El reNACERdel árbol. Silvana A. Menchini

El reNACERdel árbol - Silvana A. Menchini


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qué?

      Porque nunca estamos conformes; somos exigentes, nos sentimos insatisfechos de los obsequios que la Vida nos otorga:

      • Cumpleaños de algún familiar o un amigo.

      • Momentos y lugares de placer: parrilladas, mateadas, caminatas, encuentros, vacaciones.

      • Festejo de fechas importantes en nuestra historia; llamadas telefónicas o mensajes de personas que creíamos que ya no nos tenían presente; regalos u obsequios inesperados y tantos otros.

      Ocasiones fugaces, porque sabemos que tienen un tiempo, por ej.: una fiesta: 8 horas; vacaciones: una semana; un Retiro: 3 días; una parrillada: 6 horas.

      Lo mismo sucede con las circunstancias opacas, grises, de dolor: “son temporales, tienen un principio y un fin; comienzan y concluyen”.

      Por lo tanto, si en este momento estás padeciendo algún tipo de dolor como consecuencia de: la pérdida de un familiar, un engaño, una enfermedad... las penas y angustias también cesarán. Aunque las sientas interminables porque sufres, en algún instante concluyen.

      Así ocurre con el dolor del parto: se llora, se grita, se queja... pero se da a luz a una nueva Vida.

      Lo mismo sucede con la Pena y el Dolor, al atravesarlos, afrontarlos y enfrentarlos nacerán/surgirán nuevas ideas, posturas, reflexiones, pensamientos que nos permiten crecer y madurar.

      Por eso, si analizas con honestidad tu historia, descubrirás que experimentaste varias circunstancias dolorosas. Te caíste, bajaste los brazos y dijiste: “¡Hasta acá llegué! ¡Basta! ¡No puedo más!”... Y que con el correr del tiempo descubriste que, al fin, lograste salir de aquella tormenta.

      Es que la Pena, el Dolor, la Tristeza, la Angustia nos invaden, pues forman parte de la Vida; el Error es creer que ellos se arraigan de por Vida y no es así.

      Por supuesto, dependerá de tus creencias, de tus posturas, de tus ideas que te llevarán a optar y actuar.

      Lector/a...

      ...permite que tu Corazón piense y reflexione, ¿quieres continuar con el Sufrimiento, con el Dolor?

      En este momento, estás reflexionando; aunque sufras en el ahora, tu Mente tiene la capacidad de razonar a pesar de...

      ¿Eres consciente del talento que Dios-la Vida te regalan?

      La habilidad de razonar padeciendo aún el Dolor para poder elegir y optar un diferente actuar.

      Al determinar una nueva postura (benéfica) y decidir aplicarla, podrás dar un salto en tu camino; incorporando la esencia del vivir: “si vuelvo a caer, me puedo levantar y la Vida continuar; Vida con un nuevo andar, andar con nuevas actitudes pues las ideas / creencias serán distintas”.

      CAPÍTULO

      I

      Mi Vida-Mi Tronco

      Estimado/a Colega...

      ...El aprender a vivir, el disfrutar del día brillante que la Vida nos regala, el atravesar los momentos grises que todos experimentamos en alguna etapa de nuestro andar y el decidir levantar los brazos para continuar remando nos permitirá descubrir nuestros Talentos.

      Todos somos imperfectos, tenemos debilidades y fragilidades, las que debemos tratar de reponer, revertir, sanar.

      El solo mirar el lado oscuro de nuestro ser y hacer nos conduce a apegarnos a una autoestima baja, en la Red Sanar llamamos desestima, que canaliza a nuestra desvalorización.

      ¿Cómo salir de la desestima, de la desvalorización?

      Descubriendo el lado positivo de nuestro ser; porque tú igual que Yo, poseemos diamantes, nuestras Perlas Preciosas: saber escuchar, guardar secretos, alentar a otros, acompañar a personas que atraviesan el Dolor, escribir un cuento y tantos otros.

      Dios-la Vida me gratificó de maravillosas aptitudes (mis Perlas Preciosas), una de ellas es el redactar versos, poemas, poesías.

      Un talento que incorporé y lo expondré en este Libro para que descubras que los límites y discapacidades me indujeron a desarrollar otras capacidades.

      Aquí te presento la Poesía:

      Mi Vida-Mi Tronco

      Noches oscuras y tormentosas

      en mi Vida yo atravesé

      en donde las nubes negras y grises

      al Corazón y mi Mente, la querían

      empacar, envolver.

      El viento frío, estruendoso

      mis gratos recuerdos

      quería llevar,

      como arrancándoles hojas

      a las ramas de los árboles

      que al no tener SAVIA-AMOR

      se podían resecar.

      HOJAS/RECUERDOS brillantes

      de cada RAMA/ETAPA de mi Vida

      al fin, el viento se lograba llevar.

      Y así, el tronco de mi Vida

      ennegrecido, manchado...

      por la tierra, la tempestad

      extendía sus raíces

      entre el suelo pedregoso

      y a la Vida, querer renunciar.

      ¡Pero!

      En un momento presuroso

      la tormenta se calmaba

      se iba la oscuridad,

      mis ramas ya se aquietaban,

      cesaba aquel vendaval.

      MI VIDA/MI TRONCO

      aturdido, apabullado

      a sus ramas

      las temía inspeccionar,

      las imaginaba

      sin hojas, sin ramas

      después de la tempestad.

      ¡De pronto!

      en el tronco de mi Vida,

      mi Corazón y mi Mente

      al abrir sus ojos cerrados,

      asustados, tenebrosos

      pudieron ver por el sol brillar

      “hojas, ramas, savia que fluía

      para la Vida poder continuar”.

      Desmenuzaré la poesía expuesta para que conozcas mi historia, mi ser, mi Vida y descubras que todo se puede lograr o superar; dependerá de darte tiempo, del respetarte, del cuidarte, del alentarte, del amarte.

      ***

      Al iniciar la narración del libro expresé que teniendo 53 años decidí relatar mi Vida hasta hoy; la cual fragmentaré en dos etapas.

      En la primera de ellas destaco que las Ramas-Etapas de mi biografía, durante 37 años, fueron atrapadas por noches oscuras y tormentosas; invadidas por un viento frío, estruendoso, que ennegreció, manchó, lastimó mi tronco, mi vida, mi ser.

      Y expreso... ”Me imaginaba sin hojas, sin ramas”, pues analizaba lo perdido, lo no logrado, lo no vivido, lo fracasado hasta un inesperado / gran momento: momento de dolor, de desesperación, de desaliento. Fue el punto límite en mi Vida: “Enfermedad declarada a los 37 años, que se desarrolló a escondidas en mi ser”.

      Te preguntarás: ¿por qué expreso gran momento, si sentí dolor, desesperación, desaliento?

      Porque justamente: el dolor, la desesperación y el sufrimiento permitieron renacer al Árbol de mi Vida; surgiendo nuevas hojas


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