Futuros maestros: búsqueda y construcción de una identidad profesional. Valeria Bedacarratx
queda doblemente aludida en este trabajo: el proceso de formación de los estudiantes de profesorado, como objeto de estudio, y el propio proceso de formación, como posibilitador y marco de la presente producción.
¿Por qué centrarse en el proceso y no en los resultados? Desde la perspectiva sostenida en este trabajo, mostrar el proceso de investigación implica historizar la construcción del objeto de estudio: qué preocupaciones y en qué contexto histórico-social el objeto pudo ser pensado-creado-indagado. Y esto con la intencionalidad, no de exponer exhaustivamente la cronología de la investigación, sino de describir el conjunto de elementos que permitirían comprender las condiciones de producción en las que el trabajo se ha desarrollado. Asimismo, entendemos que mostrar el proceso de formación conlleva un trabajo de explicitación del propio posicionamiento y de los movimientos provocados por la experiencia de pensar e intervenir en el campo y en la vida universitaria de posgrado.
Así, esta introducción pretende constituirse en la puerta de entrada que, a través del relato narrado, invite al lector a conocer los primeros pasos en este camino[1] ¿Cómo y dónde demarcar estos “primeros pasos”? ¿En el inicio de mi actividad profesional (en que comienzo y continúo trabajando en un espacio de la formación de maestros de nivel primario que incluye las primeras prácticas de los estudiantes)? ¿Sobre el final de mi carrera de grado (cuando la titulación implicaba el haber atravesado un período de práctica docente en alguna institución de nivel terciario)? ¿Antes aún, cuando comenzaba a transitar el campo de las ciencias de la educación e hipotetizaba sobre la nodal importancia de la formación de los docentes de primaria para la construcción de un proyecto educativo alterno al que me había tocado vivir como alumna en los diferentes niveles del sistema educativo?
Evidentemente los momentos antes señalados, todos, parten de un trayecto de formación más amplio, en sí mismos dan cuenta de un conjunto de movimientos que implicaron el ir reflexionando la cuestión de la formación (docente) desde diferentes lugares y posicionamientos. No pretendo aquí re-recorrer ese camino, mas sí relatar cómo y en qué condiciones empecé a imaginar el proyecto de investigación de que es objeto esta tesis. Por ello, más que preguntar por el origen del conjunto de preocupaciones, inquietudes, deseos, fantasías que se entrecruzaron (mezclaron, enredaron) en el desarrollo de la investigación, me interesa abordar la pregunta de cómo comencé a idear la posibilidad de investigar acerca de la formación, la identidad y la práctica docente.
En este sentido, el trabajo en la “orientación de prácticas”[2] en el que inicié mi carrera profesional, implicó una fecunda posibilidad de formular (quizá más sistemáticamente que en otros momentos) e intentar resolver (desde un involucramiento y responsabilidad mucho mayor que en otras circunstancias) un conjunto de preguntas en torno a los fenómenos que dicho trabajo conlleva. Por ello, los primeros pasos –que contribuyeron a hacer el camino de este proyecto– podrían ser pensados como la metamorfosis de un conjunto de pre-ocupaciones e interrogantes generados en la práctica profesional en la formación docente: movimiento en el que paso de docente a investigadora, y a partir del cual puedo volver a pensar mi práctica, a pensar-me y a procurar comprender la complejidad de los procesos en los que me encuentro involucrada.
Así, algunas de las preguntas desde donde el proyecto de investigación empieza a tomar cuerpo estaban directamente vinculadas a un interés práctico, referido, fundamentalmente a dos cuestiones básicas: ¿qué se podría hacer desde la formación de grado para que los futuros docentes puedan asumir responsable y críticamente la dimensión intelectual, ética y política de su labor? Y ¿cómo la formación podría propiciar algunas de las condiciones para que los futuros docentes puedan ejercer su profesión desde el lugar de intelectuales transformadores?[3]. Preguntas que, luego, pude repensar en términos de: ¿cuáles son las condiciones requeridas para que la formación tenga lugar?, pregunta engarzada con otras:
¿Cómo inciden los encuadres pedagógicos en los que se enmarcan los períodos de prácticas en la conformación y/o transformación de la identidad profesional?
¿Cómo estos encuadres permiten rescatar aquellas representaciones que están informando las prácticas de los estudiantes de profesorado?
¿Cuáles son los límites y posibilidades de la formación de grado para modificar los esquemas prácticos y modelos pedagógicos internalizados en los estudiantes durante toda su historia escolar?
Por un lado, estas preguntas denotan el interés por construir un conocimiento en torno al fenómeno a indagar que permitiera innovar, cambiar, transformar algunas prácticas con el fin de optimizar las condiciones de mediación por las que los alumnos futuros docentes se forman. Por otro lado, fueron el sustento desde donde inicié una búsqueda teórico-conceptual que sirvió de base para la formulación de nuevos interrogantes y la reformulación de aquellos primeros. En este sentido más que estar orientada a dar respuesta a las preguntas antes señaladas, la indagación se centró en la intencionalidad de acercarse a la complejidad del fenómeno y, desde allí, aportar elementos para su comprensión.
De todas formas, este trabajo, que permitió ir conformando el campo problemático que nos ocupa, nunca dejó de estar movilizado por aquellos intereses que me embarcaron en la actividad investigativa. Así ¿qué tan formativa puede ser la instancia (de prácticas) en sí y qué tanto, desde la orientación de las prácticas, se pueden actualizar las potencialidades formativas de la misma? podría considerarse como una de las preguntas centrales que origina el proyecto y que lo mueve en sus diferentes instancias.
Pero más allá del interés práctico, algunos supuestos de partida –vinculados a una conceptualización en torno a la formación y los dispositivos de que la misma puede valerse– podrían explicar la formulación de las preguntas antes señaladas: con los aportes de Ferry, desde un inicio, entendí a la formación como la dinámica de un desarrollo personal. Desde esta perspectiva el sujeto es el que se forma y el llamado formador y el dispositivo que propone, son parte de una mediación necesaria para que aquella se lleve a cabo. En este sentido, el sujeto que se forma se erige como eje central en torno a la cual pude comenzar a referir un conjunto de nuevas preguntas que me llevaron, entre otras, pero principalmente, a la noción de identidad profesional.
Así, desde el primer acercamiento a la problemática en construcción, postulé la relevancia que tendría para la indagación (pero también para pensar en dispositivos de formación) tomar como material primordial de trabajo aquellos objetivos, representaciones y deseos de quienes se están formando, teniendo en cuenta su posición e historia de formación. Esto también obedece a un posicionamiento de partida: si las representaciones y concepciones preestablecidas de los sujetos en formación no son explícitamente develadas y discutidas, tal como lo advierte Mendel (1996), todas las otras concepciones que se quisieran que la gente en formación adquiera no podrían ser asimiladas. Esto es, si los dispositivos de formación (que tienen una intencionalidad respecto a las representaciones y saberes prácticos que quiere inscribir en los sujetos en formación) ignoran las categorías desde las que los sujetos piensan el mundo y se piensan, los esfuerzos de su tarea serán en vano. En este marco es que continué la construcción del campo problemático preguntándome:
¿Cuál es la representación que tienen los sujetos acerca del trabajo docente?
¿Cuál es la imagen del rol que pretenden desempeñar?
¿Qué quiere decir, para ellos, enseñar?
¿Por qué se desea enseñar?
¿Qué es desear entrar en relación con los niños, los adolescentes, los adultos, según sea el caso?
¿Cómo los sujetos que optan por la carrera docente han ido significando sus vivencias en la escuela (institución en la que transcurren desde su temprana infancia y en la que, por su opción profesional, estarán buena parte de sus vidas)?
¿Cómo