Escuelas de psicología: un breve recorrido por las teorías de la personalidad. Marlon Mayorga Lascano
Creencias Intermedias
Pensamientos Automáticos
Tipos de Pensamiento Automático
Manejo de las Distorsiones Cognitivas
A Manera de Conclusión de la Terapia Cognitiva
Semejanzas
Diferencias
Salvador Minuchin y la Terapia Familiar Estructural
Estructura Familiar
Pautas Transaccionales
Límites de los Sistemas
El Concepto de Holón dentro de los Sistemas Familiares
Estadios de Formación
Funcionamiento Familiar
Comunicación Familiar
Terapia Familiar
Caso de Estudio
Análisis
Paul Watzlawick y la Teoría de la Comunicación Humana
Sistemas de Retroalimentación Circular
Redundancias
Relación Simétrica y Relación Complementaria
Niveles de Comunicación
Dificultades y Problemas
Terapia y Teoría de Juegos
A Manera de Conclusión de la Terapia Familiar Sistémica
Conclusión
Referencias Bibliográficas
A los orígenes de mi sangre
y al origen de mis sueños...
El presente libro explora la construcción de la personalidad, el conjunto dinámico de características personales de un individuo, expresadas a través de su comportamiento concreto en diversos ambientes. Recorre una evolución parcial del constructo, partiendo de los siempre categóricos tipos de personalidad, para luego pasar al enfoque de rasgos o sumatoria de rasgos, hasta llegar a un modelo dimensional de la personalidad. Posteriormente dedica capítulos subsecuentes a las Tres Fuerzas de la Psicología, que permiten profundizar la comprensión de la personalidad a través de los autores que las representan: el Psicoanálisis y lo psicodinámico, de la mano de Freud, Jung y Adler; el Conductismo en sus modalidades Respondientes, Operantes y de Aprendizaje Social (Watson, Skinner y Bandura); y el Humanismo con Maslow y Rogers. Finalmente, se revisan las dos tendencias de mayor incidencia actual: la Terapia Cognitiva y la Terapia Familiar Sistémica, donde la personalidad se construye a partir de las cogniciones recurrentes y las formas habituales de interacción con el ambiente familiar, respectivamente. El texto fatiga, pero no agota el tema explorado y aspira a despertar mayor interés investigativo en sus lectores.
Según ha señalado Jorge Luis Borges1, para Carlyle, la Historia Universal es un enorme texto que continuamente leemos, que continuamente escribimos y en el cual también nos escriben. El hombre que contempla el vasto libro de la historia, es al mismo tiempo un símbolo de esa misteriosa criptografía. Así, cada autor que trabajosamente forjó una forma organizada de entender al fenómeno psíquico (es de uso común llamar a eso Escuela de Psicología), y al hacerlo nos legó un ignorado modo de concebir al ser humano, terminó por convertirse en el símbolo de su enfoque y en mayor o menor medida, de la propia Psicología.
Recordemos además, que cada uno de nosotros, cada uno de los estudiantes que descuidadamente hojea este libro, ha de simbolizar el día de mañana algo que aún ignora y ha de contribuir con una partícula o una montaña a la incesante construcción y deconstrucción de la Psicología. ¿Quién es el rey, quién puede jactarse de ser un simple peón?
1 Parafraseado de J.L. Borges, Otras Inquisiones (2002).
Profundizar en la comprensión de la personalidad, como una organización psíquica responsable del comportamiento característico del sujeto, expresado en diversos ambientes, que mantiene una relativa estabilidad a lo largo de la vida y se ha construido sobre la base del temperamento y el carácter, ha merecido un amplio nivel de atención y estudio por parte de la Psicología. El constructo ha sido entendido como una forma de constitución física y estructura mental particular de cada individuo; como cualidades básicas de los sujetos que los caracterizan de manera consistente en contextos disímiles; como una sumatoria organizada de factores contenidos dentro de superfactores o dimensiones, que se presentan en mayor o menor medida en todas las personas.
Sin embargo, esta progresión que transita entre los tipos, los rasgos y las dimensiones, no ha agotado el concepto. Los más destacados representantes de las principales Escuelas de Psicología, han enfocado el término desde sus teorías particulares. Así Freud, padre del Psicoanálisis, crea un modelo explicativo de la personalidad, constituido por un grupo de regiones psíquicas (Consciente, Inconsciente y Preconsciente), habitado por una serie de personajes psíquicos (Ello, Yo y Superyó) y movilizado por un potencial de energía específico. A partir de dichos contenidos y las fuerzan que emanan o que los constriñen se desarrolla la personalidad, misma que debe atravesar una serie de etapas (psicosexuales) de formación, que no excluyen la ocurrencia de fascinantes fenómenos intrapsíquicos.
Más tarde, Jung, teórico disidente del Psicoanálisis y creador de la Psicología Analítica, también sondea la personalidad y para hacerlo concibe una estructura psíquica tripartita: Consciente personal, Inconsciente personal e Inconsciente colectivo (concepto pasmoso que integra a Oriente, la trascendencia de la naturaleza humana y los símbolos de la mitología y se encuentra más cerca de Platón que de Freud, su otrora mentor). Adler, otro disidente del Psicoanálisis, a través de Psicología Individual confiere mayor flexibilidad a la personalidad o estilo de vida, pues la conjetura engendrada por la interacción dinámica de metas adaptativas, esquemas aperceptivos y sentimientos de inferioridad, términos todos, sujetos al cambio y la evolución en aras de la adaptación a circunstancias y exigencias sociales.
Como reacción antitética a las posturas anteriores, que para explorar la personalidad se sumergen en lo profundo e insondable del fenómeno psíquico, irrumpe el Conductismo, postura empírica que se aleja de cualquier categoría inobservable y se centra en el estudio específico del comportamiento observable y los estímulos ambientales que la permiten, a partir de lo cual llega a concebir a la Psicología como la Ciencia de la Conducta. El recorrido del Conductismo es ensamblado por Watson, Skinner y Bandura, quienes respectivamente, conciben a la personalidad como una serie conducta que se ha condicionado tanto, que se ha vuelto completamente característica para el sujeto, a partir de la acción de estímulos ambientales, refuerzos que la misma conducta ha ocasionado, además de la acción del Aprendizaje Social.
Continuando el proceso de desarrollo de la Psicología