí el equívoco de los cuerpos y permitir que la eternidad se abra paso a las fuerzas que el espíritu anhela envuelto en el erotismo de la mística que la autora propone.
Se trata del nombre que se inscribe sobre el Otro nombre, ese que permite el despliegue del fantasma para poder dar vida a toda una serie de relatos y el que permite entender el juego y la vitalidad que se manifiestan en el correr de las páginas y los albores del amor.
Finalmente, el impulso creativo que se dispara a partir de la experiencia amorosa es aquel que garantiza nuestra supervivencia y nos mantiene unidos; integrados a su vez al deseo inconciente de reposo y de regreso; de disgregación total para poder así sobrevivir al Inmortal y su deseo.
Fanny Fenley
Buenos Aires
25 de febrero de 2020
“Siempre, siempre: jardín de mi agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre (...)”
Gacela del amor imprevisto,
Federico García Lorca.
Globo rojo
Inmortal
pequeño fantasma
ya no respondo a mi nombre de niña y caramelo
me muevo y giro cuando inmóvil la piel de mañana ayer y tortuga
se aferra ahora tal vez a las paredes de la casa.
Hablar de amor es gramófono cassette Frank Sinatra y lo sé
lo sé
ya sé
que estaba rota reconstruida de muertos anónimos
y ni un fragmento nacido de tu mano en la culpa que te sudo por la palma
pero es la sed el punto y aparte. Es la sed quien me quita la voz
y quien te quita.
Si pudiera quedarme todos los relojes de Dalí anunciarían tu ausencia
el hielo de este infierno que domino y no
que olvido y no
como la costra bajo la uña pintada de amatista
la persistencia de lo inevitable el crujido lento y la arena
la promesa del vuelo en esta metamorfosis grotesca de hambre
y dolor bajo la capa políticamente correcta que arde
en la absolución que no llega
y no
no respondo a mi nombre cuando todas mis muertes me penetran y soy buena
y soy mala en esta celda de insatisfacciones necesarias donde hablar de amor
es tu carne o mi carne escalera caracol y medusa
el gato en la caja
el eterno retorno y no cierres los ojos
voy a contarte una historia:
Yo jamás te conocí.
Recuerdos de mañana
Mi madre escupió sobre la cruz, Inmortal,
la misma que mi padre veneraba
cuando aquí estoy en esta libertad que me carcome
y
¿alguna vez te dije, Inmortal,
alguna vez
que fuimos antes de ser en nuestros padres
este vaso de whisky y esta tinta?
La muerte del venado
Bebiste el barro del río y nombraste la guerra de ojos abiertos
cuando al norte y al sur rotos de banderas libres dejamos de ser
sin remordimientos ni piedades sofocadas cuatro tazas de café
y la noche a tres líneas de tu cocaína favorita y el libro que nunca fue
con tu pulgar negro en el martillo negro de la negra mano vaciando
el cargador sobre la bestia innecesaria y cuando te rompés ella sabe
que estás detrás de la puerta con tu palma de humo y ya no importa
la borrasca/medianoche ni la muerte del venado ni el grito de la reina
porque hacemos silencio en reverencia a la niña/caracol que se pregunta
por tu nombre en su devenir equilibrista entre Eros y Tánatos donde la fiebre
la muerde por los poros y el amor se le seca carne adentro
como otro río de historias oxidadas.
(eras eterno diciendo la guerra donde la hembra sangraba)
Borboleta
Que no sea en vano la labor de la araña de los libros
aquí la enfermedad que nos corrompe el ansia de imaginarnos
en la noche como ciegos el relato que fue en la ocasión de tanta carne
la sorpresa amanecida en vos y en mi ahora ayer en esta geometría imperfecta donde arrastramos nuestros nombres en posdata cuando mi sangre muere en mí porque debía y es libre la tuya en la inconstancia de otra carne más debida
clara y posible y que no sea en vano el entramado feroz por delicado
de la metáfora ancestral por la que fuimos desde la niebla hacia el olvido
la extraña palabra y el agua que sobre el agua se niega de Túnez a Portugal
que no sea este sepia en la mirada equivocada el asombro ante los libros